El exministro de Justicia, Rafael Catalá, ha pasado a engrosar la lista de altos cargos con sociedades que, de manera objetiva, ahorran impuestos a sus propietarios. Constituida en mayo de 2008, la empresa de la que Catalá y su esposa son únicos propietarios y cuya titularidad consigna en su declaración de bienes del Congreso –Pocat Consultoría y Management SL– no nació, según el PP, "para comprar ninguna vivienda". Pero lo cierto es que su primera operación de envergadura, realizada a los cinco meses de su constitución, fue la adquisición de un inmueble mediante un mecanismo más sofisticado e infrecuente que la compra: un "aumento de capital" cubierto por los dueños de Pocat mediante una aportación en especie.
Cuantificada en 180.000 euros, esa aportación se tradujo en que un piso de 73 metros cuadrados con una terraza de 15 y una plaza de garaje de 16,8 metros cuadrados, todo ello ubicado en Denia dentro de una urbanización de lujo a pie de playa, saliera del patrimonio de los socios como personas físicas para integrarse en el activo de Pocat como entidad jurídica. La consecuencia más inmediata, coinciden todos y cada uno de los expertos consultados por infoLibre, fue que el matrimonio se liberó de la obligación de tributar por ese piso con garaje en sus declaraciones de IRPF.
El lunes, este periódico hizo notar a los portavoces de Catalá en el PP que la información facilitada por el Registro de la Propiedad confirma que la adquisición del piso de Denia por parte de Pocat obedeció a un "aumento de capital" escriturado el 21 de octubre de 2008 y les pidió que preguntasen al exministro sobre el porqué de esa maniobra. Las fuentes consultadas respondieron horas más tarde: "Catalá declina hacer cualquier comentario".
La posibilidad de que el exministro carezca de información sobre los entresijos de un traspaso de titularidad como el enunciado se perfila lejana. Catalá no solo es abogado sino administrador civil del Estado, un auténtico cuerpo de élite del funcionariado español adscrito al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Y su hermana Raquel ha dirigido entre enero de 2012 y julio de este año la potente Delegación Especial Tributaria de Madrid.
Sus portavoces se habían limitado el viernes a señalar por escrito lo siguiente en relación a Pocat. "Dicha sociedad, a diferencia de lo declarado por el ministro [Pedro] Duque respecto de la suya, no fue constituida para comprar ninguna vivienda. En las declaraciones de bienes del señor Catalá se consignan en el patrimonio de la citada sociedad dos viviendas, un apartamento en Madrid y otro en Denia, dedicados ambos al alquiler, que no autoalquiler".
En 2012, cuando Catalá se incorporó al Gobierno de Mariano Rajoy como secretario de Estado de Fomento y dejó de "prestar servicios profesionales a través de la sociedad", la cifra neta de negocio de Pocat se desplomó. De los 145.000 euros contabilizados en 2008 cayó a 7.000 en 2012. Al año siguiente se quedó en 0. Y así hasta que en 2017 anotó 14.000 euros.
Al margen del capítulo inmobiliario, las cifras de Pocat y la propia versión del PP plantean una pregunta: ¿poseían los servicios de consultoría prestados por Pocat el carácter de personalísimos y susceptibles por tanto de ser declarados de forma íntegra a través del IRPF de Rafael Catalá? Este periódico lo ignora. Lo único que la formación conservadora transmitió al respecto es lo siguiente: "La sociedad Pocat Consultoría and Management S.L. fue constituida por Rafael Catalá en el año 2007 [el Boletín Oficial del Registro Mercantil data el comienzo de operaciones el 26 de mayo de 2008] cuando, en excedencia, desarrolló su actividad profesional ligada entre otras áreas, a la Consultoría y Asesoría. Era una sociedad vinculada a su actividad profesional, por la que recibía ingresos profesionales y pagaba los impuestos correspondientes. Ahora mismo Pocat es una sociedad sin más actividad e ingresos que los derivados del alquiler mencionado, desde el año 2011 en el que el Sr Catala regresó a la actividad pública. Respecto de estos ingresos, el Sr Catala paga los impuestos que corresponde a la mencionada sociedad"
La compañía declara tener un empleado fijo, aunque su retribución anual se ha situado en los últimos cuatro años en torno al 50% del salario mínimo –entre 4.565 euros y 4.922–, lo que excluye que trabaje a jornada completa.
