La exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, reapareció este domingo en un acto de partido. Escogió la jornada de clausura para hacerlo, dos días después de que acudieran el expresidente Mariano Rajoy y la exvicepresidenta del Gobierno, y su mayor enemiga interna, Soraya Sáenz de Santamaría.
Cospedal, que renunció a su escaño el pasado noviembre tras el escándalo de las grabaciones del comisario jubilado José Manuel Villarejo, recordó a los periodistas que ella había apoyado a Pablo Casado en la fase final de las primarias del partido, cuando solo eran candidatos él y Santamaría.
¿Viene a respaldar a Casado?, se le cuestionó. "Vengo a respaldar al PP. Todo el mundo sabe a quién apoyé en primarias", dijo.
Después, dentro del pabellón número 1 de Ifema, donde se clausura este domingo la convención con la que el PP pretende un rearme ideológico, consideró que "el discurso de Pablo Casado será fantástico para España".
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En el comunicado que Cospedal difundió el 7 de noviembre desde su perfil de la red social Twitter, enmarcaba su decisión de dejar en escaño en el contexto de "liberar al PP de cualquier ataque". Y para que su partido se sienta "libre" a la hora de "denunciar" la situación que vive un Gobierno como el del socialista Pedro Sánchez, "con dos ministros cesados y otros cuatro seriamente cuestionados, respecto a los cuales la vara de medir parece ser muy distinta".
"He cometido muchos errores en mi vida, pero considero que mi interlocución hace nueve años con el responsable de una empresa autorizada por el Ministerio del Interior no es uno de ellos", se defendía.
"Siempre he creído que un partido que no es capaz de defender a los suyos cuando están siendo injustamente atacados no puede esperar que los ciudadanos confíen en él", advertía a Casado.
La exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, reapareció este domingo en un acto de partido. Escogió la jornada de clausura para hacerlo, dos días después de que acudieran el expresidente Mariano Rajoy y la exvicepresidenta del Gobierno, y su mayor enemiga interna, Soraya Sáenz de Santamaría.