El Partido Popular esperaba con atención el discurso de Pablo Casado ante el Comité Ejecutivo Nacional de este miércoles porque era el primero tras las elecciones autonómicas en Galicia y Euskadi. Unas citas ante las urnas en las que los conservadores contrapusieron sus dos almas, sus dos modelos de partido. El más conservador, representado por el candidato a lehendakari, Carlos Iturgaiz, y el más moderado, representado por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. A tenor de los resultados –mayoría absoluta en Galicia y cuatro escaños menos en el País Vasco–, y con las evidentes peculiaridades de cada territorio, la moderación venció al ala más conservadora del partido. El mensaje de que el tono y la forma de hacer política del líder gallego deben exportarse a la esfera nacional ha estado en los últimos días en boca de los principales barones regionales del Partido Popular, lo que podría ser una muestra de que echan en falta ese tono en otras esferas del partido. Pero Casado negó la mayor. Y una vez más defendió que la formación conservadora está instalada en esa moderación de la que tanto hablan ahora sus compañeros y en el centro político. Aunque la hemeroteca y su estrategia de los últimos meses pongan estas palabras en cuarentena.
"A nosotros nadie nos tiene que llevar a la moderación, porque siempre hemos estado en ella; pero nadie nos debe apartar tampoco del combate contra la radicalidad de algunos", dijo en una intervención que había arrancado con una ovación a quienes se sometieron a las urnas el 12J.
Es la tercera vez en lo que va de año que Casado sale en defensa de la orientación ideológica que está dando al partido. En enero, ante la Junta Directiva Nacional del PP negó que al partido se le pueda dividir entre "duros y blandos", entre "halcones y palomas". Y este mismo mensaje volvió a repetirlo en una reunión similar el pasado junio.
Para la cúpula del principal partido de la oposición, el debate sobre la derechización o moderación del Partido Popular no atañe al PP. Es, dicen, un invento de la izquierda para dividirles y apartarles de su tarea de hacer oposición.
"No mordamos el viejo anzuelo que siempre lanza la izquierda sobre la supuesta crispación que tan solo es la sombra de sus actos, el eco de sus insultos y el reflejo de su propaganda. Del dóberman al pásalo, ya les tenemos demasiado calados", volvió a recordar este miércoles.
Por momentos, Casado dibujó un panorama contrario al que ven algunos de los barones del partido si se tiene en cuenta que, a su juicio, el PP ya está instalado en esa moderación que demandan. Porque no es ningún secreto que hay un sector del partido que lleva desde las elecciones generales de abril de 2019exigiendo que no abandone el centro político para intentar competir con la extrema derecha de Vox. A su llegada al Comité Ejecutivo Nacional, el presidente de la Xunta había abogado por un partido "centrado y templado" para que el "populismo" quede fuera del Congreso de los Diputados, como ha pasado en Galicia. Se refería a Vox y a Unidas Podemos. La extrema derecha no ha logrado, hasta la fecha, representación en la Cámara gallega. Podemos, por su parte, se quedó fuera este 12J. En Euskadi, por el contrario, el partido de Abascal estrenará escaño por Álava. Se trata de una circunscripción muy simbólica para el PP vasco, el principal caladero de votos en esta comunidad autónoma.
El jefe de los conservadores dibujó a un PP del que la izquierda nada quiere saber. O sólo para echarle en cara que no pacta o que no está dispuesto a arrimar el hombro. Para ello, hizo una defensa cerrada de su labor de oposición en los últimos meses. "Lo más curioso es que los que pretenden recetar carnets de centrismo son los que pactan con los populistas, los comunistas y los independentistas en el Gobierno más radical de nuestra historia. Y el que apela a la concordia es el del 'no es no', el del cordón sanitario y el que reconoció el otro día en Italia que nunca se ha planteado pactar con el PP, porque dice que si no el PSOE desaparecería como el PASOK griego. El colmo del cinismo y de la hipocresía", mantuvo.
Llegado este punto, recordó que ellos han apoyado "tres prórrogas del estado de alarma, ocho decretos, el ingreso mínimo vital, la nueva normalidad, la candidatura del Eurogrupo, la negociación europea de fondos, la comisión de reconstrucción en el Parlamento español". "Y llevamos ofreciendo durante dos años una docena de pactos que sólo reciben sonoros portazos por parte el Gobierno. Gajes del oficio. Este es el sino de la oposición, que se remedia llegando al Gobierno. Desde allí aparece el carisma y desaparece la crispación. Lo veremos más pronto de lo que a ellos les gustaría", añadió. En sectores del PP próximos a la dirección nacional lleva meses circulando la tesis de que la crisis económica que llevará aparejada la crisis del covid-19 acabará haciendo estallar las costuras de la coalición PSOE-Unidas Podemos y esto terminará con una convocatoria de elecciones generales para el próximo año.
