Cómo puede hacer más eficaz la política del Gobierno medio centenar de científicos
El Gobierno puso en marcha este jueves la Oficina Nacional de Asesoramiento Científico, que enviará a cada uno de los 22 ministerios un experto para apoyar en la toma de decisiones, y contratará a otros tantos en diferentes proyectos para estrechar el vínculo entre la administración el mundo académico. El objetivo es que las decisiones que toman los gobernantes sean más eficaces y que antes de aprobar una ley se valoren sus consecuencias en diferentes sectores de la sociedad mediante un análisis independiente.
El presidente Pedro Sánchez presentó el gabinete científico este jueves en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y describió al nuevo órgano, la Oficina Nacional de Asesoramiento Científico (ONAC) como "uno de los pasos más transformadores de la sociedad en el corto y largo plazo". Sánchez pidió a los científicos españoles que "arrimen el hombro" para ayudar al país, aunque explicitó que su asesoramiento tendrá que encajarse con la voluntad del Gobierno. "La ciencia no puede decidir, porque no tiene una voz única, y porque la soberanía no reside en ella. Pero eso no significa que las instituciones no tengan la obligación moral de escuchar a la ciencia y apoyarse en ella todo lo posible", afirmó el presidente.
La bióloga María José Sanz estuvo presente durante la presentación del ONAC. Desde el mundo científico, trabaja y colabora desde hace tres décadas con instituciones públicas y gobiernos y coincide con esa visión de que los expertos deben aportar conocimiento, pero que la solución no pasa siempre por la ciencia. "Nuestro papel es poner evidencias sobre la mesa y evaluar las políticas para ayudar a los que toman decisiones, pero la ciencia no prescribe soluciones". Sanz es directora del Basque Centre for Climate Change y asesora del IPCC, el panel de expertos en cambio climático de la ONU. También trabajó durante 11 años en órganos internacionales como la FAO, la agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura.
Durante esa etapa, la experta confiesa que el científico que asesora a un político debe asumir que detrás de la toma de decisiones hay un contexto social y económico que no se puede ignorar. "Muchas veces el problema no es que no se quiera escuchar a la ciencia, sino que las soluciones óptimas para el académico no son factibles en el mundo real", afirma a infoLibre.
También acudió a hablar junto al presidente Miguel Hernán, catedrático de Epidemiología de la Universidad de Harvard, quien animó encarecidamente a sus compañeros de profesión a unirse al proyecto. Hernán ha asesorado a las agencias del medicamento de Europa y Estados Unidos, y durante la presentación defendió esta colaboración entre ciencia y política. "La ONAC creará las condiciones para que científicos de diferentes disciplinas se junten para conversar sobre problemas complejos que ninguno de ellos conoce completamente. Aprenderán unos de otros y entenderán las relaciones entre los distintos aspectos del problema. Lo sé porque es lo que nos ha ocurrido a quienes hemos participado en estos procesos en otros países".
Por su experiencia, también dijo que lo mejor de estos encuentros es que ambas partes tendrán que ceder, porque una cosa es contar con la evidencia científica, y otra es gobernar. "Los gobiernos tienen que estar dispuestos a integrar el asesoramiento científico en la toma de decisiones, y los asesores tienen que estar dispuestos a entender la dificultad de tomar decisiones. Porque la evidencia científica es un ingrediente importante, pero no el único", resumió.
Sánchez anuncia la creación de una figura de 'asesor científico' en cada uno de los ministerios
Ver más
María José Sanz también defendió que no solo son necesarios científicos técnicos, también expertos en políticas públicas, economía y comunicación. En su campo, el medioambiente, ha habido enormes avances tecnológicos en la última década, pero para llevarlos a buen puerto hace falta convencer a la población y hacer pedagogía. "Hemos tenido que incorporar las ciencias sociales porque las barreras ya no está en la tecnología sino en su despliegue. Necesitamos otros conocimientos para evitar la oposición a la transición ecológica. En eso está ahora el IPCC, en un momento de inflexión", apuntó la experta.
Una de sus experiencias de apoyo científico a la administración fue en el conflicto ambiental sobre la central térmica de Andorra, en Teruel, donde la complejidad atmosférica no dejaba claro si la construcción de una chimenea de más de 300 metros de altura disipaba o no la contaminación de la planta. Una veintena de ayuntamientos valencianos se enzarzaron con Endesa en una disputa técnica con informes contradictorios, y la Generalitat Valenciana se valió de científicos de una agencia pública para pacificar el conflicto. "La querella de los ayuntamientos se retiró y se creó la primera red de monitorización de la calidad del aire, gracias a la palanca de la ciencia", sentenció la bióloga.
La recién constituida ONAC ya ha abierto el proceso para contratar a los científicos que quieran incorporarse, y estará liderada por Josep Loberas, exdirector de gabinete del Ministerio de Ciencia e Innovación y profesor de Sociología en la Universidad Autónoma. Además de los 22 académicos que irán a los ministerios, se creará otra unidad en el CSIC con una decena de expertos para conectar a cada uno de los científicos que estarán en los ministerios con el resto de la comunidad académica, de manera que puedan recibir apoyo externo. Además, en los próximos meses se lanzarán diversas convocatorias para integrar temporalmente a expertos en órganos adscritos a los ministerios para proyectos concretos. En total, se calcula que habrá alrededor de 50 científicos en la red que se acaba de formar, que se basa a su vez en otros sistemas similares de Canadá, Reino Unido e Irlanda, entre otros países.