Tras sus resultados en las elecciones autonómicas y municipales del 26M, Ciudadanos se encuentra negociando –fundamentalmente con el PP– su entrada en decenas de gobiernos municipales y también en varios ejecutivos autonómicos. Fruto de estas negociaciones, el partido naranja apoyará la investidura del candidato del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, a cambio de alcaldías en capitales en las que no ha ganado las elecciones, como Palencia o Burgos, donde necesitará el apoyo de Vox. Además, Ciudadanos presidirá gracias a este acuerdo varias diputaciones provinciales, entre ellas la de Burgos y –posiblemente– la de Segovia.
El partido liderado por Albert Rivera ha vendido caro su apoyo para que el PP continúe gobernando en la región castellanoleonesa, que dirige ininterrumpidamente desde hace 32 años. Y lo ha hecho, tanto allí como en otras comunidades y ciudades, renunciando a algunas de sus posiciones políticas. La de dejar votar a la lista más votada es una de ellas: lejos de rechazar los pactos, Ciudadanos se va a hacer con las alcaldías de Burgos y Palencia pese a ser tercera fuerza en ambas ciudades, y pretende hacer lo mismo en Madrid, donde ha ofrecido al PP –sin éxito, por el momento– que Begoña Villacís y José Luis Martínez Almeida tengan la vara de mando dos años cada uno.
No obstante, ese no es el único planteamiento al que Ciudadanos ha renunciado para tocar poder en los últimos tiempos. El de apoyar la "regeneración" en los gobiernos, otra bandera del partido naranja hace tiempo, se ha visto truncado ya con el pacto en Castilla y León, y posiblemente ocurra lo mismo si Ciudadanos culmina con éxito las negociaciones en la Región de Murcia o la Comunidad de Madrid, donde el PP gobierna desde hace 24 años sin interrupción. Pero es que, además, el partido naranja necesitará el apoyo de Vox para que buena parte de sus pactos salgan adelante y para ello no ha dudado en reunirse con la formación ultraderechista, pese a asegurar que nunca lo harían.
Estos son cuatro ideas a las que Rivera ha renunciado para alcanzar el poder:
1. La lista más votada
Tanto en la Comunidad de Madrid como en la Región de Murcia o Castilla y León, el ganador de las elecciones fue el PSOE, pero Ciudadanos apoyará previsiblemente a los candidatos del PP para que formen gobierno. Y en ciudades como Palencia o Burgos, será el partido naranja el que aspira a recibir los votos tanto de los conservadores como de Vox para llegar al gobierno municipal. Pero esta práctica, perfectamente legítima según el sistema parlamentario que rige en España, fue muy criticada en el pasado por Ciudadanos, que abogaba por dejar gobernar a la "lista más votada".
Ya en 2015, el año en el que el partido naranja decidió dar el salto desde Cataluña al resto de España, Rivera se mostró públicamente a favor de dar el Gobierno central a la formación que ganase las elecciones, que en las generales de ese año fue el PP. "Yo creo que la lista más votada tiene la iniciativa y el sentido que intente gobernar", sostenía el líder de Ciudadanos el 18 de diciembre de ese año, solo dos días antes de los comicios. Y, en la misma comparecencia, aseguraba que votaría "que no a quien intente formar un grupo de perdedores para desbancar a una lista que gana las elecciones".
No obstante, el primer vaivén de Rivera sobre este asunto apenas tardó tres meses en llegar. Tras pactar con el PSOE un acuerdo de legislatura que, finalmente, no salió adelante, el líder de Ciudadanos defendía en febrero de 2016 que quien debía gobernar era el partido que consiguiera "sacar adelante una mayoría parlamentaria". "En democracia gobierna la mayoría" y "esto no es Operación Triunfo, no es a ver quién queda primero y tiene más votos", planteaba entonces Rivera. Pero unos meses después, en septiembre de 2016 –y ya después de la repetición electoral–, el dirigente naranja volvía a cambiar de posición: "Queremos [...] que gobierne la lista más votada, controlada por la oposición".
De la misma forma, en 2017, pocos días antes de las últimas elecciones autonómicas en Cataluña y cuando los sondeos pronosticaban una posible victoria de Ciudadanos –que finalmente se produjo–, Rivera volvió a apelar al mismo argumento. "Hay que hacer presidente a quien tenga más votos, que es lo lógico, igual que en Andalucía Susana Díaz es presidenta porque tiene más votos, o Cristina Cifuentes en Madrid", señaló en noviembre de 2017 el líder del partido naranja, que sin embargo aseguró que dentro de sus cálculos sobre "la lista más votada" no se incluía a quienes no respetan "la ley", es decir, a los independentistas.
