El ministro de Presidencia, Justicia y Memoria Democrática, Félix Bolaños, tenía en su agenda a las 12.30 de este miércoles una reunión con el presidente del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán. Una toma de contacto tras formarse el nuevo Gobierno. Pero, de repente, “razones sobrevenidas” desde la la plaza de las Salesas, la sede del Alto Tribunal, desvanecieron el encuentro. Desconcierto.
El presidente del Tribunal Supremo ha subido la tensión contra el nuevo Ejecutivo de manera sorpresiva en un paso más por parte de la derecha judicial para chocar con el Gobierno de coalición por sus pactos de investidura y la futura ley de amnistía. Y sin dar razones ni argumentos concretos contra La Moncloa. Todo ello por las críticas el día anterior de Junts en el Senado y en el Congreso a los jueces.
En la Cámara Baja, Míriam Nogueras citó el martes directamente a jueces como Manuel Marchena, Pablo Llarena y Carmen Lamela, además de Concepción Espejel. Sobre ellos dijo que deberían ser cesados y juzgados por lawfare. En el Senado, el portavoz de ese partido, Josep Lluís Cleries, acusó a los togados de estar librando una “batalla política” para “torpedear la ley de amnistía”.
Precisamente en esa sesión Bolaños le contestó al independentista con una defensa cerrada a los magistrados: "No comparto en absoluto las críticas que hace usted a los jueces y al Poder Judicial. España es un Estado de Derecho, una democracia plena y los jueces actúan con independencia y con separación de poderes".
Pero la respuesta del presidente del Supremo fue directamente contra el Gobierno con la cancelación de esa cita con la excusa de Junts, a la que también se agarró el Partido Popular para criticar al Ejecutivo. Martín Castán, el presidente de Supremo criticó: “El ataque personal en el Parlamento al anterior presidente del Tribunal Supremo, a un presidente de sala y a dos magistrados del tribunal carece de precedentes y no se corresponde con los requisitos mínimos de la separación de poderes en un Estado de derecho”.
Se reagenda la reunión pero hay malestar en el PSOE
Esta actitud del presidente del Supremo de cancelar una entrevista con un ministro por las declaraciones de portavoces de otros partidos ha causado malestar entre muchos sectores del Gobierno y del PSOE, según varias fuentes consultadas. No obstante, el Ejecutivo quiere rebajar la tensión ante la actual situación y no va a entrar en guerras de titulares. Bolaños quiere hacer del diálogo y de la mano tendida su filosofía desde que cogió las riendas de la cartera de Justicia tras la investidura, en un momento en el que el Ejecutivo sabe que llegarán muchas curvas y tensión con los tribunales.
Bolaños y Martín Castán hablaron a lo largo del día para reagendar el próximo martes esta cita en la sede del Alto Tribunal. El titular de Presidencia y Justicia reiteró sus palabras: "España es un Estado de Derecho, con una democracia plena y los jueces actúan con independencia y separación de poderes"; "Voy a trabajar por el prestigio de los jueces y magistrados en este país ante cualquier ataque, venga de donde venga".
“Los jueces y magistrados de este país pueden contar con el ministro de Justicia para defenderles de cualquier descalificación y cuestionamiento de su prestigio y para garantizarles que puedan impartir justicia con independencia, en el marco de la Constitución, el Estado de derecho y la separación de poderes”, subrayan fuentes gubernamentales.
En privado, altos miembros del PSOE lamentan la actuación que ha tenido el presidente del Tribunal Supremo y sus relaciones con el Partido Popular. Como desliza un miembro de la dirección socialista: “Es descarado, se nota cómo están alineados”. Esta sensación se agrava después de la reciente sentencia del Alto Tribunal anulando el nombramiento de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, se refería hace unos días a ese fallo: "Es la primera vez en la historia que la justicia invalida un nombramiento realizado por el Gobierno, además a petición de una denuncia de una institución privada. Lo reitero, máximo respeto, pero esto tampoco es un ejemplo de la separación de poderes". El Supremo entró a contestar posteriormente a la también titular de Educación, Formación Profesional y Deportes tachando de “absurdo” su pronunciamiento.
El movimiento del presidente del Supremo para desairar a Bolaños con la excusa de Junts no tiene el respaldo unánime de la magistratura. Según fuentes jurídicas, una parte de los jueces no entiende lo que ha hecho Martín Castán y creen que se ha metido en “arena política”. Hay preocupación también entre jueces por la imagen que se está trasladando de una judicatura “alineada” con la derecha. Partes de la magistratura ven que detrás del movimiento ha habido un intento de mostrar una “queja corporativista”, pero se ha “errado en el tiro”. En privado también hay sectores de la magistratura que critican las concentraciones frente a los juzgados de los propios jueces por la futura ley de amnistía, ya que se está entrando “en la hiperbolización” del PP, como remarca un alto magistrado.
