La ministra María Jesús Montero se ha lanzado oficialmente a por el liderazgo del PSOE andaluz y tiene por delante la tarea más difícil a nivel interno a la que se ha enfrentado en su carrera: levantar al alicaído socialismo andaluz en poco más de año para tratar de vencer al todopoderoso Juanma Moreno (PP), instalado en una cómoda mayoría absoluta y con las encuestas a favor. Las próximas elecciones deberían celebrarse en 2026, y aunque el Partido Popular posee la carta de adelantar, Moreno ya ha descartado hacerlo.
Si la vicepresidenta primera del Gobierno consigue hacerse con el cargo en primarias —una victoria que se da prácticamente por hecha— deberá medirse mano a mano con Moreno, el hombre por el que nadie apostaba en 2018 —ni siquiera la dirección nacional de su partido— y que en los últimos comicios autonómicos rompió con el techo histórico del PP andaluz con 58 diputados, tres por encima de la mayoría absoluta, sacándole veinte puntos al PSOE de Juan Espadas. Moreno se consagró en aquel momento como el barón autonómico con mejor rendimiento electoral de su partido, y por tanto mayor autoridad, por delante de otras figuras de peso dentro del PP, como la madrileña Isabel Díaz Ayuso.
Desde entonces, el andaluz gobierna con manos libres, sin depender de Vox, sumando su nombre en la lista de presidentes que han logrado mayoría absoluta en las urnas a los de Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla y Manuel Chaves, todos del PSOE. A su mayoría absoluta a nivel autonómico, el PP andaluz sumó un fuerte avance municipal con casi cinco puntos de diferencia frente a los socialistas, cerca de 200.000 votos. Los conservadores retuvieron las capitales que ya controlaban, Málaga, Almería y Córdoba, las tres con mayoría absoluta, y añadieron Granada, Cádiz, Huelva y Sevilla. También Jaén, que recientemente volvió a manos del PSOE tras una moción de censura.
María Jesús Montero, un "revulsivo" para trastocar la 'paz' de Moreno
El reto de la número dos de Pedro Sánchez es, por tanto, mayúsculo. Por un lado, acabar con la hegemonía del PP en Andalucía para tratar de recuperar lo que en su día se llamó "fortín socialista" o "granero del PSOE", y recoser también a un PSOE andaluz dividido, con muchas familias y luchas internas a sus espaldas. "No vuelvo porque nunca me marché, siempre trabajé y sigo trabando para y por Andalucía", aseguró Montero en la presentación de su candidatura este miércoles, acompañada por Juan Espadas.
A juicio de Ángel Cazorla, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad de Granada, Montero es el "revulsivo" que el PSOE andaluz necesitaba. "Probablemente debería haber dado un paso adelante antes, pero es quizá la única opción que tiene el PSOE andaluz", señala en conversación con infoLibre. A diferencia del caso de Espadas, cuyo perfil "es muy similar" al de Moreno, Cazorla cree que la número dos del Gobierno "no va a permitir que Moreno se mueva plácidamente" en la Junta.
Tal y como lo ve el experto, el objetivo de la vicepresidenta y ministra de Hacienda es generar otro efecto Illa, en referencia a la candidatura del exministro de Sanidad y actual president de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa. "Tiene que romper con ese status quo que se está asentando en Andalucía", señala. Con todo, Cazorla advierte que lo tiene complicado porque Moreno "está asentado y ha logrado conseguir un clima emocional propicio, en el que se le percibe como un hombre moderado, afable y sereno".
Coincide con él Ana Salazar, politóloga y directora de Idus3 Estrategia, que hace hincapié en que Moreno hasta ahora ha estado "en una situación muy confortable" y que ha sabido abrazar "muy bien los símbolos":"Se ha criado en un sistema público de enseñanza diseñado por el PSOE, con los valores de la flauta, el himno de Andalucía y el mollete con aceite", señala. Sin embargo, considera que el aterrizaje de Montero trastoca su estrategia y le "pone nervioso" : "Ella es un perfil respetado dentro de Andalucía, con papeles importantes en la estructura de poder y tratará de competir por el voto femenino", avanza.
El PP pasa al ataque con los ERE y la "crispación"
El Partido Popular no se lo pondrá fácil y ya ha pasado al ataque directo contra la vicepresidenta del Gobierno, tanto a nivel nacional como autonómico. "Montero se estrena como líder designada por Sánchez del PSOE-A atacando a los jueces y reivindicando la corrupción. Primero aplaudieron a los corruptos en el Congreso Federal, ahora ya están a punto de incluir volver a la trama de los ERE como promesa electoral", escribía en X la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, en su cuenta de X. Un mensaje replicado de manera similar por otros miembros de la dirección de Alberto Núñez Feijóo.
