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La crisis en Venezuela divide a los líderes de la izquierda mundial

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No se vislumbra una salida clara y rápida a la crisis desatada en Venezuela a raíz de la autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente de la república. Pero eso no significa que los acontecimientos no se estén desarrollando día a día. Este mismo lunes, varios países europeos decidieron reconocer a Guaidó como mandatario legítimo, y entre ellos se encuentra España, donde el Gobierno de Pedro Sánchez instó a Guaidó a convocar elecciones "en el menor plazo posible".

No obstante, su decisión ha chocado con la posición de su socio mayoritario, Unidos Podemos, que ha denunciado que Sánchez ha apoyado "una maniobra de Trump para hacerse con las principales reservas de petróleo de la OPEP". Y esta división es un fiel reflejo de la diversidad de opiniones en la izquierda a nivel mundial a la hora de posicionarse sobre la crisis de Venezuela: los hay que apoyan al presidente Nicolás Maduro frente a lo que consideran una agresión imperialista estadounidense, hay quienes se sitúan en una posición intermedia exigiendo que no se intervenga en los asuntos internos de Venezuela y, como Sánchez, también hay muchos líderes de la izquierda que han pedido convocar elecciones para elegir un nuevo gobierno.

  Jeremy Corbyn (Partido Laborista del Reino Unido)

La actitud de Sánchez choca con la de algunos de sus socios socialdemócratas europeos, como el británico Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista. El pasado viernes, Corbyn mostró su posición y la de los laboristas británicos a través de un mensaje en Twitter en el que afirmó que "el futuro de Venezuela es asunto de los venezolanos". "La llamada de Jeremy Hunt", el ministro de Asuntos Exteriores británico, "para aplicar más sanciones a Venezuela es un error", sostuvo Corbyn, que insistió en que su partido se opone a la "interferencia exterior en Venezuela, sea de EEUU o de cualquier otro". "Se necesita diálogo y un acuerdo negociado para superar la crisis", zanjó el líder de los laboristas.

  Bernie Sanders (Partido Demócrata de EEUU)

En la misma línea, aunque con un tono mucho más crítico con Maduro, se expresó Bernie Sanders, senador por el estado de Vermont y candidato en las primarias demócratas de 2016. El pasado 25 de enero, Sanders afirmó que EEUU debe "aprender las lecciones del pasado y no meterse en cambios de regímenes o apoyo a golpes de Estado" como ya hizo "en Chile, Guatemala, Brasil y la República Dominicana"."EEUU tiene un largo historial de intervenciones inapropiadas en países latinoamericanos, y no debemos volver a ese camino", sostuvo el senador.

No obstante, y a diferencia de Corbyn, Sanders no ahorró críticas contra el gobierno de Maduro, a quien acusó de haber puesto en práctica "una violenta represión de la sociedad civil venezolana" y haber "violado la constitución disolviendo la Asamblea Nacional". Maduro, aseguró el dirigente, "fue reelegido el año pasado en unos comicios que muchos observadores tacharon de fraudalentos", además de haber generado un "desastre" económico" que ha llevado a millones de personas a emigrar. "EEUU debería apoyar el estado de derecho, las elecciones justas y la autodeterminación para el pueblo venezolano", así como "condenar el uso de la violencia contra manifestantes desarmados".

  Jagmeet Singh (Nuevo Partido Democrático de Canadá)

La izquierda del otro gran vecino del norte también apuesta por la no intervención. Jagmeet Singh, el líder del Nuevo Partido Democrático de Canadá –la formación socialdemócrata del país, la que más a la izquierda está de las tres principales–, ha denunciado que el reconocimiento de Guaidó por parte del primer ministro Justin Trudeau supone que Canadá se alinee con los líderes de EEUU y Brasil, los ultraderechistas Donald Trump y Jair Bolsonaro. "Canadá no debe seguir la política exterior de EEUU, sobre todo dado su historial de interferencias en la región", aseguró Singh, que afirmó que "la cuestión de quién debe estar al frente de Venezuela debe estar en manos de los venezolanos".

  Andrés Manuel López Obrador (presidente de México)

El líder progesista de México, el tercer país norteamericano, también apuesta por no intervenir en los asuntos venezolanos, aunque con una diferencia: en este caso, Andrés Manuel López Obrador es el presidente de su país. México es uno de los pocos países latinoamericanos que ha decidido no reconocer a Guaidó, y su posición de estricta neutralidad la define la frase que pronunció hace unos días su mandatario: en lo relativo a Venezuela, afirmó López Obrador, "no estamos a favor ni en contra de nadie". El dirigente ofreció que México actúe como mediador entre Maduro y la oposición, aunque aseguró que no tiene intención de actuar "si no hay petición de las partes". "Si las partes lo solicitan, estamos en la mejor disposición de ayudar para que haya diálogo y sin el uso de la fuerza y de la violencia", planteó.

