Luis de Guindos, ministro de Economía en funciones, compareció este martes en la Comisión de Economía para rendir cuentas sobre el nombramiento frustrado de José Manuel Soria como director ejecutivo del Banco Mundial. Entre otros asuntos tenía que explicar por qué el Ejecutivo mintió al asegurar que la plaza se había otorgado en un concurso y por qué se afirmó que no darle la plaza a Soria habría sido ilegal cuando en realidad ninguna ley regula dicho proceso. Pero de su comparecencia afloró una nueva mentira. Contrariamente a lo que dijo Mariano Rajoy, Soria no se ha reintegrado a la carrera de funcionario. Así lo admitió el propio De Guindos.
"Lo único que sé es que el señor Soria ya se fue de la política. No es que dejara de ser ministro, es que dejó de ser diputado, dejó de ser presidente del partido [en Canarias] y ya ha manifestado su voluntad de no volver a la política nunca más. El señor Soria es un funcionario y, como tal funcionario, como hacen otros muchos, ha reingresado en la Administración y ha participado en un concurso, como hacen todos los funcionarios. El concurso entre funcionarios se ha resuelto y yo, a partir de ahí, no puedo añadir absolutamente nada más". Quien así hablaba era el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. Era 5 de septiembre y estaba en China, donde participaba en la Cumbre del G-20. Tres días antes, en una decisión que indignó hasta a las filas conservadoras, el Ministerio de Economía había anunciado que el exministro de Industria había sido propuesto como director ejecutivo del Banco Mundial. Y un día después, el 7 de septiembre, José Manuel Soria presentaría su renuncia al cargo a petición del Gobierno.
Esta versión de Rajoy que indica que Soria había "reingresado" a la Administración se cayó este martes en el Congreso de los Diputados. A preguntas en Comisión del diputado socialista Pedro Saura, Guindos adelantó en el turno de réplica que el extitular de Industria está "en excedencia voluntaria". "Al salir el nombramiento se tendría que haber reintegrado", explicó De Guindos.
El socialista Saura intentó, sin éxito, obtener más datos al respecto: "No se reintegró y el señor Rajoy dijo que se había reintegrado", sostuvo quejándose de la forma en la que se ha "retorcido el Reglamento" de la Cámara para que De Guindos compareciese en Comisión y no en pleno, tal y como acordaron por mayoría en la Junta de Portavoces.
Las otras dos mentiras
Previamente a que De Guindos admitiese que Soria sigue en "excedencia voluntaria", el Gobierno se había escudado en un concurso y una ley inexistentes para intentar salir al paso de la polémica del segundo caso Soria. El pasado abril dimitió tras haber mentido sobre su relación empresarial con empresas ubicadas en paraísos fiscales.
La reacción del Gobierno en este caso ha sido proteger a Rajoy y apuntar a De Guindos como máximo responsable de la designación de Soria. Este diario ya informó de que un sector del Ejecutivo culpaba al titular de Economía de no haber dado al presidente todos los datos sobre el nombramiento, ya frustrado de Soria. De ahí, insisten, los patinazos de Rajoy a la hora de explicar los detalles sobre el aterrizaje del extitular de Industria en el Banco Mundial.
En su comparecencia De Guindos defendió en todo momento su gestión de este caso e insistió en que "dentro de la comisión de evaluación" el exministro de Industria presentaba el "perfil más adecuado". El de Soria, recalcó, había sido un nombramiento, “técnico”, administrativo. Y no político.
De Guindos no explicó por qué en su día aseguró que habría sido ilegal vetar a Soria. Se limitó a señalar que en España este tipo de procesos, aunque no públicos, son más transparentes que otros países de nuestro entorno. Más que de ley habló de costumbre. Señaló que siempre estos puestos han sido cubiertos por funcionarios y que en los últimos 30 años habían recaído sobre técnicos comerciales del Estado, los “tecos”, cuerpo al que pertenece Soria.
“No es un nombramiento a propuesta de la Administración General del Estado. Es un nombramiento que hacen las instituciones financieras”, añadió.
¿Y cuál es entonces el papel de la Administración?
