Circunscripción propia, delegación, papeletas en blanco... ¿Cómo funciona el voto exterior en otros países?

La reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) por la que se introdujo la figura del voto rogado acaba de cumplir ocho años. Se aprobó en el Congreso de los Diputados en el año 2011 con los votos del PSOE y el PP —y el respaldo de CiU y el PNV—. Desde entonces, ha estado rodeada de polémica. Lo que se hizo fue, exactamente, modificar el artículo 75 de la LOREG. Quedó redactado de la siguiente manera: "Los españoles inscritos en el censo de los electores residentes-ausentes que viven en el extranjero deberán formular mediante impreso oficial la solicitud de voto dirigida a la correspondiente Delegación Provincial de la Oficina del Censo Electoral". Los emigrantes españoles, de este modo, comenzaron a tener que mostrar su voluntad de votar antes de cada cita con las urnas. Empezaron a "rogar" su voto.

La medida fue duramente criticada por todos aquellos españoles que, por una cuestión u otra, ya no residían en España pero querían seguir teniendo voz, y sobre todo voto, en los comicios de su país. Reclamaron que se diera marcha atrás a la reforma. Pero de poco sirvió. Ahora, ocho años después, la situación es la misma. Siguen exigiendo que se ponga fin a una fórmula que, según dicen, ha puesto barreras innecesarias al voto, provocando un descenso considerable en la participación electoral desde el exterior. Los datos les avalan: en 2008, el último año en el que se celebraron elecciones generales sin que existiera el voto rogado, la participación de los españoles emigrados fue del 31,7%, según los datos del Ministerio del Interior. En los siguientes comicios, los de noviembre de 2011, la abstención llegó al 95% (participó un 4,9% del Censo Electoral de los Residentes Ausentes, CERA). Desde entonces, la tónica ha sido esa. 

La reforma que intentaron acometer el Gobierno y Unidos Podemos finalmente tendrá que esperar, como mínimo, hasta el inicio de la siguiente legislatura. Será entonces cuando, espera María Almena, de la plataforma de emigrantes Marea Granate, no solo se derogue el ruego del voto, sino que se acometan reformas importantes destinadas a mejorar el funcionamiento del voto exterior. Para ello, además de las propuestas que presentó la propia organización ante la Comisión Constitucional que estudiaba la reforma de la ley electoral, hay otros países en los que fijarse. El modelo del voto exterior es muy diverso. En ningún país es idéntico a otro. 

 

Método de votación de los electores residentes en el extranjero. | Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA)

De hecho, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), una fundación sueca, realizó un exhaustivo estudio en el año 2007 [que se puede consultar en este enlace] destinado a explicar, país por país, cómo funciona la legislación del voto exterior. Además del documento, elaboraron una página web con los datos actualizados al máximo posible, tal y como explican fuentes de la organización a infoLibre. Así, se puede observar que el método de votación desde el exterior más frecuente es el presencial, seguido del envío postal de las papeletas —y de los países que, directamente, no permiten el voto de los emigrantes—. No obstante, hay países en los que rige un sistema mixto de votación. 

 

Método de votación de los electores residentes en el extranjero. | Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA)

España no es el único país del mundo en el que sus emigrantes tienen que solicitar el voto antes de las elecciones, mostrando su deseo de participar en los comicios. En Estados Unidos ocurre lo mismo, informa Raquel Romero, de Podemos Exterior, un grupo que, dice, ha estudiado las fórmulas empleadas en otros lugares del mundo a la hora de acometer una legislación regulatoria del voto exterior. Almena lo confirma: "Allí hay un requisito de preinscripción, por eso la participación es tan baja. Es un método disuasorio", asegura. Pero hay matices. Tienen que hacerlo para absolutamente todas las elecciones y vivan donde vivan: dentro o fuera del país. "El registro se hace una vez al año y vale para todas las elecciones", explica Romero. Portugal, según informa Jesús García, perteneciente a la Marea Granate y residente en el país, lo ha eliminado recientemente. 

infoLibre ha consultado al resto de partidos políticos si han observado modos de legislar el voto exterior en otros países que pudieran trasladarse a España. Además de Podemos, el PP respondió que, más que tomar el ejemplo de otros lugares, prefiere adaptar sus demandas de reforma del voto rogado a las necesidades que consideran específicas de los españoles residentes en el extranjero. A la hora de editar esta información, el PSOE no pudo responder y no se obtuvieron comentarios desde Ciudadanos. 

Circunscripción exterior

Hay muchas vías que otros países han adoptado para facilitar el voto de los residentes en el extranjero. Una es la circunscripción exterior. Es, de hecho, una de las demandas más repetidas por Marea Granate y una de las reclamaciones incluidas en el informe que presentaron ante la Cámara Baja. "Creemos que es fundamental que los intereses de la ciudadanía española que vive en el extranjero se vean representados en ambas cámaras a través de la creación de una circunscripción exterior, cumpliendo de esta forma con una reivindicación histórica de la emigración española. La problemática específica de quienes vivimos fuera de nuestro país queda con muchísima frecuencia alejada de leyes y parlamentos y es difícil de abordar sin una representación directa", consideran. 