2. La regeneración
Otra de las banderas ondeadas por Ciudadanos ha sido tradicionalmente la de la regeneración frente al "bipartidismo". No obstante, para alcanzar tanto los gobiernos municipales que liderarán tras el próximo sábado como los ejecutivos autonómicos que aspiran a integrar en las próximas semanas necesitarán pactar con el PP y, en la mayor parte de los casos, prestarle sus votos para seguir gobernando en comunidades donde lleva décadas haciéndolo. Ese es el caso de Castilla y León, donde el acuerdo ya está suscrito, y de regiones como la de Murcia o la Comunidad de Madrid, donde se está negociando.
Todas ellas son comunidades que el PP lleva más de 20 años liderando (y más de 30 en el caso castellanoleonés), pese a lo cual el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, aseguró hace unos días que la regeneración estará asegurada porque el partido naranja tiene intención de entrar a esos gobiernos autonómicos. No obstante, hace tan solo año y medio, era Rivera el que se mostraba poco convencido de que un gobierno del PP pudiera ser regenerador. "Desde luego, la regeneración y la renovación no van a pasar por los que han robado ni por los mismos de siempre", sostenía en febrero de 2018.
La posición era similar hace tan solo unos meses, cuando con ocasión de las elecciones autonómicas en Andalucía, Rivera se preguntó "cuántas cosas aguantan 37 años", en referencia a los años que llevaba el PSOE gobernando ininterrumpidamente en esa comunidad. "La falta de regeneración es lo que ha hecho que el PSOE incumpla su palabra, sus acuerdos, que incumpla con los andaluces", señalaba igualmente el dirigente pocos meses antes de los comicios.
3. Las diputaciones provinciales
Una de las principales propuestas de Ciudadanos en lo relativo a la reforma del Estado era la supresión de las diputaciones provinciales, los mismos entes que ahora aspira a presidir en Burgos y Segovia. En los últimos años, Rivera ha calificado estas instituciones como "cementerios de elefantes" que sirven "para colocar a gente", y ha asegurado que son un "ente duplicado" cuyas funciones "con menos coste, menos coches oficiales y menos cargos de confianza, las puede hacer perfectamente una consejería del Gobierno".
Pero no es que Ciudadanos haya cambiado su posición con los años. De hecho, en su programa electoral para las elecciones generales del pasado 28 de abril, el partido naranja apostaba abiertamente por eliminar las diputaciones garantizando, a la vez, "unos mejores servicios públicos, más baratos y sin corrupción". "Acabaremos con los enchufados y los coches oficiales con el dinero de todos. Plantearemos su supresión y que sus funciones, recursos y personal esenciales se integren en las comunidades autónomas", planteaba el programa de Ciudadanos.
4. Los acuerdos con Vox
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Desde su irrupción, Ciudadanos se ha descrito a sí mismo como un partido liberal y moderado contra los "populismos". Populismos entre los que Rivera incluía el pasado mes de diciembre a Vox, con quien rechazaba alcanzar ningún tipo de acuerdos asegurando que no tenía intención de "ir de la mano de los que van con [Marine] Le Pen". Su estrategia tras el 26M ha sido la misma: insistir en que Ciudadanos solo negociaría con el PP y poner la pelota en el tejado de Vox para apoyar los acuerdos que se alcanzasen. No obstante, el partido naranja necesitará de los votos de Vox no solo para integrar gobiernos como socio minoritario en la Comunidad de Madrid o la Región de Murcia, sino también para acceder a alcaldías como la de Palencia o la de Burgos.
De hecho, la ultraderecha ha sido ya el socio imprescindible para que Ciudadanos presida las asambleas regionales madrileña y murciana. Y al partido naranja no le han dolido prendas en romper su compromiso de no entablar negociaciones con Vox. Hace unos días, su líder en la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, se reunió en secreto con su homóloga de Vox, Rocío Monasterio, un encuentro tras el que el dirigente de Ciudadanos Juan Trinidad fue elegido presidente de la Asamblea de Madrid y la ultraderecha, a cambio, entró en la Mesa de la cámara dejando fuera a Más Madrid y Unidas Podemos.
Y esa no ha sido la única foto que Ciudadanos se ha hecho con la extrema derecha. Este mismo jueves, el partido naranja ha suscrito junto a PP y Vox el primer acuerdo conjunto de la legislatura –relativo a los Presupuestos– en Andalucía para dar estabilidad al Gobierno. La firma de ese pacto ha posibilitado que Vox haya retirado ayer su enmienda a la totalidad al proyecto de Ley de Presupuestos para 2019.
Tras sus resultados en las elecciones autonómicas y municipales del 26M, Ciudadanos se encuentra negociando –fundamentalmente con el PP– su entrada en decenas de gobiernos municipales y también en varios ejecutivos autonómicos. Fruto de estas negociaciones, el partido naranja apoyará la investidura del candidato del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, a cambio de alcaldías en capitales en las que no ha ganado las elecciones, como Palencia o Burgos, donde necesitará el apoyo de Vox. Además, Ciudadanos presidirá gracias a este acuerdo varias diputaciones provinciales, entre ellas la de Burgos y –posiblemente– la de Segovia.