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La consulta 'fantasma' sobre el cambio de hora reabre en España el debate sobre qué huso horario es más idóneo

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El tradicional cambio de hora en otoño y primavera podría acabar pronto. Este viernes, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció que propondrá terminar con una medida que se aplica desde hace décadas en la UE y en buena parte del mundo, y el Gobierno español, por boca de su portavoz, la ministra Isabel Celaá, ha mostrado su conformidad con la idea e incluso ha abierto la puerta a cambiar el huso horario de España. Algunos expertos, no obstante, muestran sus dudas respecto a la medida y afirman que, si bien los cambios horarios tienen escasas consecuencias –por ejemplo– en el ahorro energético, suprimirlos puede suponer desequilibrar un escenario que, tal y como está, funciona adecuadamente.

Juncker argumentó que su decisión está basada en la demanda social de eliminar el cambio de hora, una demanda que –señaló– queda demostrada por los resultados de una encuesta llevada a cabo por la UE en la que han participado apenas 4,6 millones de personas de los 500 millones de habitantes de la unión, es decir, menos del 1%. En ese sondeo, realizado entre el 4 de julio y el 16 de agosto, el 84% de los encuestados se mostraron a favor de abolir el cambio de hora y el 76% lo consideraron algo "negativo" o "muy negativo". Dos de cada tres votos se emitieron en Alemania, donde se pronunció un 4% de la población, mientras en España no llegó al 0,2% (de ellos, el 93% apostó por el cambio de hora).

La Comisión se ha mostrado partidaria de mantener en toda Europa el horario de verano a partir de 2020, según ha avanzado Juncker, si bien la decisión final –en el caso de que se aprobase la medida– la tendrían los Estados. Para que entrase en vigor el cambio, la Comisión tendrá primero que poner negro sobre blanco su propuesta para que sea aprobada tanto por el Consejo Europeo (que reúne a los Gobiernos de los países de la UE) como por el Parlamento, dividido en grupos políticos sin adscripción a los Estados miembros.

No obstante, algunos expertos tienen sus dudas con respecto a que cambiar la normativa y eliminar el cambio estacional de hora suponga una ventaja. José María Martín, profesor de Física en la Universidad de Sevilla, explica que cambiar la hora en verano y en invierno no es una costumbre fruto del azar, sino que tiene una explicación: tratar de seguir la evolución natural de las horas de luz."El cambio de hora es una forma moderna de seguir la hora del amanecer, y su objetivo es que cuando despertamos, no lo hagamos muy lejos de cuando comienza el día", explica el experto.

"Como usamos relojes, que no saben de estaciones y de cuándo amanece según el momento del año, de alguna manera el cambio de hora sirve para adaptarlos", señala igualmente Martín, que califica de "preocupante" la propuesta de Juncker. "Como mínimo, parece un poco inopinada", critica el físico, que asegura que "la estabilidad horaria" que ha habido en Europa en las últimas décadas "es buena", entre otras razones, porque los ciudadanos ya están acostumbrados a ella y han adaptado sus horarios a los cambios estacionales. Martín se muestra reacio a ahondar en las consecuencias que tendría abolir el cambio horario porque, señala, sería "predecir el futuro" dado que es una decisión de hondo calado. Pero sí señala que, a nivel social, podrían producirse descoordinaciones fruto de alterar los horarios que la sociedad ya tiene organizados.

El experto pone un ejemplo cotidiano sobre la posibilidad de que se produzcan desajustes. "Digamos, por ejemplo, que nos quedamos en el horario de invierno [GMT +1]. Si lo hacemos, en España va a amanecer en verano entre las 5.15 y las 6 de la mañana. Quizá, si un tendero no cambia de hábitos y abre antes, vaya a encontrarse con problemas en su negocio, así que es posible que se vea obligado a abrir una hora antes para aprovechar las mismas horas de luz que hasta ahora. Pero si el colegio de su hijo no hace lo mismo y los niños siguen entrando a la misma hora, ya no podrá llevarlo", plantea el físico.

