La nueva legislatura
Los códigos de conducta de diputados y eurodiputados: las diferencias entre ser parlamentario en Madrid o en Bruselas
Este martes 21 de mayo se celebra la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados. En esta cita, convocada para las 10.00 horas, toca elegir al presidente de la Cámara, a los miembros de la Mesa –órgano de gobierno– y los diputados elegidos en las generales del pasado 28 de abril son llamados, uno a uno, para acatar la Constitución y asumir su condición plena de parlamentario. En los días previos, han ido personándose en la Carrera de San Jerónimo para realizar todo el papeleo necesario, hacerse la foto oficial y recoger el llamado kit del parlamentario, integrado por un teléfono móvil y una tableta digital.
Los diputados estrenarán la XIII Legislatura con algunas novedades en el funcionamiento interno del Congreso que les afectan directamente: además de cumplimentar las ya conocidas declaraciones de bienes y actividades, deberán efectuar una de intereses y publicar su agenda institucional y sus reuniones con los grupos de interés. Son algunos de los preceptos del Código de Conducta al que deben someterse los parlamentarios y que fue publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales el pasado 2 de abril.
Tras varios meses en los que los grupos parlamentarios no se pusieron de acuerdo en los ejes de este código, fue la presidenta del Congreso, Ana Pastor (PP), la que asumió personalmente la redacción de estas normas de funcionamiento interno de la Cámara. Se trataba, además, de dar cumplimiento a las recomendaciones en materia de transparencia que el Grupo de Estados contra la Corrupción (Greco) realizó al legislativo español hace más de cinco años.
Fuentes conocedoras del proceso de redacción de este código aseguran que se tuvo en cuenta la experiencia de parlamentos de países de nuestro entorno y también el código de conducta de los diputados del Parlamento Europeo.
Al igual que ocurre con el Congreso, la composición del Parlamento Europeo se renovará en breve. Sólo cinco días después de la constitución de las Cortes, y coincidiendo con las elecciones autonómicas y municipales. Muchas de las obligaciones que las normas de funcionamiento interno de la Eurocámara contemplan para los parlamentarios electos están también incluidas en los documentos equivalentes de la Cámara Baja.
infoLibre pasa el filtro a los códigos de conductas y a las obligaciones de los miembros del Parlamento Europeo y a las que afectarán a los diputados de la XIII Legislatura para poner el foco en aquellos puntos en los que hay diferencias significativas.
Más de siete años de diferencia
El Código de Conducta de la Eurocámara entró en vigor el 1 de enero de 2012. Entre otras cuestiones, define el concepto de "conflicto de intereses", recoge normas sobre regalos oficiales y obliga a los diputados a presentar una declaración detallada de sus intereses económicos.
El documento equivalente del Congreso de los Diputados empezará a aplicarse en esta XIII Legislatura tras un acuerdo de la Mesa del 28 de febrero. Llega, pues, más de siete años más tarde que el del Parlamento Europeo y, como en este último, una de sus principales misiones es la de evitar conflictos de intereses en sus señorías. Es independiente del Reglamento de la Cámara.
Nuevas tecnologías y transparencia
"Con la finalidad de atender las nuevas exigencias derivadas de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y de las demandas de los ciudadanos en materia de transparencia, la Mesa del Congreso de los Diputados ha querido desarrollar esta regulación", contempla el preámbulo.
Declaración de intereses económicos
Quienes ocupan un escaño en el Parlamento Europeo deben presentar al presidente de la Cámara una declaración de intereses económicos antes del final del primer periodo parcial de sesiones siguiente a las elecciones. Si en la situación original se producen cambios o variaciones, los parlamentarios están en la obligación de comunicarlo.
En España, los diputados del Congreso no tenían esta obligación hasta esta misma legislatura. En fechas anteriores, han tenido que cumplimentar declaraciones de bienes y declaraciones de actividades. Algunos de los datos que se exige consignar a los eurodiputados ya han figurado en los últimos años en las declaraciones de actividades de la Cámara Alta. Es el caso, por ejemplo, de la participación en empresas o sociedades.
No obstante, la información que se exige aportar en Bruselas es más completa que la que se pide en España. El formulario de la declaración de intereses económicos en España –un folio de extensión– consta de tres apartados: Actividades que se hayan desempeñado en el pasado y que le hayan proporcionado ingresos, donaciones, obsequios y beneficios no remunerados obtenidos con anterioridad a la toma de posesión y "otros intereses a declarar".
En cada uno de los casos se pide una breve descripción de la actividad desempeñada, el periodo de tiempo y que se concrete el "empleador" o la "persona benefactora". Pero sólo en el caso de las donaciones se pide precisar una "valoración aproximada".
En cambio, el del Parlamento Europeo –ocupa seis folios– consta de ocho apartados y sí se pide, en todos los casos, fijar el baremo de ingresos en horquillas comprendidas entre el euro y los más de 10.000 euros brutos mensuales.
