El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha avisado este jueves de que, actualmente, no existe un "reemplazo razonable" para el gas ruso en Europa, en el marco de la posibilidad de que los aliados impongan un embargo a esta materia prima en respuesta a la invasión de Ucrania.
En una reunión sobre la situación en los sectores petrolero y gasístico rusos, Putin también ha advertido de que reemplazar los recursos energéticos rusos con suministros alternativos "inevitablemente afectará a toda la economía global", lo que puede tener "consecuencias muy dolorosas".
Además, ha apuntado que actualmente no hay volúmenes de gas libres en el mercado mundial. "Los suministros de otros países, principalmente de Estados Unidos que pueden enviarse a Europa, costarán mucho más a los consumidores", ha continuado, antes de incidir en que esta circunstancia afectará al nivel de vida de los europeos y a la competitividad de la economía del continente.
"A pesar de estas cosas obvias, los países europeos hablan constantemente sobre rechazar los suministros rusos, lo que desestabiliza aún más el mercado y eleva los precios", ha continuado, según ha recogido la agencia de noticias rusa Interfax.
Cerca de 30.000 personas regresan a diario a territorio ucraniano después de tener que abandonar el país a consecuencia de la invasión rusa, iniciada a finales de febrero. Así lo ha trasladado la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), en base a informaciones ofrecidas por el Servicio Estatal de Guardia de Fronteras.
Después de casi dos meses desde el inicio de la guerra, más de 870.000 civiles han regresado a Ucrania, país que ahora preocupa a las organizaciones humanitarias por el deterioro de la seguridad alimentaria.
"Esta cifra significativa sugiere que la migración de regreso a Ucrania podría seguir aumentando, creando potencialmente nuevos desafíos para la respuesta humanitaria, ya que las personas necesitarán apoyo para reintegrarse en sus comunidades o encontrar comunidades de acogida adecuadas", ha incidido el organismo de Naciones Unidas.
El Comité de Investigación de Rusia ha asegurado que el Ejército ucraniano, mediante dos helicópteros, ha bombardeado este jueves la localidad de Klimovo, en la región de Briansk, fronteriza con Ucrania. El organismo ha abierto una causa penal por el suceso, del que responsabiliza a las Fuerzas Armadas ucranianas, a quienes además imputa el delito de haber cruzado ilegalmente el espacio aéreo ruso.
"Moviéndose a baja altura, actuando deliberadamente, llevaron a cabo al menos seis ataques aéreos contra edificios residenciales del pueblo de Klimovo", ha denunciado el Comité de Investigación, según recoge la agencia rusa Interfax.
Al menos siete personas han resultado heridas, incluido un niño de menos de dos años, a consecuencia del presunto ataque, que además ha dañado a al menos media docena de edificios.
Según el organismo, personal militar ucraniano habría cometido esta "conspiración criminal" para "influir" de algún modo en el Gobierno ruso para que ponga fin a la "operación militar especial", eufemismo con el que Moscú se refiere a la invasión de Ucrania.
Amnistía Internacional (AI) ha denunciado que las autoridades rusas han detenido a dos periodistas por su cobertura crítica de la guerra en Ucrania y ha alertado del aumento "vertiginoso" de la represión en Rusia contra los medios de comunicación independientes.
Las fuerzas de seguridad rusas detuvieron el miércoles en la república de Jakasia a Mijail Afanasiev, redactor jefe del diario online Novy Fokus. Ese mismo día, la Policía detuvo a Sergei Mijailov, fundador del periódico 'LIStok', en Moscú y más tarde trasladado a Altái, donde un tribunal decidirá sobre su detención preventiva.
En este contexto, la directora de AI para Europa Oriental y Asia Central, Marie Struthers, ha alertado de que "la campaña de represión de las autoridades rusas contra los medios de comunicación independientes se está intensificando a una velocidad vertiginosa".
Para Struthers, el Kremlin no queda satisfecho con "bloquear sin más los sitios de noticias críticas u obligar a exiliarse a periodistas", sino que además ahora "trata de encarcelar a los periodistas que informan de protestas contra la guerra o sobre soldados rusos que se niegan a combatir en Ucrania".
Ambos periodistas están acusados de difundir "deliberadamente información falsa sobre las Fuerzas Armadas rusas". En el caso de Novy Fokus se alude a una información de principios de abril sobre que más de una decena de policías presuntamente se habrían negado a ir a la guerra en Ucrania. Por su parte, a 'LIStok' se le ha exigido el pago de 300.000 rublos -unos 3.300 euros- por haber mostrado su apoyo a sanciones de la comunidad internacional contra Rusia como respuesta a la guerra en Ucrania. En caso de se declarados culpables, ambos periodistas podrían pasar hasta diez años en prisión.
La Rada Suprema, el Parlamento ucraniano, ha declarado este jueves a Rusia como Estado terrorista, al mismo tiempo que ha identificado el uso de las letras 'Z' y 'V' como parte de la simbología y propaganda de Moscú. Ambas declaraciones pasan a formar parte de la legislación ucraniana, que desde este jueves considera a Rusia como "Estado terrorista" cuyo objetivo "es el genocidio del pueblo ucraniano" a través de todos los mecanismos inimaginables.
El texto habla de "asesinato masivo" y "uso de armas prohibidas", entre otros métodos de guerra, así como la "destrucción de infraestructuras críticas y la creación de catástrofes humanitarias artificiales en regiones separadas de Ucrania".
En el caso de la 'Z' y la 'V', su uso malintencionado será considerado como parte de la propaganda "del régimen totalitario neonazi ruso", por lo que queda completamente prohibida, informa la agencia Ukrinform.
