Defensa activa la compra de misiles y bombas guiadas por valor de 474,4 millones

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El Ministerio de Defensa propondrá al Consejo de Ministros del próximo martes la autorización de varios contratos de gasto militar entre los que destacan cuatro cuyo objeto es adquirir armamento por valor de 472,4 millones de euros. Fuentes del Ejecutivo confirmaron a infoLibre que el departamento que dirige Margarita Robles llevará también a esa reunión otros contratos dirigidos a la construcción de infraestructuras para nuevos sistemas de armas (destinados, por ejemplo, a los cazas Eurofighter) y de guerra electrónica.

En primer lugar, Defensa quiere gastar, íntegramente con cargo al presupuesto de 2022, 200 millones de euros en la adquisición al Gobierno de Estados Unidos de 92 misiles AIM-120-C7 para los Ejércitos del Aire y del Espacio, Tierra y de la Armada. La justificación enviada al Consejo de Ministros sostiene que para cumplir las misiones encomendadas a los Ejércitos y Armada es necesario mantener unas existencias mínimas de reserva para la flota de aeronaves y sistemas de armas que hacen uso de este misil. 

La reposición de este material persigue mantener los niveles de reserva establecidos por los Estados Mayores de los Ejércitos y la Armada. El reparto previsto otorgaría 35 unidades al Ejército del Aire y del Espacio que se usarán para reponer misiles que ya acumulan 35 años de antigüedad para las flotas de C15 y C16, otros 35 serán para el Ejército de Tierra y los 18 restantes tendrán como destino la Armada, en concreto sus aviones Av8 Harrier.

El segundo contrato más importante que la ministra Margarita Robles llevará al Consejo de Ministro del martes tiene por objeto la adquisición de misiles antibuque NSM (Naval Strike Missile) Blk-1A para la Armada, por un valor de 125 millones de euros. Los fabrica la empresa noruega Kongsberg Defence & Aerospace (KDA) y Defensa los quiere para incorporarlos al menos a las fragatas F-110 y a las F-1001 una vez se realice la actualización de armamento programada para la mitad de su vida útil, aunque también será considerado para los futuros programas de buques de la Armada.

En este caso, el NSM noruego tiene como misión sustituir al misil antibuque Harpoon, que está ya en el último tercio de su vida útil. Las elección de un fabricante europeo no es casual: Defensa quería que fuese coherente con los desarrollos de armas que los países de Europa están llevando a cabo de forma conjunta. La oferta de KDA, referenciada a un posible contrato de 120 misiles, fue además la más económica de las presentadas, según las fuentes citadas.

El retorno industrial también jugó un papel importante. Según el ministerio, KDA hizo un importante esfuerzo por alcanzar acuerdos con empresas españolas que se ha traducido en carga de trabajo para Sener con el objetivo de fabricar los actuadores de todos los misiles, tanto los del programa español como los de exportación global, y con M&M2 para la fabricación de las rampas de los lanzadores, con posibilidad de exportación global. También utilizará los recursos de SMS para la fabricación de cableado, unidades de potencia, conectores, paneles de actuación y armado y de Navantia para la integración del sistema.

Bombas guiadas

Encima de la mesa del Consejo de Ministros de este martes también estará la celebración del contrato para la adquisición de municiones y armamento guiado de precisión (PGM) por un valor estimado 104,4 millones de euros.

En este caso la capacidad de ataque a superficie táctico del Ejército del Aire y del Espacio actualmente está cubierta por las municiones guiadas modelos GBU-48, GBU-24, GBU-16, GBU-12 o GBU-10.

La última compra afecta a la adquisición del misil aire-superficie Brimstone por un valor estimado de 43 millones de euros. En este caso se trata de sustituir a los misiles Maverick para integrarlo en la flotas del C.16 (Eurofighter) siguiendo en este caso el modelo utilizado en el Reino Unido.

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El incremento del gasto militar en España es una política del Gobierno desde que asumió ante la OTAN un compromiso mayor coincidiendo con la reactivación de la alianza al calor de la invasión rusa de Ucrania. El resultado ha sido una subida de un 25,8% en el gasto en Defensa en el marco de los presupuestos generales del año que viene a pesar de las reservas mostradas por Unidas Podemos, uno de los dos socios de la coalición.

Si se aprueba el proyecto de ley en los términos en los que fue presentado al Congreso, el gasto en Defensa pasará el año que viene de 9.791 millones de euros a 12.317. Este aumento, según explicó la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se debe a los compromisos adquiridos por el Gobierno ante la OTAN (en 2030 hay que tener una inversión del 2% del PIB) y se justifica en la creación de puestos de trabajo y la necesaria modernización tecnológica de nuestro ejército.

El Ministerio de Defensa aumentará su presupuesto en un 6,5%, cifra que se incrementa hasta el 8,4% si se incluyen los fondos europeos. Pero la política en defensa sube más al incluir los programas especiales de modernización que no computan en el límite de gasto no financiero, sino que van en distintas anualidades. Para 2023 ascienden estas partidas a 4.900 millones. La mayor parte de esta cifra corresponde a contratos para la industria nacional con los que el Ejecutivo espera crear 22.667 empleos de forma directa o indirecta. 

El Ministerio de Defensa propondrá al Consejo de Ministros del próximo martes la autorización de varios contratos de gasto militar entre los que destacan cuatro cuyo objeto es adquirir armamento por valor de 472,4 millones de euros. Fuentes del Ejecutivo confirmaron a infoLibre que el departamento que dirige Margarita Robles llevará también a esa reunión otros contratos dirigidos a la construcción de infraestructuras para nuevos sistemas de armas (destinados, por ejemplo, a los cazas Eurofighter) y de guerra electrónica.

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