De Guindos sostuvo que pese a que se trata de un puesto discrecional, se proporciona “un procedimiento de concurrencia” que calificó de transparente. Dijo que estos puestos se ofrecen a un colectivo de 650 funcionarios a través de las asociaciones profesionales y que “el secretario de Estado y la comisión evaluadora sólo pueden elegir a los que se presentan”. Esto, subrayó, es lo contrario a lo que ocurre cuando se trata de nombramientos “políticos” para los que los ministerios no tienen que hacer concursos.A vueltas con el Gobierno en funciones
El argumento de que se trató de un proceso administrativo, técnico, choca con algunos de los pasos dados por Economía en este proceso. De Guindos admitió que la convocatoria original para esa y otras plazas a organismos económicos internacionales, sólo remitida a las asociaciones de técnicos comerciales y económicos del Estado, se hizo en enero pero que sólo se cubrieron las destinadas a asesores. ¿Por qué? La situación de un Gobierno en funciones, relató De Guindos, le obligó a ser prudente y a esperar a que hubiese un Ejecutivo.
El ministro desveló que para la plaza de Soria se presentaron 25 candidatos originalmente y que en la nueva convocatoria, no pública, del 28 de junio los aspirantes se redujeron a 10. Fue la Abogacía del Estado, según el ministro, la que reclamó que se procediera a una nueva convocatoria al considerar extinguida la primera. No pasa inadvertido que este nuevo proceso se abrió dos días después de las elecciones generales.
De Guindos desvinculó la nueva convocatoria para cubrir plazas en los organismos financieros internacionales del hecho de estar preparando un puesto a medida para su amigo Soria, tal y como se le acusó desde la oposición. Según señaló, las plazas de asesores se cubrieron y el 4 de marzo se comunica que el resto del proceso queda parado. “Lo hacemos por prudencia o sensibilidad democrática. El señor Sánchez estaba teniendo su investidura”, relató.
“Se comunica el 4 de marzo. La dimisión de Soria es el 15 de abril. Pasan seis meses, caen una serie de candidatos…”, precisó. La nueva convocatoria, dio a entender, se hace al ver que pasa el tiempo y España corre también el riesgo de quedarse sin esa silla en el Banco Mundial.
"Este es el relato de la no designación de un candidato que renunció a la misma por petición del Gobierno", intentó resumir el titular de Economía su comparecencia. A lo largo de toda su intervención De Guindos fue muy insistente en la idea de que Soria había dado un paso atrás por la exigencia del Ejecutivo.
Un proceso mejorable
En todo caso, De Guindos admitió que este proceso puede mejorarse y no descarta que haya cambios de cara a cubrir una vacante de director adjunto al FMI.
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Con esta comparecencia, no obstante, no se agota el segundo caso Soria. La oposición no se dio por satisfecha con las explicaciones del ministro y todos los partidos, excepto el PP, exigieron responsabilidades políticas al Ejecutivo por haber mentido a la hora de informar del proceso.
Ahora, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, tiene que decidir cuándo convoca ese pleno al que le obliga la decisión de la Junta de Portavoces y el formato que se dará al mismo habida cuenta de que el Gobierno ya ha avanzado que De Guindos no acudirá. Se escudan en que un Gobierno en funciones no puede someterse al control de la Cámara y señalan que están a la espera de una decisión del Tribunal Constitucional al respecto.
En todo caso, el PP confía en que la comparecencia de este martes sirva para rebajar algo la presión en un momento en el que se le multiplican los frentes en plena campaña de las elecciones vascas y gallegas. Este mismo martes el Supremo daba nuevos pasos que ponen a Rita Barberá, excalcaldesa de Valencia, en una situación todavía más comprometida.
Luis de Guindos, ministro de Economía en funciones, compareció este martes en la Comisión de Economía para rendir cuentas sobre el nombramiento frustrado de José Manuel Soria como director ejecutivo del Banco Mundial. Entre otros asuntos tenía que explicar por qué el Ejecutivo mintió al asegurar que la plaza se había otorgado en un concurso y por qué se afirmó que no darle la plaza a Soria habría sido ilegal cuando en realidad ninguna ley regula dicho proceso. Pero de su comparecencia afloró una nueva mentira. Contrariamente a lo que dijo Mariano Rajoy, Soria no se ha reintegrado a la carrera de funcionario. Así lo admitió el propio De Guindos.