El Partido Popular se prepara para una retirada de María Dolores de Cospedal en dos fases. La primera tuvo lugar este mismo lunes, cuando, minutos antes de la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección, Génova difundió un comunicado en el que la exsecretaria general anunciaba su decisión de abandonar el puesto de vocal en el Comité Ejecutivo Nacional del partido. La segunda tendría que llegar cuando deje su escaño en el Congreso y, con ello, dos de los cargos que lo acompañan: la presidencia de la Comisión de Exteriores y un asiento como vocal en la Diputación Permanente, el órgano que ejerce las funciones del Pleno en los periodos no ordinarios de sesiones.
A la espera de nuevas entregas de los audios protagonizados por la ex número dos del PP, su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, y el comisario jubilado José Manuel Villarejo, la dirección nacional del partido acepta este escenario. Y la ex número dos parece poco dispuesta a poner las cosas fáciles a Casado.
Dirigentes del PP consultados por infoLibre creen que lo mejor habría sido "acabar ya con este desgaste" y que hubiese dejado todos sus cargos. No obstante, consideran que la renuncia al escaño es "cuestión de tiempo". "Está buscando una salida, un relato para que su carrera política no acabe de esta manera", interpreta un líder regional.
El PP está ahora, pues, ante la contradicción de explicar por qué Cospedal, que fue clave en la victoria de Pablo Casado en el congreso de sucesión de Mariano Rajoy, está fuera del Comité Ejecutivo para no "dañar" la imagen de la formación, según reza en el comunicado, y sigue dentro del Grupo Parlamentario Popular.
El espejo del 'caso Delgado'
El secretario general del partido, Teodoro García Egea, fue preguntado en varias ocasiones al respecto en la rueda de prensa. Su respuesta fue que dejar el escaño es una cuestión "personal". Y disparar al PSOE. En este sentido, sostuvo que ahora es al Gobierno de Pedro Sánchez "al que toca mover ficha" con la ministra de Justicia, Dolores Delgado, porque se debe aplicar a todos "el mismo rasero". "Mientras Delgado esté sentada en el Congreso de los Diputados y el sillón azul, pido al resto partidos que sean coherentes y marquemos un listón al respecto", añadió.
En todo caso, es verdad que el acta pertenece a la persona que la obtiene en las elecciones. Pero en manos de la dirección del partido siempre queda demandar a la persona en cuestión pasar al Grupo Mixto o relevarla de los cargos que ostente en los diferentes órganos del parlamento. En este caso, fuentes parlamentarias destacan que existe el riesgo de que el PP, al presentar una nueva lista para la comisión en cuestión, perdiese la presidencia.
La ya fallecida Rita Barberá pasó al Grupo Mixto del Senado tras renunciar a su carné del PP.
"De mutuo acuerdo"
Fuentes del partido aseguran que Casado dejó este lunes en manos de su número dos las gestiones para que Cospedal acabase emitiendo el citado comunicado. García Egea hizo hincapié en público en que la decisión fue de "mutuo acuerdo". Las mismas fuentes destacan que, hasta la fecha, ningún miembro de la dirección del partido ha pedido a Cospedal que renuncie a su escaño. "Puede ser muy feo todo lo que se escucha. Pero no podemos concluir que se haya cometido un delito", defienden.
La protagonista de esta historia confirmó a última hora de este lunes que, efectivamente, nadie le ha pedido el acta. E insistió en que no tiene en mente dejarla: "No tengo nada que ocultar", dijo a los periodistas tras acudir a los actos del 20 aniversario del periódico La Razón. Casado también había acudido a la misma cita.
El escaño, más la presidencia de la Comisión de Exteriores del Congreso, proporcionan a Cospedal unos ingresos de 6.236,68 euros al mes. El desglose es el siguiente: 2.891,42 en concepto de asignación constitucional, 1.874,34 por ser diputada por una circunscripción de fuera de Madrid –Toledo, en su caso– y 1.470 euros como presidenta de Comisión.
¿Aferrada por el aforamiento?
Junto a estos ingresos, la permanencia de Cospedal como diputada en el Congreso implica que está aforada. Es decir, que en el caso de que se abriese un proceso judicial contra ella el tribunal competente para investigarla sería el Supremo. No obstante, en el partido no creen que siga en el escaño por esta cuestión. De lo que se conoce hasta ahora de los audios de Villarejo, dicen, "no puede deducirse" la comisión de un delito. Y, en el peor de los escenarios, habrían prescrito si se tiene en cuenta que las grabaciones datan de 2009.
"Se debe más a que busca una salida digna, intentado desvincularla al máximo de los audios de Villarejo, que a otra cosa", insiste un diputado. "Con lo que ha pasado no creo que tenga aspiraciones a ir en ninguna lista", añade.
La opinión en el PP respecto al "daño" que están propiciando este escándalos a las siglas del partido es bastante unánime. En privado, cargos conservadores se lamentan en los últimos días de que ellos tienen que "pagar un precio mayor" por estas grabaciones mientras la ministra de Justicia sigue sentada todos los viernes en la sala del Consejo de Ministros. Pero pocos ven que haya una solución diferente a que Cospedal diga adiós, sobre todo una vez que ella ya ha dado el primero de los pasos.
Más división hay sobre la forma y los tiempos en los que debe desvincularse del PP de Casado. Cospedal fue uno de los principales apoyos del nuevo líder de los conservadores. Por eso, hay cargos en la dirección y en el grupo parlamentario que piden cuidar las formas con la mujer que ha ocupado la secretaría general del partido en los últimos dos años. Dejar que marque sus tiempos. Recuerdan el "defendamos lo nuestro y a los nuestros" que entonó la propia Cospedal en la convención que el PP celebró en Sevilla el pasado abril, en plena ebullición del caso Cifuentes.
Otro sector del PP cree que lo mejor es que la situación se resuelva ya para dejar que Casado asiente su liderazgo y pueda centrarse en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre y en el resto de citas electorales que tocan el 26 de mayo del próximo año.
El Partido Popular se prepara para una retirada de María Dolores de Cospedal en dos fases. La primera tuvo lugar este mismo lunes, cuando, minutos antes de la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección, Génova difundió un comunicado en el que la exsecretaria general anunciaba su decisión de abandonar el puesto de vocal en el Comité Ejecutivo Nacional del partido. La segunda tendría que llegar cuando deje su escaño en el Congreso y, con ello, dos de los cargos que lo acompañan: la presidencia de la Comisión de Exteriores y un asiento como vocal en la Diputación Permanente, el órgano que ejerce las funciones del Pleno en los periodos no ordinarios de sesiones.