¿Qué le pasa a la izquierda alternativa? ¿Por qué le cuesta unirse, sumar, combatir junta a la troika, a la derecha, al neoliberalismo? ¿Qué le ocurre?
Cayo Lara apremió a sus compañeros europeos a emprender esa reflexión "importante". El coordinador federal de IU abría así el plenario del IV Congreso del Partido de la Izquierda Europea (PIE), que reúne en el hotel Auditórium de Madrid, desde este viernes hasta el domingo 15, a 350 delegados de 33 partidos de toda Europa, entre ellos la propia IU, el PCE, Esquerra Unida i Alternativa (Cataluña), Die Linke (Alemania), Syriza (Grecia) o Front de Gauche (Francia). El llamamiento, recurrente, llega en un momento clave, crucial, a las puertas de unas elecciones a la Eurocámara de mayo de 2014, y justo cuando las formaciones progresistas –IU también– intentan trenzar alianzas para ser más grandes, más potentes, y poder plantar cara a la derecha, salir de la austeridad y "reconstruir" Europa. La federación aún no ha conseguido trenzar ningún pacto a estas alturas, aunque aún queda tiempo.
El coordinador, como tantas otras ocasiones, alertó de los riesgos de la devastación del capitalismo, de los estragos que la crisis está causando en la sociedad, del crecimiento de la desigualdad y la pobreza, y cómo en ella anida igualmente la corrupción. La política "no está para generar problemas", y cuando los crea "se da el caldo de cultivo para que crezcan los partidos populistas y fascistas, y eso es peligrosísimo", porque después "viene lo que no queremos". "Nos toca trabajar y aportar nuestro modesto grano de arena para intentar unir a la izquierda alternativa europea. Yo sé que tenemos muchísimas diferencias, ¿pero por qué será que la derecha no tiene tantos problemas a la hora de ponerse de acuerdo en lo común, en lo esencial, y por qué la izquierda tiene tantos problemas y nos cuesta tanto trabajo ponernos de acuerdo en montar frentes y hacer alianzas comunes para confrontar contra el enemigo común, que sí tiene claro qué es lo que defiende? Aparentemente, estamos muy lejos, pero no podemos estar tan lejos porque no forjar esa unidad necesaria de la izquierda alternativa en Europa significará que seguirán ganando los de siempre, la derecha económica y política", clamó el líder entre aplausos.
El PIE –26 partidos miembros, siete observadores– aglutina en sí mismo a un arcoíris de ideologías cercanas, pero diferentes: anticapitalistas, comunistas, socialistas, ecologistas, feministas, ecosocialistas... Distintas sensibilidades a las que se unen las cesuras norte-sur que atraviesan al Viejo Continente.
"La deuda nos está esclavizando"
La unidad frente a la derecha, frente a la troika, la necesidad de construir otro modelo de Europa, recorre este IV Congreso. Pero ya era un latiguillo constante que se ha oído en las diversas citas del PIE, tanto por boca de Lara como de otros dirigentes, como Pierre Laurent, presidente del PIE y líder del Partido Comunista Francés –y apuesta segura para la reelección–, o el griego Alexis Tsipras, mirlo blanco de la izquierda alternativa europea y que será nominado en este cónclave, si nada se tuerce, como candidato a la Presidencia de la Comisión Europea.
"Bienvenidos a Madrid, que se dijo un día que sería la tumba del fascismo –saludó Lara–. Nuestros combatientes de entonces no lo consiguieron, pero hoy sí nos toca conseguir que este congreso del PIE sirva para dar un paso más para que un día podamos hablar de la tumba de la troika. Sería un buen homenaje a aquello que no pudimos hacer hace tanto tiempo".
Lara no cesó de apelar a la "unidad de la izquierda", a la urgencia de hacer "frente común frente al enemigo común, el neoliberalismo". Para combatir, subrayó, el dominio de los mercados y las finanzas, para reconquistar la "democracia" para los ciudadanos y arráncarsela a los tecnócratas, para garantizar la supervivencia del Estado del bienestar, para luchar contra la "supresión de los derechos laborales y sociales", los que "atacan al sindicalismo de clase" y los que quieren "convertir derechos en negocios", para plantar cara a los que quieren "frenar la legítima protesta de la gente". No la citó, pero el líder de IU estaba refiriéndose a uno de los últimos anuncios del Ejecutivo, la Ley de Seguridad Ciudadana.
El pago de la deuda "ilegítima" es uno de los temas estrellas de este IV Congreso, y es una de las propuestas que aparecen en el pórtico de la plataforma programática, una especie de programa común de todos los integrantes del PIE. Esa deuda, dijo Lara, "nos está esclavizando", mientras se usa el "déficit como excusa para reducir el Estado y se privatizan los servicios públicos esenciales". La deuda, abundó, ahoga "el Estado social y el desarrollo", al tiempo que el capital financiero "sigue acumulando beneficios".
El "tándem" de socialdemócratas y conservadores, en pie
El pacto entre la CDU de Angela Merkel y el SPD sirvió al coordinador para recordar que el "tándem entre socialdemócratas, conservadores y liberales sigue funcionando en la Unión". Un aviso a navegantes, para que los electores no se dejen seducir por el discurso socialista, pues en realidad "ha claudicado" y no presenta una "política alternativa".
