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Carla Antonelli pide la baja del PSOE por los retrasos y "amago de más recortes" en la ley trans

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La exdiputada de la Asamblea de Madrid Carla Antonelli, primera mujer transexual que ocupa este puesto en España, ha solicitado este martes la baja de militancia del PSOE como protesta por la "maniobra de ampliar plazos" que, según la también activista, planea el PSOE en la tramitación de ley trans en el Congreso con "amago de más recortes" en la norma, según informa Europa Press.

"Hoy, he solicitado que se tramite mi baja de militancia en el Partido Socialista Obrero Español, con un inmenso y profundo dolor, de una formación política para la que he pedido el voto desde hace 45 años, desde aquel 13 de agosto de 1977 que aparecí en la prensa escrita de la época y me calificaron de 'travestí politizado', apenas dos meses después de las primeras elecciones democráticas, donde desde entonces he militado de una forma u otra", señala en una misiva remitida a Europa Press y que también ha publicado en su cuenta de Twitter.

Antonelli asegura que toma esta decisión ante la "nueva maniobra de ampliar los plazos de enmiendas hasta diciembre con el amago de más recortes en la Ley", lo que, a su juicio, la lleva al próximo año "ya inmersos en las elecciones autonómicas y municipales, que será otra de las posibles argumentaciones para nuevos retrasos y en un suspiro hacia el fin de la legislatura".

En su misiva, Antonelli pide al PSOE que recapacite. "Exhorto e invoco al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que vuelva a poner la Ley en su sitio, como hizo en su momento, que cierre los plazos de enmiendas y se continúe su trámite de urgencia, por la palabra dada y el compromiso adquirido —añade—. Prolongarlo solo va a provocar más dolor y sufrimiento a personas a las que definitivamente se nos ha marcado con una -Estrella de David- en la frente en pleno siglo XXI. Por todo eso, no en mi nombre y el de mi militancia".

Ampliado de momento hasta el 26 de octubre

El portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha avanzado este martes en la Cámara Baja que sospechan que el PSOE pretende retrasar la aprobación de la norma con una ampliación del plazo de enmiendas. De momento, el plazo de presentación de enmiendas al articulado de la ley trans se ha ampliado hasta el 26 de octubre y este plazo se podría seguir ampliando semanalmente pese a que es una ley que se tramita por procedimiento de urgencia, al igual, por ejemplo, que la Ley del Aborto, cuyo plazo para presentar enmiendas sí termina este miércoles.

Para la exdiputada, esta ampliación es la "gota que colma el vaso". Y aunque asegura que no cursará nunca baja de su "naturaleza socialista" y recuerda con orgullo la lucha de muchas compañeras por los derechos LGTBI, también afirma que hay personas a las que no reconoce y cuya "metamorfosis solo infunde pavor".

Contra Valcárcel, Miralles y Calvo

Concretamente, en su carta, arremete contra la consejera de Estado Amalia Valcárcel por referirse a ella como "señor sesentero" y la militante Alicia Millares por afirmar en un congreso: "Yo les llamo tíos, porque son tíos". Igualmente, carga contra Carmen Calvo por enviar en 2020 un "panfleto transfóbico" a todas las agrupaciones socialistas de España.

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La exdiputada reconoce sentir "profunda decepción y vacío" y critica que se quiere "quebrantar la voluntad popular" con "cánticos de sirena", cuando los términos de la norma están previstos tanto en el discurso de investidura de Pedro Sánchez como en el programa electoral socialista y avalados en dos congresos confederales. También recuerda que los propios socialistas llevaron a la Cámara Baja en 2017 una norma más progresista.

Además asegura que "hay un gran número" que son padres, madres, abuelas, familiares o amigos y amigas de personas trans, que ahora están "inmersos en una terrible desazón", al igual que quienes observan desde el "silencio y estupor".

Finalmente, manifiesta su satisfacción por estar "en el lado correcto de la historia" y afea que quienes están en contra de la norma solo han conseguido a "60 personas en fila india frente al Congreso", a pesar de "los altavoces mediáticos" que han heredado.

La exdiputada de la Asamblea de Madrid Carla Antonelli, primera mujer transexual que ocupa este puesto en España, ha solicitado este martes la baja de militancia del PSOE como protesta por la "maniobra de ampliar plazos" que, según la también activista, planea el PSOE en la tramitación de ley trans en el Congreso con "amago de más recortes" en la norma, según informa Europa Press.

