La agenda del nuevo secretario general del PSOE –llámese X– ya tiene escritas tareas pendientes e inmediatas. No sólo las que procedan de la coyuntura, de la respuesta a lo que digan o hagan el PP, IU, Podemos, o los vaivenes que se produzcan en la economía, la crisis territorial o social. Hay más.
Unidad (coser al partido). Credibilidad (recuperar la confianza de los ciudadanos). Elecciones autonómicas y municipales (volver a ganar para mayo de 2015). Cataluña (responder con la Declaración de Granada y tender puentes de entendimiento). Primarias abiertas (elegir al candidato a la Moncloa en noviembre... o más tarde). En pocas palabras se resumen los retos a los que tendrá que enfrentarse el nuevo líder, y que coinciden en identificar las federaciones, donde se residencia el poder vivo del PSOE, descabezada Ferraz tras el descalabro de las europeas del 25-M. El nuevo líder se encontrará un partido hundido electoralmente, humillado por los peores resultados de su historia, deprimido en el momento más crítico.
La X es la incógnita que se despejará hoy a partir de las ocho de la tarde, cuando comiencen a abrirse las urnas de los 3.232 centros electorales del PSOE distribuidos por España, Europa y América, a las que están convocados los 198.123 militantes. Una X que sólo tiene tres nombres: Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.
01. RECOMPONER LA UNIDAD
Unidad. La palabra no se ha caído de la boca de ninguno de los tres candidatos. Uno de ellos, Sánchez, la ha llevado incluso a su eslogan de campaña: El socialismo que une. Todos son conscientes de que no hay otra vía posible, de que la tarea inmediata del 14-J, pasada la euforia de la noche electoral, es recomponer un partido fragmentado en mil pedazos y ayuno de poder institucional.
Si algo aterroriza al PSOE es repetir la experiencia del congreso de Sevilla, el de 2012, en el que Alfredo Pérez Rubalcaba se impuso a su rival, Carme Chacón, por una diferencia de 22 votos. De allí salió dividido en dos mitades casi perfectas, y con una ejecutiva monocolor, sin silla para los chaconistas. El trauma de aquel cónclave marcó los dos años posteriores.
Conscientes de que la división lastró el mandato de un Rubalcaba poco deseoso de ceder su trono y dar paso a la renovación, Sánchez, Madina y Pérez Tapias han prometido una ejecutiva de integración, en la que disfruten de su espacio las candidaturas perdedoras. Esa tarea, la configuración de una nueva dirección, se irá trabajando con más tiempo que nunca, porque no se aprobará hasta el 26 de julio, en la primera jornada del congreso federal extraordinario.
"Unidad", "fortaleza", "cambio" y "liderazgo" son palabras invocadas por todos los barones y altos cargos de las federaciones consultadas. Quizá hace más hincapié en ella Andalucía, el territorio que atesora un mayor peso institucional y orgánico, en buena medida porque vivió la ruptura en sus propias carnes en los tiempos de José Antonio Griñán y ahora presume de haber suturado, rápidamente, las heridas bajo el mando de Susana Díaz. "La nueva dirección debe ser representativa, contar con el respaldo y el reconocimiento de la amplísima mayoría del partido, para así superar años y años de desgaste", refuerza un miembro del Gobierno y del partido, de la estrecha confianza de la presidenta.
Precisamente la duda estriba en el papel que asumirá Andalucía en la nueva ejecutiva. Díaz ya ha trasladado que no entrará en ella. No se convertirá en la nueva presidenta del partido, y así lo ratificaban ayer desde su equipo. Se acaba así con un largo periodo de más de 14 años en el que las sucesivas direcciones estuvieron coronadas por los jefes del Ejecutivo andaluz: primero Manuel Chaves (julio de 2000-febrero de 2012) y luego José Antonio Griñán (febrero de 2012 hasta ahora), sustituido en la presidencia de la Junta y en el liderazgo del PSOE-A a finales del año pasado por Díaz. "Andalucía va a ayudar a coser el partido, a cohesionarlo. Al ser la federación más grande, su responsabilidad es mayor para contribuir a la unión del PSOE", rubrica un colaborador de la presidenta. Y no será fácil por los costurones que está dejando la batalla de Sánchez y Madina, los dos aspirantes con mayores opciones de ocupar la vacante dejada por Rubalcaba.
