“Llevan diez meses diciendo que la coalición se cae, y ahora son ellos los que explotan”. De esta manera tan directa se expresa un miembro del núcleo duro de Pedro Sánchez sobre el choque entre los populares y Vox. Y en el Gobierno y en el PSOE subrayan que esto pone de manifiesto ante la sociedad que la inestabilidad llega de manos de la derecha, mientras que el Ejecutivo progresista aguantó una legislatura, sacó más de 200 leyes y tiene ahora visos de durar tres años más.
“El dato mata al relato”, insiste otro destacado miembro del PSOE que remarca que la crisis dentro de las derechas, apenas un año después de haber formado los gobiernos de coalición tras el 28M, hace caer el dogma de que los Ejecutivos progresistas tienen menos solidez que los de los conservadores con la extrema derecha.
Por eso creen en La Moncloa y en Ferraz de manera decidida de que estas desavenencias entre los populares y Vox sirven para visualizar que el Gobierno central de coalición es mucho más sólido que la imagen que tratan de proyectar sobre él las derechas política y mediática. La intención de Sánchez es la de seguir adelante con la legislatura y dar la mayor estabilidad posible con una mayoría frágil pero que hasta ahora está siendo efectiva.
De hecho, durante las horas de enfrentamiento en directo entre el Partido Popular y Vox los miembros del Gobierno dicen que hay que centrarse en la gestión. Es el mensaje que quieren trasladar antes la sociedad. En la sala de máquinas del PSOE se subraya: “Ahora mismo hay en Canarias 6.000 niños esperando acogida. Los problemas del PP y de sus socios ultras no nos interesan lo más mínimo. Que el PP apoye ya esta reforma de la ley y permita que estos niños puedan ser acogidos en la península y no seguir en las condiciones en las que están en Canarias”.
"Se acabó lo de llamarnos Frankestein"
En el Gobierno y en el PSOE descartan que a través de este choque el PP logre posicionarse en una imagen más centrada, pues, en su opinión, se trata de las políticas que luego practican en sus comunidades. Por lo tanto, no creen que esto pueda tener un rédito electoral para las siguientes elecciones generales.
“Se acabó ya eso de llamarnos Gobierno Frankenstein”, indica otro dirigente socialista. Además, un miembro del Consejo de Ministros hace el análisis de que los ciudadanos pueden comprar el relato del PP de que es mejor gobernar solos al principio, pero conforme el tiempo pase caerá en el lado negativo de la balanza al asociarse con inestabilidad. Los gobiernos autonómicos del PP y de Vox fueron los laboratorios de cara al frustrado Gobierno a nivel nacional y ahora son protagonistas del enfrentamiento interno.
Asimismo, en el socialismo recuerdan que ya los gobiernos del PP y de Ciudadanos en anteriores legislaturas fueron bombas de relojería y no acabaron sus mandatos. Un ejemplo fue la decisión de romper de Alfonso Fernández Mañueco (PP) con Francisco Igea (Ciudadanos), que acabó con unas elecciones anticipadas que llevarían al poder al actual Ejecutivo de Castilla y León conformado por populares y la extrema derecha. Otra experiencia traumática fue la del primer Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que tuvo como vicepresidente a Ignacio Aguado (Ciudadanos). Tampoco lograron llegar hasta el final del mandato los anteriores gobiernos del PP y de Cs en Andalucía y en la Región de Murcia.
"Visualiza que no hay alternativa a la coalición"
Uno de los grandes problemas de imagen que ha tenido el Gobierno progresista que nació tras las elecciones de 2019 es el de la fragmentación y el ruido interno. Pero no se materializó en rupturas, como tampoco sucedió con los gobiernos autonómicos de coalición que cayeron luego en el 28M. Por eso se afanan en el Gobierno, en el PSOE y en Sumar durante estos días en reflejar que la cohesión ahora mismo es mayor en el espectro progresista pese a los titulares apocalípticos.
Además, creen que este choque es un torpedo en la línea de flotación para la propia derecha. Fuentes del Gobierno señalan que aunque el PP piense que le beneficia a su imagen, es imposible que pueda alcanzar mayoría absoluta en unas próximas elecciones generales y que seguirá dependiendo de Vox para intentar sumar. “Esto visualiza que no hay alternativa posible que pueda funcionar respecto al actual Ejecutivo”, sostiene un ministro.
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Pero los socialistas ponen el foco también en la falta de solidaridad y de respeto llegar a esta situación con la excusa de la distribución de los menores migrantes no acompañados. El análisis que hacen en el núcleo duro de Ferraz es que Vox se ha lanzado en esta dirección también de manera estratégica al pensar que de la mano de los populares nunca llegarán a los resultados de Marine Le Pen en Francia o de Giorgia Meloni en Italia.
Tras este choque, señalan varias fuentes del Gobierno y socialistas, se evidencia el fracaso de las derechas unidas llevando gobiernos autonómicos, sobre los que destacan las principales columnas del Estado del Bienestar al tener que gestionar áreas como la sanidad, la educación, los servicios sociales y la dependencia. Es decir, las políticas que más afectan al día a día de los votantes. Por eso el Gobierno se va a afanar en hablar de gestión y no de sillones durante esta crisis entre el Partido Popular y Vox.
En el Ejecutivo trabajan para la presentación la semana que viene en el Pleno del Congreso por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de un potente paquete de medidas para la regeneración democrática, algo que prometió tras sus cinco días de reflexión. Asimismo, seguirán adelante con el intento de reforma de la ley de extranjería para que la acogida de menores migrantes no acompañados se haga a través de una ley obligatoria. Sólo puede salir adelante si el PP da sus votos, pero el PSOE y Sumar la llevarán hasta las Cortes para que se tengan que retratar todos los partidos.
“Llevan diez meses diciendo que la coalición se cae, y ahora son ellos los que explotan”. De esta manera tan directa se expresa un miembro del núcleo duro de Pedro Sánchez sobre el choque entre los populares y Vox. Y en el Gobierno y en el PSOE subrayan que esto pone de manifiesto ante la sociedad que la inestabilidad llega de manos de la derecha, mientras que el Ejecutivo progresista aguantó una legislatura, sacó más de 200 leyes y tiene ahora visos de durar tres años más.