Un ahorro energético inapreciable

Por el contrario, la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios en España (Arhoe) ha valorado "positivamente" la decisión tomada por Juncker. "Eliminar el cambio de hora supone acercarnos más y situarnos en el horario que nos corresponde", señaló el presidente de la organización, José Luis Casero, que se mostró partidario de adoptar permanentemente "el horario de invierno, porque el de verano supone desfases creados por amaneceres demasiado tardíos". "Y aunque habría luz por la tarde, no es bueno que los niños lleguen al colegio y los trabajadores se incorporen a sus puestos de trabajo por la mañana y todavía sea de noche", apuntó.

Además, si se opta por abolir el cambio de hora, ¿qué pasa con la energía que, según las autoridades, se ahorra al retrasar y adelantar una hora los relojes dos veces al año? Jorge Morales de Labra, ingeniero industrial y experto en el sector de la energía, asegura que el ahorro energético que se produce con esta medida es "muy pequeño", de "menos del 1%". Y es que las empresas e industrias, que suponen el grueso del consumo, siguen gastando lo mismo en verano que en invierno y haya más o menos luz.

A nivel doméstico tampoco hay grandes cambios. "Es cierto que se reduce el consumo eléctrico producido por la iluminación del interior de edificios, particularmente en el caso de los hogares, porque en las empresas la iluminación suele estar encendida permanentemente", explica Morales de Labra, que sin embargo señala que, en cifras, el ahorro es casi imperceptible. "La iluminación supone en torno al 10% del gasto en energía de una casa, y las casas suponen el 30% del consumo general", por lo que, en ese ejemplo concreto, "al final solo se termina reduciendo el consumo en un 3%".

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El anuncio de Juncker, no obstante, podría generar otros cambios. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, abrió la puerta este viernes a cambiar el huso horario de España –que actualmente es GMT +1, el mismo que el de países como Alemania o Francia– para adecuarlo al de Reino Unido o Portugal, naciones con una latitud más acorde a la de nuestro país. Horas más tarde, el Gobierno anunciaba la creación de un comité de expertos para estudiar las ventajas e inconvenientes de un asunto que el anterior Ejecutivo ya planteó en 2016. Entonces, algunos miembros del Gobierno argumentaron que este cambio de huso serviría para paliar el "problema de competitividad y calidad de vida en España".

Desde hace años, Arhoe pide que se lleve a cabo este cambio de huso horario. Hace unos meses, la organización recordó algunos de sus principales argumentos: a su juicio, volver al horario GMT facilitaría la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y la igualdad efectiva entre mujeres y hombres; haría posible la corresponsabilidad en los hogares; estimularía la tasa de natalidad; aumentaría la productividad en las empresas; permitiría dormir el tiempo suficiente y mejorar la alimentación; mejoraría el rendimiento escolar; disminuiría la siniestralidad doméstica, laboral y de tráfico; fomentaría el voluntariado en asociaciones, fundaciones y ONG y contribuiría a una mejor conexión con el resto de países.

No obstante, el físico José María Martín discrepa radicalmente de los posicionamientos de Arhoe y tacha de "infumable" la idea de que cambiar de huso horario vaya a tener efectos sobre la vida cotidiana. "Es como decir que el tráfico va a cambiar porque el kilómetro 0 de las vías de España pase de la Puerta del Sol a la Puerta de Alcalá", sostiene el experto, que afirma que "la gente va a hacer su vida desde que amanece hasta que anochece", tenga la referencia horaria que tenga. Y tampoco coincide Martín con afirmaciones como que la baja productividad en España se deba a su huso horario. "Aquí, incluso en invierno, hay como mínimo 9,5 horas de luz, por las siete que pueden tener en Reino Unido o Alemania", y eso provoca que las horas de actividad se alarguen y no se comprima tanto la jornada, sostiene el físico.

El tradicional cambio de hora en otoño y primavera podría acabar pronto. Este viernes, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció que propondrá terminar con una medida que se aplica desde hace décadas en la UE y en buena parte del mundo, y el Gobierno español, por boca de su portavoz, la ministra Isabel Celaá, ha mostrado su conformidad con la idea e incluso ha abierto la puerta a cambiar el huso horario de España. Algunos expertos, no obstante, muestran sus dudas respecto a la medida y afirman que, si bien los cambios horarios tienen escasas consecuencias –por ejemplo– en el ahorro energético, suprimirlos puede suponer desequilibrar un escenario que, tal y como está, funciona adecuadamente.

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