Aún es pronto para hablar de nombres y funciones, pero, en principio, si Díaz finalmente no asume la presidencia federal del partido, podría aspirar a colocar a alguien de su confianza en la Secretaría de Organización, las riendas del aparato. "Si no dispone de una tarea de peso, sería un enorme error de cálculo", advierte un importante barón, que a su vez pide que la cúpula acoja al poder territorial, para darle mayor fortaleza y empaque. También está por ver si Chacón reingresa a la ejecutiva. Madina, el jueves pasado, la invitó a tener "un papel relevante" en ella. La exministra de Defensa no podrá ejercer ningún puesto parlamentario, ya que abandonó su escaño en 2013 para trabajar como profesora en el Miami Dade College hasta este verano.
02. CENTRAR LA ATENCIÓN EN LAS ELECCIONES DE 2015
En el PSOE se suele decir que el peor golpe recibido en 2011 no fue (sólo) el de las generales. Lo que realmente hizo ver las proporciones de su descomunal caída fue la convocatoria anterior, las municipales y autonómicas. Bajó más de siete puntos (del 34,92% al 27,79%), quedando a diez de los conservadores, y perdió más de 2.200 concejales. Vio escapar de sus manos Gobiernos regionales históricos como Extremadura y Castilla-La Mancha, y entregó al PP Aragón, Cantabria, Baleares y Asturias (que un año más tarde recuperó gracias a unos nuevos comicios), junto con un buen puñado de alcaldías importantes, como la de Sevilla. El poder territorial de los socialistas se había encogido hasta su mínima expresión. Y a punto estuvo de ceder Andalucía en marzo de 2012. Salvó su mayor bastión, pese a ser derrotado por el PP, gracias a su pacto de Gobierno con IU.
El PSOE confía en remontar en mayo de 2015, cuando se celebrarán las municipales y las autonómicas (en 13 comunidades). Arrebatar al PP feudos como Valencia o Madrid o reconquistar Castilla-La Mancha y Extremadura sería considerado un éxito mayúsculo. Por eso los barones piden al nuevo secretario general que se marque como reto imprescindible "ganar" el año que viene, apostando por "buenos carteles" electorales, demostrando fortaleza desde Ferraz y "aprovechando la debilidad del PP".
Después del congreso extraordinario, casi sin solución de continuidad, el PSOE se sumergirá en la celebración de las primarias autonómicas y municipales para la elección de los cabezas de lista de mayo de 2015. Cinco candidatos regionales ya están elegidos: Ximo Puig en la Comunitat Valenciana, Rafael González Tovar en Murcia, Francina Armengol en Baleares, Rosa Eva Díaz Tezanos en Cantabria y Javier Lambán en Aragón. El morbo, pues, se centrará en lo que ocurra en la Comunidad de Madrid –por si Tomás Gómez tiene rival–, en Castilla y León –gobernada ahora por una gestora, y en la que podrían confrontar los ex secretarios generales Julio Villarrubia y Óscar López– y en ayuntamientos como Madrid, Sevilla y Valencia.
03. RECUPERAR LA CONFIANZA
Si algo demostraron las europeas es que el PSOE seguía desconectado de los ciudadanos. Su brutal caída (23% de los votos, 3,5 millones de sufragios, sólo 14 escaños) se acompasó de la subida de IU y de la espectacular irrupción de Podemos.
Los socialistas creen –y así lo han evidenciado los tres candidatos, sobre todo Sánchez y Madina– que el suyo no es un problema de proyecto. Que este se remozó decisivamente y giró a la izquierda en la Conferencia Política celebrada el pasado noviembre. Un voluminoso corpus ideológico [consúltalo aquí en PDF] del que, sin embargo, apenas ha sacado provecho. Los ciudadanos desenchufaban en cuanto oían a Rubalcaba, según la teoría más extendida en la casa.
Distintos barones y cuadros regionales elaboran un mismo diagnóstico: las resoluciones de la Conferencia constituyen un "basamento muy importante" para el futuro. "Ahora toca exprimirla, desarrollar políticas concretas, ofrecer soluciones, y con ello ir recuperando la confianza", opina un secretario regional. "El nuevo PSOE debe fortalecerse como un proyecto autónomo, situar temas que no están en la agenda, ser capacer de no ir a rebufo del Gobierno, centrarse en cuestiones como la lucha contra la crisis, el nuevo modelo productivo, el sostenimiento de la sanidad, la educación...", tercia otro, jefe de una federación muy potente.
