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La brecha del matrimonio religioso: del 9% en Cataluña al 31,5% en Extremadura

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No es fácil medir la religiosidad de una sociedad. Los sentimientos recónditos se resisten a la tipificación. Y además la formulación de la pregunta puede ser deteminante para obtener un resultado u otro. Con datos de 2018 del CIS en la mano, el 68,7% de los españoles se definen como católicos. Son casi 10 puntos menos que hace una década. Pero, de estos, más de la mitad, un 56,2% no va "nunca" a misa (si no contamos bodas, bautizos y comuniones). Hay resultados que apuntan a una secularización aún más drástica. Una encuesta de Win/Gallup en 2015 sobre casi 64.000 personas llegó a situar a España como el 16º país menos religioso del mundo, con sólo un 37% que se declara religioso. Son más de 30 puntos de diferencia entre el CIS y Win/Gallup. La coincidencia cualitativa es clara: la secularización avanza al galope. Pero su cuantificación es más complicada. Ahora bien, hay indicadores que son elocuentes, incluso más que la respuesta a una pregunta sobre adscripción religiosa. Por ejemplo, el porcentaje de bodas pasando por el altar.

El santo sacramento del matrimonio trae malas noticias para la Iglesia católica española La Fundación Ferrer i Guàrdia, un referente laicista en Cataluña que toma su nombre del pedagogo y librepensador condenado a muerte tras los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, ha hecho este martes público su informe Laicidad en cifras 2018, en el que pone el foco –entre otros– en el porcentaje de matrimonios por tipología. El 79,3% de los matrimonios son civiles, frente a un 19,5% confesionales y un 1,2% que no aparecen determinados, según una elaboración de la fundación a partir de datos del INE.

La tendencia ha sido a la reducción drástica del número de matrimonios religiosos, fórmula históricamente arraigada, en relación inversamente proporcional al auge de los civiles. En 1992, la relación era la opuesta: 79,4% de matrimonios confesionales y 20,6% civiles. En 2008, hace sólo diez años, el 50,3 de los matrimonios eran religiosos. Han caído en 30,8 puntos en diez años. A la inversa, el porcentaje de matrimonios civiles ha pasado del 49,3% al 79,3%, 30 puntos más. De los matrimonios confesionales, cerca de un 97% siguen siendo católicos.

Los matrimonios son un indicador fiable del grado de secularización, porque constituyen una práctica fuertemente vinculada a lo que se podría llamar "religiosidad cultural". El paso por el altar suele marcar no sólo una adhesión a la Iglesia, sino también una voluntad de criar a la descendencia con una cierta vinculación con la misma. La caída de las bodas religiosas, que además es una fuente de ingresos para las iglesias y parroquias, es común a todas las comunidades autónomas, pero no igual. Hay siete comunidades autónomas con porcentajes de bodas religiosas por encima de la media:

– Extremadura: 31,5%.

– Castilla La Mancha: 30,2%.

– Andalucía: 28,7%.

– Región de Murcia: 26,6%.

– Aragón: 23,3%.

– Castilla y León: 22,1%.

– Comunidad de Madrid: 21,6%.

– Navarra: 20,4%.

Y diez que están por debajo de la media:

– Cataluña: 9%.

– Islas Baleares: 10,4%.

– País Vasco: 11,1%.

– Cantabria: 13,1%.

– Canarias: 13,2%.

– Asturias: 15,6%.

– Comunidad Valenciana: 15,6%.

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– Galicia: 18,3%.

– La Rioja: 18,6%.

La diferencia en el porcentaje de las bodas religiosas entre Cataluña (9%) y Extremadura (31,5%) asciende a 22,5 puntos.

No es fácil medir la religiosidad de una sociedad. Los sentimientos recónditos se resisten a la tipificación. Y además la formulación de la pregunta puede ser deteminante para obtener un resultado u otro. Con datos de 2018 del CIS en la mano, el 68,7% de los españoles se definen como católicos. Son casi 10 puntos menos que hace una década. Pero, de estos, más de la mitad, un 56,2% no va "nunca" a misa (si no contamos bodas, bautizos y comuniones). Hay resultados que apuntan a una secularización aún más drástica. Una encuesta de Win/Gallup en 2015 sobre casi 64.000 personas llegó a situar a España como el 16º país menos religioso del mundo, con sólo un 37% que se declara religioso. Son más de 30 puntos de diferencia entre el CIS y Win/Gallup. La coincidencia cualitativa es clara: la secularización avanza al galope. Pero su cuantificación es más complicada. Ahora bien, hay indicadores que son elocuentes, incluso más que la respuesta a una pregunta sobre adscripción religiosa. Por ejemplo, el porcentaje de bodas pasando por el altar.

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