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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Casado insiste en su 'no' a la prórroga y avisa a Sánchez: "Lo que le reste de legislatura será un calvario"

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había dejado en el cierre de su primera intervención en el Pleno del Congreso de este miércoles una puerta abierta al entendimiento, a la unidad política. "Reconozcamos todo lo bueno, todo lo valiente que lo hemos hecho juntos". Pero el líder de la oposición, Pablo Casado, no quiso coger el guante. A las 10.05 subía a la tribuna de oradores y, sin nada de tregua, se dispuso a cargar contra el Ejecutivo.

Acusó a Pedro Sánchez de tomar "medidas equivocadas" para dar respuesta a la crisis del covid-19. De "mentir". Le retrató como un presidente que va "como pollo sin cabeza cambiando de socios sin estrategia". De ser "incapaz" de "proteger a los ciudadanos". "Lo que le reste de legislatura será un calvario", llegó a advertir.

"Cada día está más solo y más débil. Ha perdido toda credibilidad institucional, y pierde a borbotones la confianza ciudadana. Cada votación es un suplicio para usted, y lo que reste de legislatura será un calvario". En esta ocasión, en voto de los conservadores no era un secreto. Desde hace 15 días el Gobierno sabía que Casado estaba en el 'no'. "No podemos prorrogar más sus poderes extraordinarios. Sería una irresponsabilidad. Hasta aquí podríamos llegar", insistió ante una prórroga que ve como "un agujero negro" para las libertades.

A ojos de Casado la "brutal reclusión", el confinamiento, "evita el contagio" por el virus, "igual que se evitan accidentes de tráfico". Una expresión muy parecida a esta de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, sobre el confinamiento: "Todos los días hay atropellos y no por eso prohíbes los coches". Y que después daría pie a que el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, basara gran parte de su discurso en todas las polémicas de la gestión de esta crisis en Madrid. 

Quizá anticipándose, el jefe de los conservadores había puesto sobre la mesa la "obsesión contra Madrid". "Es despreciable, además de absurda, porque la autonomía con más fallecidos por habitante está gobernada por el Partido Socialista", dijo en alusión a Castilla-La Mancha.

Tanto tiempo dedicó el líder del PP, Pablo Casado, a cargar contra el Gobierno en el debate de este miércoles sobre la quinta prórroga del estado de alarma que cuando iba a empezar a exponer su plan alternativo la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ya le había avisado de que se le estaba agotando su primer turno.

Casado había venido haciendo discursos durísimos contra el Gobierno en los plenos en los que se votaron prórrogas anteriores pero, salvo en la sesión de hace un par de semanas, en la que el PP se abstuvo, los conservadores siempre dieron su voto a favor. Decían que lo hacían por lealtad, por sentido de Estado. 

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Pero todo cambió hace 15 días cuando el jefe de los conservadores se decantó por la abstención advirtiendo de que sería la última. Que no podían dar más soporte parlamentario a una medida que, a su juicio, tiene otras alternativas legales y que estaba contribuyendo a que los datos económicos se hundiesen y abocando al cierre de empresas.

En el PP se muestran convencidos de que sus electores respaldan este voto negativo y su estrategia desde que estalló la pandemia —citan como muestra de ellos las últimas encuestas publicadas en varios medios de comunicación— y aseguran que con ello queda claro que la alternativa son ellos. No pasa inadvertido, no obstante, que la extrema derecha de Vox lleva ya varias sesiones plenarias oponiéndose a las prórrogas del estado de alarma.

Pese a los hechos, es decir, pese a que Vox y PP votan lo mismo, los conservadores aseguran que su voto negativo no responde al miedo a que la extrema derecha capitalice el malestar con el Gobierno. Tampoco temen, insisten, que la actitud de Ciudadanos, arrancando compromisos a Pedro Sánchez a cambio de un voto a favor, vaya a robarles votos por el centro.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había dejado en el cierre de su primera intervención en el Pleno del Congreso de este miércoles una puerta abierta al entendimiento, a la unidad política. "Reconozcamos todo lo bueno, todo lo valiente que lo hemos hecho juntos". Pero el líder de la oposición, Pablo Casado, no quiso coger el guante. A las 10.05 subía a la tribuna de oradores y, sin nada de tregua, se dispuso a cargar contra el Ejecutivo.

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