Casado aprovecha la coalición con Cs en Euskadi para defenestrar a Alonso

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La primera víctima políticavíctima de los anhelos de Pablo Casado de que el Partido Popular acabe siendo el paraguas bajo el que se refugien todos los votantes de centroderecha ha sido Alfonso Alonso. Y el campo de batalla, Euskadi, un territorio considerado "el corazón" del partido por los años de lucha de sus dirigentes contra la banda terrorista ETA.

El presidente del PP vasco recibió este domingo una llamada telefónica de su jefe de filas en la que le comunicaba que no iba a ser candidato a lehendakari a las elecciones vascas del 5 de abril. La resistencia del exministro de Sanidad a aceptar los términos del pacto suscrito con Ciudadanos para concurrir en coalición en el País Vasco ha sido la puntilla que ha acabado con su carrera como líder de los conservadores de Euskadi. La puntilla porque el futuro de Alonso como figura política de primera línea en el PP ha sido bastante negro desde que Pablo Casado llegó a la Presidencia del PP.

En el PP defienden que la forma en la que Alonso se ha comportado en la última semana, dando plantón a la dirección nacional cuando supo que se había pactado que Cs ocupase "puestos de salida" por Álava y Bizkaia fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Casado. Pero la misma dirección nacional que le confirmó como candidato, le había trasladado semanas antes de hacerlo que si decidía no presentarse a las elecciones el partido intentaría buscarle un nuevo destino en Madrid.

"El secretario general se lo planteó como una especie de 'estamos en deuda contigo por todo lo que has dado al partido'", asegura un todavía cargo del PP vasco.

El sustituto será Carlos Iturgaiz, que ya fue candidato a lehendakari en 1998 y que abandonó la política en abril de 2019 molesto porque Casado lo había colocado en las listas al Parlamento europeo en el puesto 17, donde las posibilidades de ser elegido eran mínimas. Efectivamente, sacó 12 en aquello comicios.

Iturgaiz es, como muchos de los fichajes de Casado, un dirigente muy vinculado al aznarismo. La persona que, a ojos de la cúpula, puede unir "todas las sensibilidades del PP vasco" y poner los cimientos de la nueva etapa con la que Casado va a ensayar su proyecto de España Suma.

Cuando sectores de la formación, jaleados por miembros de la dirección nacional como Cayetana Álvarez de Toledo, estaban poniendo en duda la continuidad de Alonso como candidato a las elecciones vascas, el lehendakari Iñigo Urkullu decidió adelantar la convocatoria electoral. Y el líder del PP no tuvo otra opción que ratificar a Alonso. Ahora, las diferencias entre Madrid y Vitoria por los términos del pacto, sobre todo por el reparto de puestos en las listas a Ciudadanos, han provocado que todo salte por los aires.

En el PP vasco estaban convencidos de que, una vez transcurridas las elecciones, Casado aprovecharía para tomar el control del partido. "La crisis del pacto con Inés Arrimadas ha sido la coartada perfecta para tomar ese control", analiza un veterano dirigente.

Se da la paradoja de que el candidato defenestrado ha sido un firme defensor de acudir coaligado con Cs a las urnas. Ya lo intentó en las elecciones generales del 10N y no pudo ser porque Albert Rivera lo frenó en seco.

Alonso ha intentado resistir hasta el final. Sin poner a Génova su cabeza en bandeja. Dejando que fuese Casado el que diese el empujón definitivo.

Quienes le conocen aseguran que en los últimos días había recibido muchas llamadas de compañeros en las que se le preguntaba cuándo pensaba dimitir, hasta dónde esta dispuesto a aguantar. Su respuesta era que se debía a la gente y a los equipos que han trabajado con él en los últimos años. Que tenía "un compromiso".

En su entorno insisten en que se enteró por los medios de comunicación de que su partido había decidido "regalar" puestos de salida a una formación "extraparlamentaria" en Euskadi, como Cs, pero que en un momento pensó que lo firmado era "reconducible". En la mañana de este domingo tuvo una reunión en la sede nacional del PP con el secretario general, Teodoro García Egea, y el responsable de Territorial, Antonio González Terol. Después recibiría una llamada de Casado, que le trasladó la decisión de que ya no cuentan con él. Así lo contó desde su perfil de la red social Twitter.

Un "mutuo acuerdo" que niegan en el País Vasco

En la rueda de prensa que convocó en la sede nacional del PP a las 20.00 horas del domingo para informar de la destitución y del fichaje de Iturgaiz, García Egea aseguró que la marcha de Alonso había sido "de mutuo acuerdo" con el protagonista, algo que desmienten de forma tajante desde el PP de Euskadi. 