  Tabaré Vázquez y Pepe Mujica (presidente y expresidente de Uruguay)

El gobierno de Uruguay, en manos del izquierdista Tabaré Vázquez, ha adoptado la misma posición que México: ofrecer su mediación si la solicitan las partes y, mientras tanto, optar por no intervenir y seguir reconociendo a Maduro como presidente. De hecho, hace unas semanas ambos países emitieron un comunicado conjunto para afirmar que, "conforme a los principios de derecho internacional, México y Uruguay urgen a todos los actores a encontrar una solución pacífica y democrática frente al complejo panorama que enfrenta Venezuela". Para alcanzar dicho fin, ambos países proponen "un nuevo proceso de negociación incluyente y creíble".

No obstante, el expresidente Pepe Mujica, del mismo partido que Vázquez pero ya retirado de la actividad institucional, ha sido menos diplomático en sus declaraciones y ha asegurado en una entrevista que a EE "no le importa un carajo la democracia", y a Maduro "tal vez" tampoco. "El problema sustancial es que estamos en juego de lucha de dos potencias económicas. EEUU no puede manejar la posibilidad de que China maneje las reservas petroleras. Eso es lo que está en el fondo", lamentó Mujica.

  Lenín Moreno y Rafael Correa (Presidente y expresidente de Ecuador)

La guerra abierta entre el último presidente de Ecuador, Rafael Correa, y su sucesor, Lenín Moreno, antaño aliados, tiene en la crisis de Venezuela un nuevo escenario. Moreno ha decidido reconocer a Guaidó como presidente y le ha exigido "elecciones libres y transparentes", una posición que choca con la que ha manifestado Correa, que ha calificado los últimos movimientos de EEUU de "intervención sin nombre, vergonzosa, un entreguismo al imperialismo". "Mañana no le gusta a Estados Unidos un gobierno, democrático o no democrático, e induce a que se autoproclame un presidente interino", criticó Correa.

  Gustavo Petro (Colombia Humana)

Otro de los vecinos de Venezuela, Colombia, también ha reconocido a Guaidó como presidente interino y ha rechazado la autoridad de Maduro. No obstante, el senador Gustavo Petro, líder de la izquierda colombiana y que fue segundo en las anteriores elecciones presidenciales, sostiene que "solo los venezolanos deben solucionar los problemas de Venezuela" y rechazó la intervención de EEUU en la región. "No es un golpe de Estado aupado por extranjeros lo que brindará democracia a Venezuela", lamentó Petro, que ha insistido en los últimos días en que su posición no implica un apoyo a Maduro.

"No creo en revoluciones sustentadas en la materia prima cuyo uso intensivo puede maatar la vida del planeta, pero apoyar una guerra, o una invasión, o un golpe, jamás. Soy un demócrata", planteó hace unos días el dirigente colombiano, que aseguró que "el camino progresista" no es "el eje Trump/Bolsonaro/Duque". Precisamente al presidente colombiano Iván Duque le ha preguntado en los últimos días por la "indicación que da como Gobierno a los colombianos que viven en Venezuela". "Si el presidente de Colombia está en secreto ayudando a una invasión de los EEUU sobre Venezuela, donde viven millones de colombianos que quedarían expuestos a perder sus vidas y bienes, entonces tenemos un presidente al que no le importa la vida de sus connacionales", ha criticado Petro.

  Evo Morales (presidente de Bolivia)

El mandatario boliviano Evo Morales, aliado histórico del chavismo, tampoco ha reconocido la autoproclamación de Guaidó como presidente interino de Venezuela. Este mismo lunes, Morales subió el tono y acusó al presidente estadounidense Donald Trump de ser "el principal instigador del golpe contra Venezuela". "No necesitamos la intervención del imperio que tiene intereses económicos y geopolíticos", ha denunciado el presidente boliviano, que ha asegurado que "las sanciones que EEUU impone sobre Venezuela no solo son ilegales, también son inhumanas e inmorales". El apoyo es tan directo que Morales se reunió el pasado sábado con Maduro para mostrarle su apoyo "ante el golpismo intervencionista del imperio que pretende adueñarse del patrimonio venezolano".

  Álvaro Elizalde (Partido Socialista de Chile)

Mucho más tibios han sido los socialistas chilenos en lo relativo a su posición sobre la crisis venezolana, aunque han criticado que el Gobierno de su país haya reconocido a Guaidó como presidente. En un comunicado, el Partido Socialista de Chile instó al presidente del país, Sebastián Piñera, a "ponerse a disposición de buscar salida política al conflicto". "Condenamos de forma irrestricta toda violación de los principios e instituciones democráticas que deben velar por la paz, la sana convivencia y el desarrollo democrático de la sociedad venezolana", sostuvo la formación en un comunicado, en el que criticó los "intervencionismos extranjeros que no responden a un sincero ejercicio de mediación" como el "encabezado" por Trump.