El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte, también se pronunció sobre el tema considerando "inadmisible" la expresión de Nogueras contra varios jueces, por lo que adoptará "las medidas necesarias previstas por el ordenamiento jurídico para proteger su independencia", que pueden pasar por el amparo a los magistrado o un posible envío a la Fiscalía. El GGPJ, caducado desde hace más de cinco años, se ve otra vez en el centro de la polémica después de que la Mesa del Senado le haya pedido un informe sobre la ley de amnistía (en principio no tendría que pronunciarse al ser una proposición de ley).
Sánchez busca desmontar las "falsedades" en Europa
Estas declaraciones de los presidentes del Supremo y del Poder Judicial llegaron en un día en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se afanó por explicar la ley de amnistía en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, donde acudió para hacer balance del semestre de España al frente de la UE. Y allí se cruzó con Carles Puigdemont en el hemiciclo, donde quiso dar un mensaje de encaje legal de la amnistía frente a los intentos de tumbarla de la derecha, además de criticar el auge de la ultraderecha.
"Al señor Puigdemont quiero decirle que está en nuestras manos lograrlo, que debemos hacerlo por las vías de la política, de la negociación y de la Constitución. Y yo creo que la ley de amnistía es un paso importante en la buena dirección, una ley que respalda a una amplia mayoría de nuestros ciudadanos", lanzó el presidente español antes los eurodiputados.
En el Ejecutivo, según fuentes conocedores, quieren desmontar el relato del PP en Europa. De hecho, el propio Sánchez criticó al Partido Popular Europeo por hacerse eco de las “falsedades” sobre la amnistía vertidas por Génova 13. Además, tuvo un enfrentamiento con el portavoz de los conservadores, Manfred Weber, ariete en el continente de las luchas del PP español contra el Gobierno.
Y quiso poner al dirigente alemán frente al espejo de los pactos del PP con la ultraderecha: “Señor Weber, ¿sabe lo que está haciendo Vox en España en sus pactos con el PP? ¿Seguro que se siente cómodo? ¿Sabe que están eliminando las políticas de violencia de género, censurando conciertos, películas y obras de teatro, a la vez que recuperan los nombre de calles de personas vinculadas con la dictadura franquista? ¿Ese sería su plan para Alemania? ¿Devolverles a las calles y plazas de Berlín los nombres del III Reich?”.
Weber, durante su intervención, se alineó con la línea más dura del PP español, como lleva haciendo desde hace meses frente al sector de Ursula Von der Leyen. El portavoz del PPE aspira a convertirse en el candidato en las próximas elecciones europeas y es uno de los partidarios de abrir un posible canal de pactos con la ultraderecha frente a sectores más moderados de su partido. El alemán secundó la tesis de los populares españoles y acusó a Sánchez de dividir a Europa, a la vez que utilizó la proposición de ley de amnistía para atacar al presidente español: “Un principio básico de la democracia es decir la verdad a la gente antes de las elecciones".
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Con la respuesta del presidente español: “España es una de las democracias más plenas del mundo. Ocupa una posición de vanguardia en cuatro rankings. Es superior en calidad a algunas democracias antiguas del mundo. Y si no ocupamos una posición mejor es porque el PP ha secuestrado durante cinco años la renovación del Poder Judicial. Debemos acabar con este atropello”.
El PP se agarra a Pamplona como excusa
El bloqueo del Consejo General del Poder Judicial es uno de los temas precisamente que quiere solucionar Sánchez en su futura reunión con Alberto Núñez Feijóo (todavía sin fecha). Los populares siguen anclados en la condición de que se reforme a la vez el sistema de elección del CGPJ. Los populares están poniendo tantas condiciones que parece en estos momentos difícil que se logre un acuerdo. Después de 20 excusas desde hace cinco años para no llegar a un acuerdo, este mismo miércoles se empezaron a agarrar a otra: la moción de censura pactada por el PSN y EH Bildu para descabalgar a UPN de la Alcaldía de Pamplona.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, advirtió de que si las posibilidades de entendimiento no eran muchas con Sánchez, “desde hoy son muchas menos” por el pacto en Pamplona. "ERC, PNV, Bildu, BNG y Junts pusieron precio a sus votos, Sánchez ya conoce lo que valen los del Partido Popular para los temas que ahora plantea. Sus socios no hicieron descuento, yo tampoco lo haré", remachó.
El ministro de Presidencia, Justicia y Memoria Democrática, Félix Bolaños, tenía en su agenda a las 12.30 de este miércoles una reunión con el presidente del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán. Una toma de contacto tras formarse el nuevo Gobierno. Pero, de repente, “razones sobrevenidas” desde la la plaza de las Salesas, la sede del Alto Tribunal, desvanecieron el encuentro. Desconcierto.