El Parlamento ucraniano cuenta desde mediados de marzo con menos fuerzas políticas, después de que el presidente, Volodimir Zelenski, con motivo de la ley marcial declarada tras la invasión rusa decidiera prohibir la actividad de hasta once partidos, algunos cercanos a Moscú, pero otros también progresistas.
La viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk, ha informado este jueves de un nuevo intercambio de prisioneros con las autoridades rusas, el cuarto desde el 24 de febrero.
El intercambio se ha producido por orden del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tras un acuerdo con Rusia para poner en libertad a treinta personas, entre ellas 22 militares, ha detallado Vereshchuk.
Además de los 22 militares, entre los que hay cinco oficiales, ocho civiles, uno de los cuales es una mujer, "han vuelto a casa", ha celebrado.
Se trata del cuarto intercambio de prisioneros que ambas partes han acordado desde que el 24 de febrero estallará la guerra, o lo que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha calificado como "operativo especial". Del último intercambio de prisioneros se tuvo constancia el 9 de abril, cuando 26 ucranianos -doce militares y catorce civile-- fueron puestos en libertad.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha avisado este jueves de que, actualmente, no existe un "reemplazo razonable" para el gas ruso en Europa, en el marco de la posibilidad de que los aliados impongan un embargo a esta materia prima en respuesta a la invasión de Ucrania.
En una reunión sobre la situación en los sectores petrolero y gasístico rusos, Putin también ha advertido de que reemplazar los recursos energéticos rusos con suministros alternativos "inevitablemente afectará a toda la economía global", lo que puede tener "consecuencias muy dolorosas".
Además, ha apuntado que actualmente no hay volúmenes de gas libres en el mercado mundial. "Los suministros de otros países, principalmente de Estados Unidos que pueden enviarse a Europa, costarán mucho más a los consumidores", ha continuado, antes de incidir en que esta circunstancia afectará al nivel de vida de los europeos y a la competitividad de la economía del continente.
"A pesar de estas cosas obvias, los países europeos hablan constantemente sobre rechazar los suministros rusos, lo que desestabiliza aún más el mercado y eleva los precios", ha continuado, según ha recogido la agencia de noticias rusa Interfax.
Más de seis semanas de conflicto en Ucrania han devastado las redes de agua y electricidad, dejando a 1,4 millones de personas sin acceso al agua corriente en el este del país, mientras que 4,6 millones están en riesgo de perder el suministro.
Según los datos proporcionados por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), sólo en el este de Ucrania se han registrado al menos 20 incidentes distintos de daños en la infraestructura del agua. Los cortes de electricidad han detenido las bombas de agua, y los daños causados por las explosiones en las tuberías están interrumpiendo el flujo de agua.
La intensificación de los combates en el este y el uso generalizado de armas explosivas en las zonas pobladas amenazan con diezmar aún más el sistema de agua, que ahora corre el riesgo de colapsarse por completo, tras ocho años de conflicto de baja intensidad en una red ya deteriorada, ha indicado la agencia de la ONU.
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump se ha unido al actual mandatario, Joe Biden, y ha tildado de "genocidio" la invasión rusa de Ucrania, en medio de la controversia generada por la utilización de este término. En una entrevista con Fox News emitida el miércoles por la noche, Trump ha arremetido contra Biden por sus políticas, de las que ha dicho que han causado una inflación récord. "Añade ahora lo que está pasando en Ucrania. Es un genocidio", ha agregado.
Trump, que mantiene una relación personal cercana con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ya dijo anteriormente que la invasión rusa de Ucrania era un "holocausto".
Biden habló el martes de "genocidio" ruso en Ucrania, lo que desató la controversia. Mientras líderes como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, consideran "absolutamente correcto" describir los actos rusos en Ucrania como "genocidio", otros como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, han pedido "cautela" con los términos que se usan en el marco de la invasión y habla de "crímenes de guerra".
El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado este jueves de que el incendio del buque insignia de la Flota del Mar Negro, el Moskva, ya ha sido extinguido y que "el principal" cargamento de misiles que lleva a bordo no ha sufrido daños, tal y como había afirmado Ucrania.
Según ha indicado la cartera de Defensa rusa en un comunicado, también han podido contener la explosión de municiones como consecuencia del incendio. La tripulación ya ha sido evacuada y las autoridades tienen previsto remolcar el buque durante la jornada.
Además, ha precisado que las causas del incendio, que sí ha dejado el barco "gravemente dañado" aunque aún flota, ya se están investigando, ha recogido la agencia de noticias rusa Interfax.
Rusia ha afirmado este jueves haberse hecho con el control del principal puerto de la ciudad de Mariupol, parcialmente destruido después de varias semanas de combates, tras haberlo "liberado" de las fuerzas ucranianas lideradas por el Batallón Azov, un grupo paramilitar de extrema derecha. Así lo ha expresado el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, quien ha asegurado que el resto de las tropas ucranianas han sido "bloqueadas y no han podido escapar del cerco".
Como consecuencia del operativo -en colaboración con las milicias de la autoproclamada república de Donetsk- más de mil de soldados ucranianos, entre ellos 162 oficiales, han depuesto "voluntariamente" las armas, informa la agencias TASS. Por el momento, ninguna fuente oficial ucraniana se ha manifestado al respecto.
Mariupol, sitiada durante semanas, es de vital importancia para los intereses de Rusia, que pretende no solo cerrar la salida al mar de Ucrania, sino también establecer un corredor entre la región de Donbás y la península de Crimea, ambas bajo el paraguas de Moscú.