Aquí puedes leer la carta completa de Carla Antonelli

Hoy he solicitado mi baja de la militancia en el PSOE: No en mi nombre

Pero, aun así, de lo que no podré cursar nunca baja es de mi naturaleza socialista que va en vena, fui, soy y seré socialista, donde quiera que esté y cual sea el ámbito de la vida.

Hoy, he solicitado que se tramite mi baja de militancia en el Partido Socialista Obrero Español, con un inmenso y profundo dolor, de una formación política para la que he pedido el voto desde hace 45 años, desde aquel 13 de agosto de 1977 que aparecí en la prensa escrita de la época y me calificaron de “travestí politizado”, apenas dos meses después de las primeras elecciones democráticas, donde desde entonces he militado de una forma u otra.

Habrá personas que se preguntarán ¿por qué hoy y no cuando se inició este delirio y odio desatado en contra de los derechos de las personas trans hace ya dos años y medio? Y la respuesta es simple, porque hay gotas que colman los vasos llenos y a punto de rebosar, a la vez que, no por faltas de ganas, antepuse el -yo consciente- e incluso, afirmo, hasta la propia dignidad, por un interés supremo y mayor. Que son los mismos que siempre me han acompañado, los derechos fundamentales del colectivo de personas del que formo parte: niñas, niños, niñes, adolescentes y mayores trans. Porque había que pelearlo hasta que fuera Ley, al igual que hice en 2007 con la norma primigenia de Identidad de Género, donde hubo que anunciar una huelga de hambre en protesta ante la indolencia de que no se quisiera llevar a trámite a pesar de ser un compromiso electoral.

Hoy, por los mismos fundamentos que me quiebran el espíritu, y ante la nueva maniobra de ampliar los plazos de enmiendas hasta diciembre con el amago de más recortes en la Ley, lo que lo que la lleva al próximo año ya inmersos en las elecciones autonómicas y municipales, que será otra de las posibles argumentaciones para nuevos retrasos y en un suspiro hacia el fin de la legislatura.

Y quiero decir, que en mi nombre y de mi militancia eso no va a suceder, aunque el dolor y desasosiego me invadan, porque son muchos y muchas las compañeras de las que tengo un recuerdo de empatía abrumadora a lo largo de todos estos años, de amistad, complicidad, compañerismo y momentos llenos de orgullo cuando salieron adelante normativas que pusieron a España en la vanguardia de los derechos humanos hacia el colectivo LGTBIQ+, otras personas ni tan siquiera las reconozco de lo que un día fueron y la actual metamorfosis que solo infunde pavor. También, hay un gran número que son padres, madres, abuelas, familiares o amigos y amigas de personas trans, que ahora están inmersos en una terrible desazón, al igual que quienes observan desde el silencio y estupor. Pero, aun así, de lo que no podré cursar nunca baja es de mi naturaleza socialista que va en vena, fui, soy y seré socialista, donde quiera que esté y cual sea el ámbito de la vida.

Todas estas razones, son las que me llevan a la profunda decepción y vacío con el proceder en la “Ley Integral Trans y LGTBIQ+”, donde los canticos de sirenas quieren quebrantar la voluntad popular, porque no han sido suficientes un 40º Congreso del partido para reafirmar lo que ya había avalado el 39º, que consagraron ambos el compromiso de una legislación integral hacia el colectivo, desde la autodeterminación y despatologización, si, así es, sin más. Algo que nosotros mismos llevamos al Congreso de los Diputados en 2017, siendo incluso más progresista que el texto actual en lo que respecta al cambio registral de nombre y sexo, que incluía a las personas no binarias y no excluía a los menores en ninguna franja de edades, además de la garantía en las tarjetas de residencia de personas extranjeras.