No obstante, el líder del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, quiso distanciarse del chavismo y aseguró hace unos días en una entrevista que "la estatura de [el expresidente chileno Salvador] Allende como un demócrata ejemplar no se compara en absoluto con la de Maduro". "Es el pueblo venezolano el que debe definir su destino. La vía para hacerlo es el diálogo que permita elecciones libres y democráticas", afirmó Elizalde, que planteó que su "compromiso no es ni con Trump ni con Maduro, sino con el pueblo venezolano".

  Jean-Luc Mélenchon y Benoît Hamon (Francia Insumisa y Génération.s)

En Europa, las reacciones de los gobiernos han sido prácticamente unánimes a la hora de reconocer a Guaidó como presidente, y de hecho este mismo lunes, además de España, Francia también dio este paso. Pero la izquierda gala se ha mostrado contraria a la actitud de su ejecutivo. Hace unos días, el exsocialista Benoît Hamon –que abandonó el Partido Socialista tras su batacazo en las últimas elecciones y fundó el partido Génération.s– aseguró que "la solución en Venezuela debe ser el retorno a las urnas, en condiciones que garanticen la democracia".

Por su parte, Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa, ha sido más duro que Hamon. "No es Francia la que apoya a los golpistas en Venezuela, solo es Macron. ¡Resistid! Junto a la ONU decimos: Nicolás Maduro es el presidente de Venezuela. Paz y libertad para Venezuela", afirmó en un mensaje en Twitter.

  El Gobierno portugués y sus aliados

El ejecutivo portugués, liderado por el Partido Socialista, fue otro de los que reconoció este lunes a Guaidó. Pero la crisis venezolana está generando choques entre los socialistas y sus aliados del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués (PCP), que sostienen al gobierno con sus votos en el parlamento. Hace unos días, la Asamblea de la República aprobó una moción de repulsa por el asesinato de manifestantes en Venezuela con los votos a favor de la derecha y los socialistas, pero con el rechazo del PCP y el Bloco. Los comunistas, de hecho, presentaron su propia moción para condenar "el nuevo golpe" y la "campaña de desestabilización y agresión" contra el país, ante la que el Bloco se abstuvo y el Partido Socialista votaron en contra.

  Syriza y el gobierno griego

Syriza, el partido al que pertenece el primer ministro griego Alexis Tsipras, aseguró apenas un día después de la autroproclamación de Guaidó que apoya al "presidente legítimo" de Venezuela, que para la formación sigue siendo Nicolás Maduro. No obstante, días después y tras arreciar las críticas, el Gobierno heleno matizó la posición del partido y se mostró mucho más tibio al asegurar que solo promueve "la democracia" y que apoya "la restauración de la paz social en una sociedad muy polarizada". Grecia ha querido alinearse con la posición mediadora de México y Uruguay, y de hecho en su comunicado el Gobierno los mencionó expresamente y aseguró que quiere "llevar a cabo este rol de mediación" para, entre otros motivos, que la UE  no se "arrastre tras las iniciativas de otras grandes potencias".

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  El SPD y Die Linke en Alemania

El Gobierno alemán, en el que participa el socialdemócrata SPD, fue otro de los que reconoció este lunes a Guaidó como presidente interino de Venezuela. Pero Die Linke, la formación a la izquierda de la socialdemocracia en Alemania, ha mostrado su apoyo expreso a Maduro. En un comunicado hecho público el domingo, el partido criticó que el Ejecutivo alemán vaya de la mano de "los intereses petroleros de EEUU" y tachó de "golpe de Estado" la autoproclamación de Guaidó como presidente. 

"Las movilizaciones masivas de los últimos días, en ambos lados, muestran que la sociedad venezolana está profundamente dividida y que el reconocimiento unilateral desde el exterior puede llevar a una escalada masiva de violencia", sostuvo en su comunicado Die Linke, que insistió en el el Gobierno alemán debería buscar "una solución política a la crisis" apoyando "los servicios de mediación ofrecidos por México y Uruguay, en lugar de estar con Trump y Bolsonaro de manera irresponsable".

No se vislumbra una salida clara y rápida a la crisis desatada en Venezuela a raíz de la autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente de la república. Pero eso no significa que los acontecimientos no se estén desarrollando día a día. Este mismo lunes, varios países europeos decidieron reconocer a Guaidó como mandatario legítimo, y entre ellos se encuentra España, donde el Gobierno de Pedro Sánchez instó a Guaidó a convocar elecciones "en el menor plazo posible".

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