Solo o en compañía de otros: Sumar busca su propio espacio en las elecciones gallegas y vascas

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Superada la prueba de las generales y constituido el Gobierno de coalición, la vicepresidenta Yolanda Díaz busca afianzar su marca dotándola de una estructura territorial de la que actualmente carece. Con la vista puesta en las elecciones en Galicia y Euskadi, aún sin fecha prevista, los partidos engrasan sus maquinarias ante un posible adelanto electoral. En el caso de Sumar ya se ha constituido formalmente como partido en ambos territorios, con la idea de repetir el esquema que ya se produjo el pasado 23J.

Así lo explicó el portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, el pasado lunes. "Trabajamos en la lógica de lo que fue el éxito del 23-J. La experiencia de Sumar es lo que permitió sacar los resultados que tuvimos, que hoy haya una investidura progresista en España", aseguró. "Yo creo que los progresistas de este país, en un contexto de avance de la derecha en toda Europa, quieren que trabajemos codo a codo", añadió.

Sin embargo, y a diferencia de lo que sucedió en las generales cuando por la falta de tiempo no se realizó un proceso de primarias para ratificar las listas, las formaciones implicadas, especialmente Podemos, condicionan su presencia a que esta vez sí se haga el reparto mediante esa fórmula. A este respecto, Urtasun simplemente afirmó que los candidatos serán "ratificados de forma democrática", pero evitó dar más detalles.

El caso gallego

En Galicia huele ya a elecciones, a falta de conocer la fecha. El actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, dudó en hacerlas coincidir con las generales, pensando en aprovechar la ola a favor del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pero finamente lo descartó. Se da por hecho que las adelantará a la primavera, probablemente al mes de marzo —la fecha límite es junio—, de común acuerdo con el lehendakari Iñigo Urkullu, que aunque no se presentará a la reelección también tiene que tomar la misma decisión — no es imperativo, pero llevan votando el mismo día desde el año 2009—. 

Aunque Díaz juega en casa, la cita se prevé complicada y los antecedentes no son precisamente halagüeños. Sumar deberá competir por el voto progresista con el PSdeG y con el BNG y revivir a una formación que actualmente no tiene presencia en el Parlamento. El precursor de Sumar, Galicia en Común, no llegó al 4% en 2020, pese a que ese mismo espacio, con las denominadas mareas, llegó a liderar la izquierda en Galicia. Sin embargo, se acabó disolviendo como un azucarillo, agotado por las disputas internas.

El objetivo de Sumar es triple: atraer en una misma candidatura a Podemos, Esquerda Unida y Anova, superar el umbral del 5% y hacer posible una alternativa que ponga fin a 14 años de gobiernos consecutivos de la derecha. Lo primero es, pese a la mala relación entre la formación morada y Díaz a nivel nacional, lo más sencillo. Díaz cuenta a su favor con una disposición de la dirección autonómica Podemos, capitaneada por Borja Sanjuan, para ir en coalición y, en este caso, los de Ione Belarra no prevén poner muchos impedimentos. También hay conversaciones desde hace un mes con la marca de Izquierda Unida en la región y con Anova. Lo que sí ha rechazado ya Díaz es la posibilidad de aliarse con los socialistas en las provincias de Lugo y Ourense. Algunas voces de Sumar atribuyen las informaciones publicadas a que el PSOE trata de hacer ver que no tienen posibilidades en ambas provincias para atraer ese voto útil entorno a sus siglas.

Lo de superar el umbral del 5% dependerá, en buena medida, de la capacidad de articular un proyecto diferenciador del de sus competidores y de la candidatura escogida. A diferencia de lo que ocurre con sus competidores que ya han designado a sus candidatos — Rueda (PP), José Ramón Gómez Besteiro (PSOE) y Ana Pontón (BNG)— en Sumar todavía buscan al suyo. Algunos nombres que se situaban en las quinielas, como el de la actual portavoz de Sumar en el Congreso, Marta Lois, parecen más que descartados mientras suenan otros como el el la exconselleira del BNG, Teresa Táboas, o el del exalcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro.

Sobre la posibilidad de arrebatar al PP la mayoría absoluta, la izquierda se agarra a la falta de consistencia de la imagen pública de Rueda y al varapalo de su mentor, Núñez Feijóo, en las generales. Si la izquierda suma —BNG, PSdeG-PSOE y Sumar— nadie duda que habrá un gobierno alternativo bajo la fórmula del tripartito. Los de Díaz aseguran que con el resultado del pasado 23J, cuando obtuvieron el 11% de los votos y dos actas, podrían irrumpir con fuerza, aunque también son conscientes del voto dual que se da en las autonómicas que irá a parar a los socialistas y, en mayor medida, al BNG.

La batalla vasca

En el caso de Euskadi la entrada en escena de Sumar aboca a reconfigurar un matrimonio de convivienda en el que Podemos quiere tener la voz cantante en la elección de la candidata, con Miren Gorrotxategi al frente —ya lo fue en 2020—, aprovechando la falta de implantación territorial de Sumar. En las pasadas elecciones la marca del espacio, Elkarrekin Podemos, en la que también están Ezker Anitza-Izquierda Unida, Berdereak Equo y Alianza Verde, obtuvo el 8,05% del apoyo electoral y seis asientos, pero en las generales Sumar únicamente logró un diputado. Así, los morados subrayan su preponderancia sobre Díaz, lo que les deja mejor situados para negociar.

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Por lo pronto, la vicepresidenta segunda ha creado la marca Sumar Mugimendua, conformada por excargos de Podemos que se fueron cuanto tomó el control de la organización la actual dirección, en manos de Pilar Garrido —concurrió como candidata el pasado 23J pero se quedó fuera del reparto—. De hecho, el principal negociador por parte de Sumar es el predecesor de Garrido, Lander Martínez, diputado por Bizkaia.

Al igual que ocurre en el caso gallego, Sumar tiene a dos competidores en su mismo espacio: EH Bildu y el PSE. Para diferenciarse de ambas formaciones, quiere situar como prioridades de su acción política la lucha contra la emergencia climática o las políticas de juventud y vivienda, aunque desde la formación son conscientes de que la pujanza de la izquierda abertzale complica sus opciones. Actualmente tienen seis diputados, cuatro de Podemos y dos de IU, un número que prevén repetir pero que se podría reducir a la mitad.

Las alianzas en este caso están menos definidas que en Galicia. Aunque EH Bildu irrumpa con fuerza e incluso logre arrebatar el liderazgo al PNV, los socialistas aseguran que no facilitarán que los de Arnaldo Otegi lleguen al poder y confían en reeditar la alianza con la derecha nacionalista vasca. Por lo tanto, a no ser que Sumar logre un resultado decisivo para inclinar la balanza a un lado u otro, sus diputados no podrán marcar el rumbo del Ejecutivo vasco.

Superada la prueba de las generales y constituido el Gobierno de coalición, la vicepresidenta Yolanda Díaz busca afianzar su marca dotándola de una estructura territorial de la que actualmente carece. Con la vista puesta en las elecciones en Galicia y Euskadi, aún sin fecha prevista, los partidos engrasan sus maquinarias ante un posible adelanto electoral. En el caso de Sumar ya se ha constituido formalmente como partido en ambos territorios, con la idea de repetir el esquema que ya se produjo el pasado 23J.

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