No ha sido suficiente tampoco el haberlo llevado en el programa electoral, ni que dicho compromiso se reflejara en el discurso de investidura del Gobierno de Coalición por el propio Presidente del Gobierno en diciembre de 2019. En lo que desde entonces hasta el día de hoy se ha convertido en una dantesca pesadilla, de transfobia, exclusiones, humillaciones internas y externas que para mí me las quedo. Como muestra un botón, que una señora miembro del Consejo de Estado, Amelia Valcárcel de Quirós, me llamara “señor sesentero” o que otra conocida militante, Alicia Millares, directamente nos dijera “yo les llamo tíos, porque son tíos” en un Congreso de Gijón. Notas que no son, sino que puntas de iceberg de las actitudes pendencieras hacía unos pocos de miles de personas en este país que nos hemos convertido en sus muñecos de trapo, sobre los que escupen y despedazan, descargando todo su odio y profundas miserias -porque sinceramente- nos hemos sentido huérfanas ante estas actitudes sin ninguna consecuencia allí donde debían de tomarse. Y todo, lo diré siempre, por una absurda guerra de cuotas de espacio y poder de personas con nombres y apellidos, hasta el punto de renegar y desdecirse de lo que nosotras mismas habíamos redactado y escrito, o incluso llevado a las comunidades autónomas como Madrid. Donde también defendimos y aprobamos la Ley Integral Trans más avanzada que España conociera, un espejo donde posteriormente se miraron otras regiones para sus normativas.

Lo que era algo externo se oficializó con un panfleto transfóbico la noche del 9 de junio de 2020, aniversario de la muerte del compañero Pedro Zerolo, para más saña y vergüenza colectiva, que envió a todas las agrupaciones de España quien era en ese momento Secretaria de Igualdad del Partido, a la vez que Vicepresidenta Primera del Gobierno, Carmen Calvo. A partir de allí la pesadilla adquirió dimensiones gigantescas, no pasando 24 horas en las que me pronuncié sobre la aberración del argumentario, haciéndolo público en mis cuentas personales de redes sociales, y a tener en cuenta que en esos momentos aún era diputada en la Asamblea de Madrid, lo que como bien se sabe me dejó fuera en los siguientes comicios, por alzar la voz ante la sinrazón y defender lo que estatutariamente reflejaba mi formación política. Lo demás, solo son argumentaciones espurias en pro de intereses personalistas y egos histriónicos, algo que a fecha presente ya es público y notorio, ya que si era bueno en 2019 lo mismo no puede ser aberrante el 2022, tan escueto en la contradicción como eso.

Sinceramente, espero que quien ha sido mi partido hasta el día de hoy recapacite, porque las batallas en contra de los derechos humanos de un sector del entramado social siempre han sido llamadas a ser perdidas. Aunque el griterío apabulle y asuste, la satisfacción de hacer, obrar y estar en el lado correcto de la historia siempre será reconocido con creces. El propio José Luis Rodríguez Zapatero, en la actualidad, dice que la Ley del Matrimonio Igualitario es por la que más le felicitan en la calle, aunque en su momento llegó a sacar medio millón de personas en su contra. Aquí, lo más que han conseguido son 60 personas en fila india frente al Congreso, por lo que hay que reflexionar de la escasez de los números y del poder heredado que tienen en los altavoces mediáticos. Pero, principalmente, porque después de un año todo se habrá disuelto al igual que un puñado de hollín en medio de la mar.

Exhorto e invoco al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que vuelva a poner la Ley en su sitio, como hizo en su momento, que cierre los plazos de enmiendas y se continue su trámite de urgencia, por la palabrada dada y el compromiso adquirido. Porque el socialismo si no es valiente no es socialismo, tal como decía Pedro Zerolo, y para que la “Ley Integral Trans y LGTBIQ+” sea Ley.

Prolongarlo, solo va a provocar más dolor y sufrimiento a personas a las que definitivamente se nos ha marcado con una -Estrella de David- en la frente en pleno siglo XXI, algo que se recodará desde la ignominia y profunda vergüenza, de un país que miró hacia otro lado cuando se persiguió y humilló de forma inhumana y pandillera a parte de su comunidad.

Por todo eso, no en mi nombre y el de mi militancia, hoy, digo lo mismo que hace 16 años, prefiero ir por la calle y mirar de frente a mis compañeras/os/es trans que agachar la cabeza de la vergüenza por haberles traicionado, y lo que es peor, haberme traicionado a mí misma, que es cuando ya nada queda y la vida pierde su sentido. No pasó entonces ni va a suceder ahora.

Carla Antonelli, activista LGTBIQ+ y primera mujer trans diputada en España.

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