"Hay que dejar de hablar de nosotros mismos para hablar de la gente que lo está pasando mal. Y debemos salir a la calle con la gente, salir de los hoteles y los despachos, desplegar una política coherente con el ideario socialista, evitar estar abducidos por la corte madrileña –recomiendan fuentes próximas a la presidenta andaluza–. No podemos ser un apéndice del PP, sino defender un proyecto nítido, que no tenga complejos, que diga no a los recortes, que diga no a las reformas exprés de la Constitución, que diga no al fortalecimiento de posiciones neoliberales. Y que defienda lo bueno que los socialistas hemos hecho, y a boca llena". "Si sale elegido con autoridad el nuevo líder, hay que hacer de lo que dijimos en la Conferencia la parte central de nuestra oposición para comenzar a recuperar la credibilidad", tercian en Castilla-La Mancha.
Desde el PSC, en el entorno más cercano al próximo primer secretario, Miquel Iceta, sostienen una tesis semejante: "En la Conferencia Política están los mimbres. Pero el PSOE debe proporcionar un proyecto de cambio claro, porque hay demandas de cambio que no están suficientemente satisfechas. Debemos demostrar que las alternativas son factibles, realizables. Debemos no sólo oponernos a lo que haga el PP, sino explicar con detalle cómo lo haríamos nosotros". En suma, redondean desde el círculo de Puig, no se trata de "giros abruptos", sino de recuperar la "credibilidad" perdida en los últimos años. En la casa socialista, cunde la impresión de que la renovación del partido no llegó a los ciudadanos porque al frente se sentaba Rubalcaba, un viejo tahúr político, con 30 años de experiencia, y ligado a los Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y a la debacle de los últimos años.
Sánchez y Madina, como se vio en el debate, comparten las conclusiones de la Conferencia. Con diferentes acentos, con distintas prioridades, pero no se deslindan del tronco principal. Pérez Tapias, el tercero en las quinielas, sí ha abogado por situar al PSOE "en la izquierda", de forma clara y nítida. Su victoria sí supondría un viraje muy notable respecto a la línea seguida hasta ahora.
04. RESPONDER AL DESAFÍO SOBERANISTA
El nuevo curso político, que está a la vuelta de la esquina, estará colonizado por la tensión soberanista. El 11 de septiembre, la Diada, que volverá a sacar a las calles a miles de catalanes insatisfechos. El 9 de noviembre, la convocatoria de la consulta, que será recurrida por el Gobierno y, con bastante probabilidad, tumbada por el Tribunal Constitucional.
Sánchez y Madina defienden, sin apenas matices, la Declaración de GranadaDeclaración de Granada, pactada hace un año por el Consejo Territorial del PSOE. O sea, la reforma de la Constitución en un sentido federal. El diputado vasco sí ha insistido hasta la saciedad (ayer también en Barcelona) en que su prioridad sería sentar en la misma mesa a Artur Mas y a Mariano Rajoy, una cita que, de hecho, podría producirse antes de agosto, tras la llamada, el viernes, del jefe del Ejecutivo al president de la Generalitat. Pérez Tapias sí se sale de los márgenes de Granada: su modelo es el de una España "plurinacional", y en el cabe la celebración de un referéndum consultivo (y "no decisorio") en Cataluña.
En las federaciones, la respuesta universal es que el PSOE debe seguir enarbolando la solución hallada en Granada. Con uñas y dientes. La posibidad de autorizar una consulta ni se contempla. "Pérez Tapias lo dice porque sabe que no va a ganar", replican dos cargos territoriales, con idénticas palabras.
Desde el PSC, fuentes próximas a Iceta sostienen que el PSOE "debe seguir el camino abierto por Rubalcaba, la propuesta federal, y servir de puente entre Mas y Rajoy, propiciar un acercamiento que impida el choque de trenes". ¿Debe asumir el partido el derecho a decidir, una consulta "legal y pactada", como quieren los socialistas catalanes? "Ahí sigue habiendo una discrepancia, pero en el PSOE deberían ir asumiendo que sin que los catalanes voten esto no se va a arreglar. Lo que debe hacer el nuevo secretario general es ponerle valentía, fuerza al problema, anticipándose en lo posible en las soluciones". En el entorno del próximo primer secretario se deplora que la convocatoria del congreso federal haya "paralizado" la presentación del desarrollo de la reforma de la Carta Magna, porque ya queda menos tiempo.
En definitiva, para el PSC, la Declaración de Granada es un "magnífico punto de encuentro" que todavía se mantiene vigente. En cuanto a las relaciones entre los dos partidos, pocos cambios: "Los socialistas catalanes no vamos a renunciar al proyecto federal compartido con el PSOE. Pero somos soberanos y exigimos nuestros márgenes de actuación política". En Barcelona se valora el Comité de Coordinación al que se dio vida hace un año, una vez que se frustró la renovación del protocolo que guía los lazos de las dos formaciones. Retomar la negociación de un nuevo texto, por cierto, "no es urgente" tampoco para Iceta.