Los ocho apartados son los siguientes: actividad profesional en los tres años anteriores a la asunción del escaño, asignaciones percibidas de otros parlamentos, actividades por cuenta ajena, pertenencia a consejos de administración, actividades ocasionales, participaciones en empresas, apoyo económico, de personal o de material y otros intereses económicos.
El papel de los antiguos diputados
El Código de Conducta que afecta a los diputados no contempla nada relativo a los parlamentarios que ya no están en activo. Sí lo hace el que se aplica a los eurodiputados.
Lo recoge en el artículo 6, "Actividades de los antiguos diputados". "Los antiguos diputados al Parlamento Europeo que desarrollen actividades de representación de intereses o de representación de carácter general directamente relacionadas con el proceso de decisión de la Unión Europea deberán informar de ello al Parlamento Europeo y no podrán beneficiarse, durante el periodo en el que desarrollen tales actividades, de las facilidades concedidas a los antiguos diputados de conformidad con la reglamentación establecida al efecto por la Mesa", establece.
Regalos
Los preceptos que en esta materia afectan a los eurodiputados son más concretos que los que afectan a los parlamentarios españoles.
Según el Código de Conducta del Congreso, los diputados "se abstendrán de recibir obsequios o beneficios similares que puedan ser razonablemente percibidos como un intento de influir en su conducta como Parlamentario".
Sí podrán, no obstante, recibir regalos personales "de amigos y familiares que se hayan otorgado sin vinculación alguna con su labor como Parlamentario". Y aceptar aquellos "obsequios, descuentos o beneficios de similar naturaleza que sean comunes de acuerdo con los usos y costumbres y cuya entrega y recepción se encuentren desvinculados de su actividad política".
En cambio, los obsequios recibidos por el diputado en los viajes oficiales autorizados por la Mesa del Congreso deberán ser entregados a la Secretaría General de la Cámara "cuando sean ofrecidos por la representación que se ostenta y no a título personal y superen cierto valor". "Dichos regalos serán inventariados y publicados en el Portal de Transparencia del Congreso de los Diputados" refleja el citado código.
En el Parlamento Europeo estos regalos también son inventariados y hay un registro de los mismos. Pero existe un formulario que han de cumplimentar para notificar esos obsequios en el que, además, deben consignar el valor del mismo que estima el parlamentario.
También se concretan las cantidades: "en el ejercicio de sus funciones, los diputados al Parlamento Europeo se abstendrán de aceptar obsequios o beneficios similares, salvo cuando el valor aproximado de aquellos sea inferior a 150 euros y les sean otorgados con arreglo a normas de cortesía, o cuando se trate de obsequios que les sean otorgados con arreglo a normas de cortesía cuando representan oficialmente al Parlamento".
Viajes
Nada prevé el Código de Conducta de los parlamentarios españoles en materia de viajes más allá de la mención que se hace a los regalos que sus señorías puedan recibir en los mismos. Por el contrario, en una decisión de la Mesa de la Eurocámara fechada el 15 de abril de 2013, el Parlamento Europeo incluyó un anexo de medidas en la que uno de los apartados es el de "invitaciones a actos organizados por terceros".
Así, los diputados del Parlamento Europeo deben notificar "su asistencia a los actos organizados por terceros para los cuales el reembolso de sus gastos de viaje, alojamiento o estancia, o el pago directo de dichos gastos, corra a cargo de terceros".
Para ello, existe un formulario específico.
No obstante, hay excepciones. Estarán exentos de la obligación de comunicación cuando el tercero que pague o reembolse los gastos sea, por ejemplo, una institución, órgano u organismos de la Unión Europea, una organización internacional reconocida o un partido político.
Asistencia a las sesiones
El Reglamento del Congreso contempla que el diputado podrá ser privado, por acuerdo de la Mesa, de alguno o de todos los derechos que le conceden "cuando de forma reiterada o notoria dejare de asistir voluntariamente a las sesiones del Pleno o de las Comisiones". Pero no concreta nada más.
En el Parlamento Europeo, sin embargo, no asistir a los plenos puede conllevar la retirada de algunas de las dietas que se abonan a los diputados.
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Los eurodiputados gozan de 4.513 euros mensuales en concepto de "dietas para gastos generales". Estas se reducen a la mitad si los diputados no asisten a la mitad de las sesiones plenarias en un año parlamentario (de septiembre a agosto) sin la debida justificación.
Además, el Parlamento Europeo paga una dieta diaria fija de 320 euros para cubrir los gastos en los que incurren sus diputados en los periodos de actividades parlamentarias. Para poder tener acceso a ella, deben acreditar su presencia firmando en los registros oficiales abiertos a tal efecto. Y en los días de votación en el Pleno, si un diputado falta a más de la mitad de las votaciones nominales, la dieta se reduce a la mitad, aunque haya estado presente.
En ambas instituciones, el incumplimiento de estos códigos podría acarrear la imposición de sanciones. El encargado de velar por ello en Bruselas es el llamado Comité Consultivo sobre la Conducta de los Diputados; en Madrid, se creará una Oficina de Conflictos de Intereses. Entre sus funciones tendrá la de comprobar las declaraciones incluidas en el registro de intereses, algo que hasta la fecha no ocurría.