Más de 1.000 euros de alquiler por semana en la misma urbanización
Como, según el PP, el alquiler de los inmuebles de su propiedad constituía ya en 2012 el único foco de actividad de Pocat y como los ingresos se despeñaron una vez que Catalá regresó al Gobierno tras el paréntesis de la etapa de Zapatero, surge también otra pregunta en relación a esos arrendamientos: ¿aparecen reflejados en la casilla de "otros ingresos de explotación", reservada a las entradas de fondos que recibe una mercantil por actividades distintas a las que constituyen su objeto social principal?
Tampoco es posible averiguarlo, pero la baja cuantía de las cifras anuales declaradas por "otros ingresos" abre interrogantes sobre si realmente pueden corresponderse con el alquiler de dos inmuebles como los que posee Pocat, el primero en un escenario vacacional privilegiado y el segundo, de 47 metros cuadrados según el Registro, justo en la esquina de una de las calles más conocidas de Chamberí. Las cifras son estas: 9.600 euros en 2014; 9.400 en 2015; 8.075 en 2016 y 0 en 2017. En el mismo complejo residencial de lujo donde se enclava el piso de Denia, las páginas de reservas turísticas ofrecían este miércoles para el todavía lejano julio de 2019 un apartamento por más de 1.000 euros la semana.
El PP tampoco accedió a explicar en qué apartado de las cuentas de Pocat figura el importe de los alquileres.
Ni un euro de deudas
Según su última declaración patrimonial, publicada en el BOE el pasado viernes, Catalá no mantiene ninguna deuda viva. En 2012, la suma de sus bienes, inmuebles, dinerarios y de toda naturaleza, alcanzaba la cifra de 769.933 euros; ahora, el cómputo ha disminuido nada menos que en 437.177 euros hasta quedarse en 332.755 euros. Con los datos disponibles, no es posible aventurar ningún porqué para esa drástica disminución. Después de 2008, y según la información registral consultada por este periódico, Pocat no ha acometido ninguna nueva ampliación de capital.
El jueves, el digital elplural.com ya publicó que Catalá había adquirido cuatro propiedades a través de una sociedad, y agregó luego que entre las "compras" se contaba la del piso de Denia donde veranea. La declaración de bienes presentada por el exministro en el Congreso [puedes consultarla pinchando aquí] sostiene que la adquisición del piso de Denia, donde veranea Catalá desde hace años, se produjo por "compraventa". Según esa declaración, el exministro posee el 49,7% de Pocat.
La compra del piso de Madrid, localizado en el céntrico distrito madrileño de Chamberí, tuvo lugar en mayo de 2009. Al año siguiente, y a medias con un antiguo directivo de Codere, el grupo de juego y apuestas del que Catalá fue secretario general antes de regresar a la gestión pública como secretario de Estado de Fomento en enero de 2012, Pocat compró una parcela en Sanxenxo (Pontevedra), municipio en el que Catalá también pasa parte del verano. A tenor de los datos del Registro, esa parcela sigue sin edificar.
Entre 2012 y 2017, las pérdidas acumuladas después de impuestos por Pocat suman 201.791 euros: exactamente 40.000 euros menos que antes de impuestos.
Las cuentas de la empresa reflejan una abultada deuda a largo plazo distinta de la que mantiene con entidades de créditos. En 2017, esa deuda no vinculada a los bancos ascendía ya a 199.104 euros. ¿Procede esa deuda de préstamos que Catalá, como persona física, le ha hecho a su propia empresa? Esa es otra de las preguntas que el exministro ha rechazado contestar.
El exministro de Justicia, Rafael Catalá, ha pasado a engrosar la lista de altos cargos con sociedades que, de manera objetiva, ahorran impuestos a sus propietarios. Constituida en mayo de 2008, la empresa de la que Catalá y su esposa son únicos propietarios y cuya titularidad consigna en su declaración de bienes del Congreso –Pocat Consultoría y Management SL– no nació, según el PP, "para comprar ninguna vivienda". Pero lo cierto es que su primera operación de envergadura, realizada a los cinco meses de su constitución, fue la adquisición de un inmueble mediante un mecanismo más sofisticado e infrecuente que la compra: un "aumento de capital" cubierto por los dueños de Pocat mediante una aportación en especie.