Casado intenta salir de Colón con la promesa de relanzar su proyecto y asumiendo que la legislatura va a durar

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El PP intenta pasar página de la foto de Colón y trata de poner tierra de por medio, de nuevo, con Vox. Al mismo tiempo que deja en evidencia las declaraciones en las que la presidenta en funciones de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, implicó a Felipe de Borbón en la batalla política de la derecha contra los indultos.

El presidente del partido, Pablo Casado, utilizó este lunes un acto de presentación de la convención nacional que los conservadores celebrarán el próximo otoño para distanciarse de los dos, de Vox y de Ayuso. Pero sin mencionar a ninguno. Su defensa del rey dejó sin contestar las preguntas que la presidenta madrileña lanzó el domingo en su presencia, de las que fue testigo pero que entonces no quiso contradecir. La responsabilidad de los indultos, proclamó, “corresponde en exclusiva a Pedro Sánchez y a su Gobierno como establece nuestro sistema político, una monarquía parlamentaria ejercida de forma impecable por su majestad el Rey Felipe VI como jefe del Estado”. “Nadie salvo quienes los promueven y los aplauden son responsables; no hay más cómplices que ellos”, insistió.

Tampoco habló de Vox. Pero sí denunció, un día después de participar junto a la derecha extrema en la protesta de Colón, que no quiere “que el malestar de los españoles sea el camino electoral” del PP. “Con decepción y frustración social no se va a construir el país que necesitamos”, añadió, “ni se van a encontrar las soluciones que buscamos”. “No queremos el voto del rechazo”, remarcó poniendo distancia con Santiago Abascal, que reclama elecciones inmediatas parea “echar” sin más demora a Pedro Sánchez de la Moncloa. “Debemos transformar el malestar en ilusión, en voluntad de cambiar las cosas; debemos canalizar esa energía”.

Eso es lo que se propone hacer a partir de ahora el PP de Casado con una hoja de ruta que reconoce implícitamente que PSOE y Unidas Podemos completarán sin problemas la legislatura porque incluye una intensa programación de actos políticos que el partido se propone desarrollar a lo largo del próximo año con el fin de llegar a la convocatoria electoral de 2023 en condiciones de ofrecer “proyectos nuevos y ambiciosos”.

En el PP contaban con que la concesión de los indultos fuese el momento decisivo de la legislatura. Con las encuestas a favor, los de Casado creían hace apenas dos semanas que la medida de gracia sería la tumba política de Sánchez, entre otras cosas porque quebraría la unidad del PSOE.

Pero no ha sido así. La estrategia de Colón no ha debilitado en nada los planes del presidente ni su apuesta por los indultos como una fórmula capaz de iniciar un periodo de distensión política en Cataluña, avalada hace unos días por el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras. Los síntomas de la recuperación económica empiezan a ser visibles, la pandemia aparenta estar en franco retroceso y la campaña desatada por la derecha contra los indultos no parece ganar adeptos. Una prueba de ello será la votación que el propio PP ha forzado esta semana en el Congreso para que la Cámara se pronuncie sobre la anunciada medida de gracia y que, con toda probabilidad, acabará con un respaldo mayoritario del legislativo a los planes del Gobierno.

La convención que prepara el PP tiene un objetivo: convencer a todos los votantes a la derecha del arco parlamentario, desde los moderados del PSOE a los que siguen prefiriendo a Vox, pasando por los pocos que le queden a Ciudadanos, de que si quieren un cambio de gobierno deben votar a Casado.

“Hemos convocado una gran convención abierta a todos los que quieran contribuir” para “unir a la sociedad española”. “Para pasar del enfado a la tarea, de la frustración a la esperanza”, subrayó Casado. “No es un evento de partido, sino una oportunidad para un reencuentro nacional”.

“Abrirse a la sociedad”

El Partido Popular quiere “abrirse más a la sociedad española”, explicó Casado. “Escucharla, hablar con ella, aprender de ella y explicarle sus ideas, recibir propuestas y ofrecer las suyas”.

Una apertura que sigue sin incluir explicaciones sobre supuestos casos de corrupción. Casado no pronunció en el acto ni una sola palabra sobre María Dolores de Cospedal, la ex secretaria general del partido que resultó clave para su propia elección como presidente del PP y que ha sido imputada por delitos de cohecho, malversación y tráfico de influencias. Este lunes el diario El País publicó nuevos indicios de que Cospedal pagó al excomisario Villarejo por sus servicios en el marco de la Operación Kitchen, destinada a boicotear la investigación judicial sobre Luis Bárcenas, el extesorero del Partido Popular. El PP ni siquiera ha abierto expediente informativo a Cospedal.

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Desde ahora hasta octubre, el PP trabajará con diferentes laboratorios de ideas y fundaciones conservadoras. “Y después, la convención la desarrollaremos otros cuatro meses por todas las provincias para enriquecer las conclusiones con la realidad de cada lugar de nuestra España diversa y unida”. Un proceso que demorará la construcción de la oferta programática del PP hasta febrero de 2022, a poco más de un año de la fecha prevista de las elecciones.

La dirección del PP ha diseñado un programa que incluye actos de presentación de sus “pilares ideológicos” en Madrid, Galicia, Andalucía, Murcia y Castilla y León, las cinco comunidades en las que gobierna y a través de las cuales quiere impulsar su proyecto nacional.

El punto culminante de esa estrategia será la convención, que el PP celebrará en València. Será a partir ahí, con esas “bases políticas”, con las que el líder del PP espera reunificar el centro derecha. No antes. No hay "atajos al futuro. Al futuro se llega día a día, paso a paso”, remarcó.

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