No es algo anómalo. Existe, por ejemplo, en Francia, donde reside Almena. "Es una demanda histórica de la emigración. De hecho, el programa socialista de José Luis Rodríguez Zapatero la incluyó", dice. "Es un mecanismo que no solo tiene Francia, sino que también existe en Italia y Portugal", añade. ¿En qué consiste? En reservar una serie de diputados y senadores para ser escogidos mediante el voto de los residentes en el extranjero. Por ejemplo, en Portugal, según García, los emigrantes pueden escoger "a cuatro diputados de los 230 que puede llegar a tener la Asamblea". "La circunscripción exterior apunta al logro de ciertos objetivos como los de reforzar los términos de vinculación con la comunidad política nacional, promover una agenda propia legislativa e intervenir directamente en los debates y procesos de toma de decisión política sobre los temas de interés nacional", afirma Marea Granate. 

Pero Almena lamenta que sea una demanda difícil de conseguir: "Nos daría mucho peso político, convirtiéndonos en la tercera provincia española por la cantidad de población que está fuera", indica. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha 1 de enero de 2019 hay 2.084.479 residentes en el extranjero incluidos en el CERA. Pero no es complicado solo por eso. "Incluirlo requiere una reforma de la Constitución", afirma. Así lo dijo un informe elaborado por el Consejo de Estado en el año 2009. No obstante, todos los grupos del Senado aprobaron en 2017 una moción presentada por Unidos Podemos que incluía estudiar este aspecto concreto. 

Voto por delegación

Pero no solo existe ese elemento. Hay otro que también Francia ha puesto en práctica. Se trata del voto por delegación o voto proxyproxy, tal y como lo denomina la fundación IDEA. "Aquí en Francia funciona incluso para los residentes dentro del país", explica Almena. "Es sencillo y funciona muy bien. La persona que vota va a cualquier comisaría y pide que otra persona vote por ella en la mesa electoral que corresponda", explica. Es otra de las propuestas que se llevaron al Congreso.

"La delegación de poder permitiría el ejercicio del derecho a voto en países con dificultades en los sistemas de envíos postales o en situaciones de movilidad extrema de los emigrantes", explicó la organización en su informe presentado ante la Cámara Baja. Esto, dicen, paliaría los problemas de inscripción de los emigrantes en los consulados. Un proceso que, según explica Almena, no es tan sencillo como parece por la ausencia de instituciones en todas las ciudades o, incluso, por los horarios tan restringidos que tienen. 

Además de en Francia, según los datos de IDEA, este método está presente en otros países como Reino Unido, Países Bajos o Bélgica. En España, en cambio, no ha sido una propuesta que haya estado tan encima de la mesa como sí lo estuvo la creación de una circunscripción exterior. 

Papeleta en blanco

El Gobierno socialista de Pedro Sánchez y Unidos Podemos presentaron el pasado 8 de febrero en el Congreso de los Diputados una proposición de ley de reforma de la Ley Electoral que la Mesa aceptó tramitar por el procedimiento de urgencia y de lectura única. La iniciativa partía de la eliminación del voto rogado y, para agilizar los trámites, proponía que los electores residentes fuera de España recibieran una papeleta en blanco, lo que facilitaría que disponer de esa documentación en plazo. 

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Concretamente, lo que planteaban PSOE y Unidos Podemos en esta reforma es que los electores ya no tendrán que esperar a conocer todas las candidaturas, sino que recibirán una papeleta en blanco donde escribir el sentido de su voto y una documentación con las instrucciones sobre cómo podrán conocer las candidaturas proclamadas, de las que se informará en la página web del Ministerio de Exteriores, vía telefónica o a través de la oficina consular.

Fue una medida controvertida. Generó dudas, de hecho, en PP y Ciudadanos, que no terminaron de apoyarla. Pero la medida no era nueva. "Se da la circunstancia de que este modelo de papeleta es bien conocido por los electores en el extranjero, ya que se utilizó en las elecciones municipales hasta 2011 y desde entonces se ha seguido utilizando para el voto en las elecciones municipales de los españoles que se encuentran temporalmente en el extranjero", recuerda la propuesta presentada en la Cámara. Pero es algo que, además, está en marcha en Finlandia —donde a cada candidato se le asigna un número, que es el que se escribe— y Suecia, según Romero. 

El adelanto de los comicios ha frustrado la reforma de la ley electoral y, con ella, la derogación del voto rogado, que seguirá vigente en las próximas elecciones del 28 de abril y del 26 de mayo. Será después, con la composición de las próximas Cortes, cuando el nuevo equilibrio de fuerzas resultante de las urnas tenga que comenzar, de nuevo de cero, como lamenta Almena, a debatir cómo acometer lo que desde fuera de España se lleva años exigiendo.