Los conservadores de Euskadi reescriben ese "de mutuo acuerdo" de García Egea. "Hay que llamar a las cosas por su nombre: lo han echado", dicen.

En la rueda de prensa, García Egea no supo explicar los motivos por los que Alonso es fulminado como candidato en solo 15 días. Dijo a los periodistas que lo que el PP quiere ahora es "mirar el futuro con optimismo". "Para unir. Para integrar", añadió.

Prefirió centrarse en elogiar la figura del sustituto. De él dijo que es "un referente del constitucionalismo en el País Vasco", ensalzó su "generosidad al servicio del partido". Y defendió que "aglutina" a todos los que votan al PP en busca de "un referente", unas declaraciones que escocieron en el PP de Euskadi por lo que significan para su todavía presidente.

Más frío fue García Egea al referirse a Alonso, exalcalde de Vitoria, exportavoz en el Congreso de los Diputados y exministro de Sanidad. A él le traslado el "cariño" y el "agradecimiento" en nombre del PP.

Como Alonso, Iturgaiz se puso del lado de Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso de sucesión de Mariano Rajoy. Es decir, que no apoyó al que a partir de ahora será su jefe político. "Otro ejemplo de integración", defienden en el partido.

Fuera de micrófonos, en privado, desde la dirección nacional del PP no ocultan que, a su juicio, la relación con el PP vasco estaba tomando "una deriva que no era satisfactoria para nadie". Y que la decisión se ha tomado para que "todos" estén "más cómodos".

El PP vasco había convocado una Junta Directiva Regional para este lunes. En la cita, el máximo órgano del partido entre congresos, pretendía analizar el pacto con Ciudadanos. La destitución de Alonso, que sigue siendo presidente del PP vasco, no ha provocado la cancelación del encuentro. Se celebrará a las 17.30 y ahora el orden del día es analizar la situación tras el cambio de candidato.

Tanto Inés Arrimadas como los presidentes provinciales del PP vasco fueron informados de la sustitución de Alonso por Iturgaiz, según informan en el partido.

A la espera de la reacción de los cargos del PP vasco

Esta nueva crisis estalla a seis semanas de las elecciones. Con la decisión de prescindir de Alonso, Casado asume un riesgo mayor en el resultado que pueda tener su partido el 5A. "Cuando se cuenten los votos, él va a tener que asumir gran parte de responsabilidad del resultado por decisiones como la tomada este domingo", considera un líder provincial del PP. En la actualidad, los conservadores vascos tienen nueve asientos, de un total de 75, en la Cámara de Vitoria.

La Junta Directiva regional del PP vasco está integrada casi en su totalidad por fieles a Alfonso Alonso. Esto implica que no pueden descartarse dimisiones en las próximas horas.

Este lunes, horas antes de que se reúna el Comité de Dirección del partido presidido por Casado, el Comité Electoral Nacional ratificará de forma oficial la candidatura de Iturgaiz. Hace dos semanas hizo lo mismo con Alonso y con el candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

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Las heridas del congreso de 2008

Con Alonso fuera , Casado se deshace de una persona clave del marianismo. La rivalidad entre quienes apoyaron a Sáenz de Santamaría y al ahora líder del PP es un hecho. Pero para buscar los orígenes de esta crisis no hay que viajar solo al congreso de sucesión de Mariano Rajoy, sino a junio de 2008, cuando se celebró en Valencia el congreso que el expresidente ganó tras una durísima etapa previa en la que se cuestionaba internamente su liderazgo desde sectores del PP.

Los fieles a Aznar y a Esperanza Aguirre estaban entre los críticos. Uno de los momentos más delicados fue la marcha de María San Gil, entonces presidenta del PP vasco. Casado, que fue estrecho colaborador del presidente de Faes y que nació a la política en el aguirrismo, nunca ha ocultado que San Gil es uno de sus referentes. De hecho, desde que llegó a la presidencia del PP no ha dejado de especularse con su regreso a la política. No ha sido ella. Pero el líder del PP ha recurrido de nuevo a un perfil, el de Iturgaiz, que fue clave en el PP de Aznar para un puesto relevante en un territorio en el que el partido no ha dejado de perder apoyos.

La primera víctima políticavíctima de los anhelos de Pablo Casado de que el Partido Popular acabe siendo el paraguas bajo el que se refugien todos los votantes de centroderecha ha sido Alfonso Alonso. Y el campo de batalla, Euskadi, un territorio considerado "el corazón" del partido por los años de lucha de sus dirigentes contra la banda terrorista ETA.

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