Casado respondió con encuestas a las voces internas preocupadas por la labor de oposición que ha trazado en algunos de los episodios de la pandemia. "En la media de las encuestas publicadas, el PP viene subiendo 10 puntos en intención de voto en el último año, y cinco de ellos en el último trimestre. En la publicada hoy [en alusión a la del diario Abc], ya estamos por delante en número de escaños. Pero lo importante es la tendencia de subida del PP, el estancamiento del PSOE que no rentabiliza el Gobierno y el desplome de su socio de Podemos".
Álvarez de Toledo defiende la labor de oposición
La portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo, un claro exponente del perfil duro dentro del partido, hizo una defensa cerrada de la labor de oposición del partido en su intervención ante el Comité Ejecutivo Nacional.
Fuentes conocedoras del contenido de su intervención aseguran que la portavoz mantuvo que hay que "denunciar claramente lo que está haciendo mal el Gobierno, con las formas del PP". "No podemos definir nuestra alternativa política desde el miedo", apuntó. La voz de los conservadores en el Congreso, cuyo tono ha sido criticado abiertamente por algunos de sus compañeros desde que fue designada para esta función, subrayó que la transversalidad debe venir de la mano de la razón. Y que el PP tiene la razón a la hora de denunciar lo que está haciendo mal el Gobierno.
Después, al abandonar la sede del PP, en declaraciones a los periodistas, declaró que, a su juicio, "moderación no se puede confundir con sumisión". "El verdadero desafío que tiene el PP no es de formas, sino de fondo", resumiría.
Los tres ejes para "activar" España
En clave de futuro inmediato, Casado defendió que su partido va a volcarse en tres ejes: el desafío institucional, el económico y el sanitario.
"En torno a estos tres ejes vamos a trabajar y arrancaremos la semana que viene en unas jornadas Activemos España en el marco de los Cursos de Verano de El Escorial con la participación de exponentes de gestión eficaz como Luis de Guindos, Fátima Báñez, Román Escolano, Miguel Arias Cañete, y referentes de la sociedad civil como Antonio Garamendi, Manuel Pizarro, Mariano Barbacid, entre otros", avanzó.
"Seguimos con nuestro plan de reactivación nacional, perfeccionando una alternativa ganadora, moderada y útil para los españoles. Porque tenemos que estar preparados para, en cualquier momento, nos vuelvan a llamar para volver a rescatar a nuestro país de la crisis en la que siempre lo deja la izquierda", dijo acto seguido.
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Reservas en el PP catalán a una coalición con Cs
Al término de este encuentro, el jefe de los conservadores mantuvo un almuerzo con los presidentes autonómicos y líderes territoriales del partido. Todas las fuentes consultadas por infoLibre apuntan a que el encuentro fue cordial y distendido, sin entrar en amplios debates ideológicos o en planes de futuro inmediato, como el de qué va a pasar con la coalición PP+Cs en Cataluña. No obstante, las fuentes consultadas informan de que el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández sí puso sobre la mesa sus reservas a una coalición con Cs en un momento como el actual en el que el partido naranja va en muchas cuestiones de la mano del Gobierno.
Las mismas fuentes aseguran que Feijóo se habría mostrado en una línea similar al líder catalán. En Galicia, el presidente de la Xunta rechazó ir en coalición con el partido de Inés Arrimadas. La dirección nacional del PP defiende que no hay una posición cerrada y que están pendientes de una conversación con la dirección de Cs para ver qué herramientas de colaboración pueden articularse.
El Partido Popular esperaba con atención el discurso de Pablo Casado ante el Comité Ejecutivo Nacional de este miércoles porque era el primero tras las elecciones autonómicas en Galicia y Euskadi. Unas citas ante las urnas en las que los conservadores contrapusieron sus dos almas, sus dos modelos de partido. El más conservador, representado por el candidato a lehendakari, Carlos Iturgaiz, y el más moderado, representado por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. A tenor de los resultados –mayoría absoluta en Galicia y cuatro escaños menos en el País Vasco–, y con las evidentes peculiaridades de cada territorio, la moderación venció al ala más conservadora del partido. El mensaje de que el tono y la forma de hacer política del líder gallego deben exportarse a la esfera nacional ha estado en los últimos días en boca de los principales barones regionales del Partido Popular, lo que podría ser una muestra de que echan en falta ese tono en otras esferas del partido. Pero Casado negó la mayor. Y una vez más defendió que la formación conservadora está instalada en esa moderación de la que tanto hablan ahora sus compañeros y en el centro político. Aunque la hemeroteca y su estrategia de los últimos meses pongan estas palabras en cuarentena.