Pero IU, y Lara en particular, no se olvida de que su obligación es crecer mucho más y creerse que puede ser algún día fuerza de Gobierno, y no en vano el líder ha aconsejado a los suyos que estén alerta. Hoy también se lo dijo a sus compañeros europeos: "Podemos tener un día el Gobierno, pero eso no significa tener el poder, que va más allá de los propios gobiernos [...]. Tenemos que tener al pueblo organizado, al tejido social organizado. Cuando adoptemos medidas y seamos Gobierno necesitaremos al pueblo organizado para respaldar esas medidas y no demos un paso atrás, para que el No pasarán se cumpla en Europa".
Los ciudadanos y los trabajadores de la UE, dijo Lara, deben hacer "cada vez más suyas" las propuestas de la izquierda alternativa, para "combatir esta locura, este capitalismo salvaje que es radicamente incompatible con la propia democracia". Cambiar la correlación de fuerzas, aumentar el peso de la izquierda, debe ser "un objetivo" claro, para frenar así a las "fuerzas populistas o fascistas que pueden destrozar los avances en nuestras débiles democracias".
La "voluntad de poder"
Los llamamientos a la unidad se reiteraron en toda la sesión de apertura. Estuvo, desde luego, en las palabras del vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, quien advirtió a la izquierda alternativa de que no puede "darse el lujo de distanciarse de sus compañeros", de que los "pequeños feudos" eviten que se produzca la convergencia: "Habrá diferencias en 20 puntos, pero coincidimos en 100. Guardemos los otros 20 para después. Somos demasiados débiles para seguir en peleas de capilla distanciándonos del resto".
Alexis Tsipras, líder de Syriza; Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, y Pierre Laurent, presidente del PIE, este viernes 13 de diciembre en el hotel Auditórium de Madrid | EFE
Pero el número dos de Evo Morales reivindicó también la importancia del poder, al que no puede renunciar, y prácticamente trazó una hoja de ruta para los líderes europeos, para que tomen como ejemplo lo ocurrido en Latinoamérica. "Algo está fallando" en las propuestas para que no conquiste mayoritariamente a la ciudadanía. La izquierda, enfatizó, "no se puede conformar con el diagnóstico y la denuncia", porque "sirve para generar indignación moral, pero no para generar voluntad de poder". "La izquierda europea, a esta vorágine depredadora y destructora que lleva adelante el capitalismo, tiene que comparecer con propuestas. La izquierda europea tiene que construir un nuevo sentido común en el fondo de la lucha política. La izquierda tiene que luchar por un nuevo sentido común progresista revolucionario y universalista", aconsejó. Además, Europa es un eslabón fundamental en el mundo, no puede quedarse sola Latinoamérica, imploró: "Luchen, luchen, luchen. No nos dejen solos a otros pueblos. Los necesitamos a ustedes, a una Europa que no vea a distancia, que vuelva a alumbrar el destino del continente y del mundo". Las palabras de García Linera fueron respaldadas por el auditorio y alabadas por los asistentes. "Brutal", comentaba a la salida un hombre fuerte de IU.
Ante el plenario intervino también Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO y líder de la Confederación Europea de Sindicatos (CES). En su discurso, breve, Toxo insistió en la necesidad de que Europa enhebre un "relato alternativo al discurso neoliberal conservador", demostrar que caben otras vías, porque "no hay evidencia empírica en el mundo de que de una crisis se salga sólo con austeridad". La Unión requiere de un "nuevo paradigma", de un revalidado "contrato social", necesita ser "refundada en clave democrática". También advirtió, como Lara, del peligro del ascenso del populismo y de la extrema derecha.
La izquierda europea desinfla su propuesta de que no se pague la deuda soberana “ilegítima”
Un partido ya para la "acción"
Laurent cerró el ciclo de los parlamentos de mayor relumbrón de la tarde. El presidente del PIE glosó los logros conseguidos en los últimos tres años, desde el anterior cónclave, en los que ha conseguido fortalecerse El PIE, pasando de ser un "cruce de intercambios políticos" a ser un partido "para la acción", cuya principal misión es el "empuje" de la izquierda en todos los países europeos, con las elecciones europeas de mayo como norte.
El IV Congreso, organizado en Madrid bajo el lema Change Europe. La Europa del trabajo, no ha hecho más que arrancar. Mañana sábado deben discutirse el documento político, el programa de mínimos o los estatutos, aunque todos los textos vienen precedidos de un consenso generalizado. El domingo, se votará la nueva ejecutiva, en la que Laurent previsiblemente será reelegido como presidente del PIE. Y también Alexis Tsipras, líder de Syriza, cuenta con todas las papeletas para convertirse en candidato de la izquierda alternativa a la Presidencia de la Comisión Europea. Pocos partidos se oponen. Pero los hay, reconoció Laurent, porque entienden que sería "legitimar" a las instituciones europeas.
¿Qué le pasa a la izquierda alternativa? ¿Por qué le cuesta unirse, sumar, combatir junta a la troika, a la derecha, al neoliberalismo? ¿Qué le ocurre?