Cs deja que Mañueco desautorice a una consejera naranja para no darle una excusa que lleve a elecciones

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El PP dio este martes un paso más en la estrategia de desestabilización de Ciudadanos desestabilización de Ciudadanosque su líder, Pablo Casado, puso en marcha tras el fallido intento de descabalgar a su presidente en la Región de Murcia mediante una moción de censura apoyada por el PSOE y Ciudadanos. A aquella operación, que el PP desbarató fichando a varios diputados tránsfugas del partido naranja, le siguió la expulsión de Ciudadanos del Gobierno de la Comunidad de Madrid y la convocatoria de unas elecciones anticipadas que borraron del mapa al partido de Inés Arrimadas.

Ahora es el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP), el que ha puesto al límite la capacidad de resistencia de Ciudadanos incumpliendo el pacto de gobierno entre los dos partidos al apoyar una iniciativa en las Cortes de la comunidad que desautoriza a la consejera de Sanidad, Verónica Casado (Cs). La resolución, que salió adelante con los votos del PP y del PSOE —el presidente de la Junta apretó el botón verde contra su propio gobierno—, humilla a la consejera y su proyecto de reforma sanitaria en un momento en el que se multiplican las especulaciones sobre un posible adelanto electoral que, como ocurrió en Madrid, barrería previsiblemente del mapa a los naranjas.

Para evitar dar ninguna excusa a Mañueco que le permita justificar nuevas elecciones, el vicepresidente de la Junta y líder castellanoleonés de Ciudadanos, Francisco Igea, evitó este martes cualquier reproche. En una rueda de prensa convocada para mostrar su respaldo a la consejera —en la que no le permitió responder preguntas pero en la que negó que la afectada vaya a dimitir—, Igea se deshizo en elogios hacia el Gobierno de coalición y defendió que su partido siempre ha cumplido el pacto de coalición. “Es lo que se espera de un socio leal y eso es lo que vamos a seguir haciendo”, avanzó.

Hizo falta media docena de preguntas de los periodistas para que Igea, después de proclamar que no iba “a hablar mal de un socio de gobierno”, calificase la postura de Mañueco de “error”. Pero eso fue todo. “Es un error pactar con el PSOE más sanchista una proposición como esta”, admitió en referencia al texto aprobado por las Cortes autonómicas que desautoriza en toda regla a la consejera de Sanidad. “Hay un error de cálculo político y estratégico”.

Pero aunque discrepe de la decisión del presidente, lo que no va a hacer es enfadarse “muchísimo” y provocar elecciones anticipadas, añadió dando a entender que Mañueco busca esa excusa para romper la coalición y convocar a las urnas como hizo Isabel Díaz Ayuso en Madrid.

Sin garantías

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Igea admitió que Mañueco no le ha dado garantías de que no va a poner fin a la alianza PP-Cs. Pero sí su palabra. “Y confío en los acuerdos que firma; es un hombre de palabra y yo también”. Otra cosa, advirtió, sería que le dijera que va a cesa a la consejera de Sanidad. En ese caso sí, pero ahora mismo “no está incumpliendo su palabra”, explicó.

El acuerdo de gobierno “es el que es”, de manera que Cs marca la política en sus consejerías, incluida la sanitaria. Existe un reparto de tareas y un programa común y se “van a mantener”. De manera que si el PSOE quiere hablar de sanidad debe hacerlo con la consejera de Cs, advirtió.

Cuando un periodista le preguntó si no creía que la humillación a su consejera forma parte de una estrategia para empujar a Ciudadanos a romper la coalición y tener así la excusa para ir a la elecciones, Igea se limitó a sonreír y a responder sucintamente: “No soy un malévolo”.

El PP dio este martes un paso más en la estrategia de desestabilización de Ciudadanos desestabilización de Ciudadanosque su líder, Pablo Casado, puso en marcha tras el fallido intento de descabalgar a su presidente en la Región de Murcia mediante una moción de censura apoyada por el PSOE y Ciudadanos. A aquella operación, que el PP desbarató fichando a varios diputados tránsfugas del partido naranja, le siguió la expulsión de Ciudadanos del Gobierno de la Comunidad de Madrid y la convocatoria de unas elecciones anticipadas que borraron del mapa al partido de Inés Arrimadas.

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