05. UBICAR LAS PRIMARIAS ABIERTAS
Luz roja. Aquí sí se perciben diferencias. Las hay entre los candidatos y entre las federaciones, siguiendo el patrón que se ha visualizado en las últimas semanas, en función de cuál es su apuesta como sucesor de Rubalcaba.
Madina ha reiterado que quiere las primarias abiertas para la elección del candidato presidencial en noviembre, tal y como se pactó en el Comité Federal de enero. Pérez Tapias está de acuerdo, y él ya ha advertido que no se presentará, que cree en la bicefalia, que ahora sólo aspira a la Secretaría General y punto. Sánchez también se comprometió durante el debate a celebrar las votaciones en noviembre de 2014, aunque el jueves incorporó un matiz importante: esa es una decisión que corresponde a "todo el partido" y que además debería ser compartida por los candidatos municipales y autonómicos. Dejaba así la puerta abierta a una reconsideración de la fecha.
Esos matices se repiten en los territorios. Extremadura, dirigida por Guillermo Fernández Vara, y Asturias, gobernada por Javier Fernández, se han volcado con Madina. Y ambas consideran que el nuevo líder ha de comprometerse con la celebración de las primarias abiertas para noviembre. Sin marcha atrás. Ambas federaciones entienden que los barones que recelan de esta fecha es por una razón, porque "algunos y algunas tienen muy pocas ganas de primarias". Y señalan con el dedo a una, a la más influyente: "A la califa andaluza", Susana Díaz, en palabras de los cercanos a Vara. "Deben hacerse antes de las autonómicas y municipales en cualquier caso, porque es nuestro compromiso con los ciudadanos. Hacerlas en noviembre siempre sumaría, nunca restaría", completan desde el círculo de Fernández.
En Andalucía, Valencia, Madrid, Castilla-La Mancha, Aragón o La Rioja comparten la visión de Sánchez. En primer lugar, porque creen que el secretario general no puede fijar la fecha en solitario, sino que ha de hacerlo "el Comité Federal, todo el partido". Es decir, que el nuevo líder ha de "escuchar" qué le dicen los territorios. Hay que tener en cuenta que el inquilino de Ferraz heredará el Comité anterior en gran parte, porque en el congreso sólo se renuevan unas pocas plazas, y el resto las ponen las federaciones. "No tiene sentido hacerlas en noviembre, someter a más tensiones al partido entonces, cuando debemos concentrarnos en las autonómicas y municipales. No lo quiere la gente, y no lo querrán los candidatos", opinan los próximos a Díaz.
El argumento que estos territorios dan para contemplar la posibilidad de llevar las primarias a después de mayo de 2015 es que el calendario pactado en enero ya se ha modificado de facto, porque en ese momento no se barajaba la eventualidad de un congreso extraordinario y de un cambio en la dirección. O sea, el escenario ha cambiado, así que hay que reconsiderar las siguientes jugadas y orientarse por lo que "convenga al partido" y a España.
El miedo de estas federaciones es que el PSOE se vuelva a ver sometido a una división interna apenas cuatro meses después de elegido el secretario general. "¿Y qué pasa si elegimos a un candidato a la Moncloa que no es el líder del PSOE? Vamos a otro congreso entonces, y nos tiramos un año en procesos internos", agrega un dirigente territorial. "Puede haber otra decisión distinta ahora y no pasa nada. No es que nos resistamos a las primarias abiertas. Yo sí soy un firme defensor –esgrimía ayer un barón–, pero hay que hacerlas bien. Ponerse exquisito en el cuándo no tiene mucha razón de ser". "El que debe ser autónomo es el proyecto, no es el secretario general", añade, respondiendo a la etiqueta que se puso el mismo Madina, "autónomo".
En el PSC mantienen una postura intermedia. Entiende que "no hay razones" para cambiar el calendario, pero esa decisión "la deberá tomar todo el Comité Federal".
La campaña ya acabó anoche con los tres candidatos llamando a la participación máxima en la consulta y prometiendo unidad. El diputado vasco, en Barakaldo (Bizkaia), el madrileño y el miembro de Izquierda Socialista, en Andalucía. El futuro comienza a escribirse esta noche. Con un nombre: Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Pero el día después casi será más importante.
La agenda del nuevo secretario general del PSOE –llámese X– ya tiene escritas tareas pendientes e inmediatas. No sólo las que procedan de la coyuntura, de la respuesta a lo que digan o hagan el PP, IU, Podemos, o los vaivenes que se produzcan en la economía, la crisis territorial o social. Hay más.