Los expertos consultados, sin embargo, no creen que tratar de relacionar a Montero con los ERE sea una estrategia adecuada en el actual contexto. "Si el PP lo hace se equivoca. Los ERE se han olvidado, estamos en un nuevo orden político y apelar al pasado no funciona", señala Cazorla. "La corrupción ha pasado a otra pantalla en el momento en el que Constitucional anuló la condena de Chaves y Griñán", resume Salazar.
También desde el PP andaluz han cargado contra la vicepresidenta primera. El secretario general del partido, Antonio Repullo, ha asegurado que el aterrizaje de Montero supone la "la vuelta al pasado de Andalucía" y ha señalado que el "único registro" de Montero "es el ruido, la crispación y la chulería": "Ahora viene Montero, que viene a montar lío", insistía, "socialismo hiperventilado y gritón" y calificaba su vuelta como un "dedazo de Sánchez" e incidiendo en que el PSOE-A "no tiene ninguna autonomía".
Más sutil ha sido el propio Moreno, que tras la marcha de Espadas escribía en su cuenta: "Le deseo a Juan Espadas lo mejor en la vida. En política no tendría que imperar la crispación, la bronca o la crítica exagerada. Respeto su decisión y el proceso interno abierto en el PSOE-A". Un mensaje que bien podría interpretarse como un recado hacia la ministra de Hacienda, que durante al presentación de su candidatura prometía "dar la batalla" frente al PP andaluz: "Necesitamos ganarla, para la gente que está fuera", zanjaba, al tiempo que incidía en que el partido ha de "recuperar la autoestima".
"Ilusión" para dar el vuelco en "cuarenta municipios"
Para confrontar con Moreno la número dos del PSOE buscará darle forma al concepto de igualdad en banderas clásicas del socialismo andaluz durante décadas: la educación, la sanidad, los servicios sociales y la dependencia.Para el profesor de la Universidad de Granada la sanidad va a ser uno de los temas centrales, como ya lo fue durante el mandato de Susana Díaz. "Juanma Moreno ha vivido un periodo de cierta indulgencia, pero la gente va a empezar a pedirle cosas concretas y ahí la figura de Montero como exconsejera de Sanidad puede ser uno de sus puntos más débiles", resume.
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Salazar coincide y señala que "la oposición lleva tiempo confrontando" sobre el estado de la sanidad y los servicios públicos, al igual que la sociedad civil. Pero cree que solo con eso no va a ser suficiente y que lo que debe hacer el PSOE es "generar ilusión" con la candidatura de Montero, un aspecto en el que también se detiene Cazorla, que señala que en los análisis realizados sobre comportamiento electoral se muestra cómo "Moreno ha reducido la aversión" hacía él, "pero no ha activado el entusiasmo" de los votantes.
Para la directora de estrategia de Idus3, la clave del potencial vuelco electoral está en "cuarenta pequeños municipios que pueden decantar la balanza": "La principal tarea del PSOE andaluz es recuperar los 400.000 votos que se fueron a la abstención", señala. Cazorla también cree que será clave ese voto "desencantado ante las ultimas fases del gobierno de Susana Díaz y la propia división interna en el partido" que, según explica, "generó un clima de desafección que se canalizó por la abstención punitiva de votantes socialistas que tampoco votaron al PP-A", resume.
Un reto que no será fácil con un Juanma Moreno que, en opinión de ambos expertos, ha logrado "transcender" las siglas de su partido y "borrar del mapa" a la oposición en estos años. Aunque Montero ha dejado claro que quiere "ganar" si no lo hace aún podría asestar un golpe a Moreno arrebatándole la mayoría absoluta. "En el momento en que eso ocurra se va a haber obligado a pactar con un Vox empoderado que le obligaría a jugar con otras fichas", zanja el profesor de la Universidad de Granada.
La ministra María Jesús Montero se ha lanzado oficialmente a por el liderazgo del PSOE andaluz y tiene por delante la tarea más difícil a nivel interno a la que se ha enfrentado en su carrera: levantar al alicaído socialismo andaluz en poco más de año para tratar de vencer al todopoderoso Juanma Moreno (PP), instalado en una cómoda mayoría absoluta y con las encuestas a favor. Las próximas elecciones deberían celebrarse en 2026, y aunque el Partido Popular posee la carta de adelantar, Moreno ya ha descartado hacerlo.