EL FUTURO DEL PSOE ANDALUZ

Unidad interna, espíritu de victoria y reconectar Andalucía con el Gobierno: los desafíos de Montero

María Jesús Montero en la presentación de su candidatura para el PSOE-A.

“Compañeras y compañeros, os podéis imaginar el nudo en la garganta y la emoción. Es el momento político más especial que he tenido en toda mi vida. Ni más ni menos que estar en mi tierra, en Andalucía, que no es solamente mi hogar. Es más que eso, es el sitio donde aprendí los valores y los principios que han regido siempre el conjunto de mi vida, en lo social y en lo personal. Los valores de la coherencia, de la honestidad, de la capacidad de escuchar y de sentirme interpelada sobre todo por el dolor de los que más sufren y que menos voz tienen para pedir lo que es justo. Andalucía ha sido y es mi escuela”.

María Jesús Montero se ha lanzado ya de lleno a pilotar el PSOE andaluz. No hay rival que le pueda hacer sombra a la vicepresidenta primera del Gobierno en las primarias. Pero no desembarca en un jardín de rosas primaverales, sino que tiene por delante la tarea más ardua internamente a la que se ha enfrentado en su carrera: levantar al alicaído socialismo andaluz en poco más de año para tratar de vencer a Juanma Moreno (PP), instalado plácidamente en la mayoría absoluta.

La también ministra de Hacienda llega a un partido convertido en una especie de reino de taifas. Un PSOE andaluz dividido, con muchas familias, con muchas luchas internas a sus espaldas desde el susanismo. Montero siempre fue reacia a asumir responsabilidades orgánicas durante su etapa en la Junta de Andalucía y siempre rehuyó los conflictos entre los suyos, incluso tardó bastantes años en afiliarse. Y ahora le toca “coser”, como reconocen en el socialismo del sur.

Recomponer el reino de taifas

En la presentación de su candidatura en Sevilla este miércoles por la tarde, incidió en que busca un PSOE “unido”. Quiso tener un gesto de cariño y reivindicación hacia Juan Espadas, que se marcha después de no haber conseguido tomar las riendas y cuestionado por la mayoría de la federación. Dirigentes y cargos del partido confiesan que la figura de Montero es indiscutible, por lo que se ha tomado como un alivio interno. Pero también señalan que, una vez logre formalmente ser la secretaria general, debe hacer con mimo el nuevo equipo de dirección y cuidar especialmente los ocho procesos congresuales provinciales.

Montero tiene que volver a engrasar la maquinaria de San Vicente, que apenas ha funcionado en los últimos años, y reactivar especialmente el tándem Sevilla-Jaén, las dos columnas hercúleas que suelen sostener el proyecto socialista. Irá de la mano de Javier Fernández y Paco Reyes, los presidentes de las diputaciones de estas dos provincias y los referentes institucionales del PSOE frente a la marejada azul que domina la comunidad. Y en esos equilibrios tiene que buscar huecos para acoger a los antiguos espadistas y al sector que todavía sobrevuela alrededor de Susana Díaz.

Y es que, como señalan socialistas del sur, hay que volver a despertar a ese “dragón” que es el PSOE de Andalucía, que ha perdido el vuelo y el pulso. La vicepresidenta primera se puso como una meta recuperar la “capilaridad” a través de los militantes y de las casas de pueblo a lo largo y ancho de la comunidad para hacer frente al “relato” que ha instalado el PP andaluz. Una reclamación que hacen en las ocho provincias es que se tiene que frenar la “falsa imagen” de Andalucía “idílica”, como repiten varias fuentes del PSOE-A, que ha instalado Juanma Moreno. Un parlamentario andaluz lo resume así: “La sanidad no funciona. Se han creado cinco universidades privadas por parte del PP. Pero parece que todo eso no le pasa factura al Partido Popular en una comunidad que no es rica y que siempre ha sido estandarte de los servicios públicos”.

Reivindicar el orgullo del PSOE-A

En el PSOE-A están preparados para un duro enfrentamiento con el PP y señalan cargos del partido que Moreno Bonilla irá a por Montero por su pasado como consejera en los gobiernos de Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz: “Volverán con los ERE”. La propia Montero, consciente de este flanco, remarcó en el acto ante los militantes: “Afortunadamente el tiempo lo pone todo en su sitio. Intentaron desalojar gobiernos socialistas realizando una política de noticias falsas y de fallos judiciales que hicieron que presidentes de la Junta y compañeros hayan pasado una década de sufrimiento”.

Para muchos socialistas, una tarea psicológica muy importante que tiene asimismo que realizar Montero es la de recuperar el “ánimo de victoria” entre los propios cargos, militantes y votantes. En las pasadas elecciones europeas 1.599.902 andaluces metieron en las urnas papeletas del PP, Vox y Se Acabó la Fiesta (SALF), lo que supuso el 55% de los sufragios. En cambio, las formaciones de izquierdas se quedaron en 1.165.028 sustentos (40,04%). Estos resultados provocaron una especial preocupación al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien reconoció el problema en el sur a puerta cerrada ante los suyos el día después de aquellos comicios.

Además, Montero aterriza en una comunidad donde el PP logró un resultado histórico en las autonómicas de 2022, cuando logró por primera vez mayoría absoluta, sacándole casi veinte puntos de diferencia al PSOE, que se presentó con el cartel de Juan Espadas y obtuvo el peor resultado de la serie histórica. Las próximas elecciones deberían celebrarse en 2026, aunque el Partido Popular posee la carta de adelantar. No obstante, Moreno indicó en una entrevista en la Cadena Ser que no tiene intención de llamar antes a las urnas. Fuentes socialistas creen que aguantará también hasta 2026 porque tiene mayoría absoluta y trabajan con el escenario de un año para rearmar el partido. Durante ese tiempo también quieren en el entorno de Montero darle la vuelta a esa “imagen de moderado” del actual presidente de la Junta.

Igualdad y financiación singular de Cataluña

El otro gran desafío que tiene Montero es compatibilizar su puesto como vicepresidenta primera y especialmente ministra de Hacienda con el de líder del PSOE-A. Deberá jugar en varias pistas, teniendo que lograr un acuerdo con los nacionalistas para sacar los presupuestos generales y avanzar en el acuerdo con la Generalitat para hacer efectiva la financiación singular de Cataluña en virtud del pacto que alcanzaron el PSC y ERC para hacer president a Salvador Illa.

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Fuentes del PP ya inciden en esta vertiente: “En muchos apuros electorales tiene que verse el PSOE en Andalucía para creer que la ministra de Hacienda que ha bendecido el cupo independentista es un buen cartel electoral. Montero es la ministra del cupo independentista y tendrá que explicar en Andalucía por qué los andaluces merecen menos que otros ciudadanos de este país”. En el entorno de la vicepresidenta primera señalan que hará mucha pedagogía para explicar todos los acuerdos del Gobierno central y recalcan que nadie pone en duda que es una firme defensora de la “igualdad” entre todos los españoles. 

La vicepresidenta primera se refirió también a este asunto durante la presentación de su candidatura: “Defender el sur de España es imprescindible para una España justa e igualitaria”. Su intención es aquilatar el concepto de igualdad en banderas clásicas del socialismo andaluz durante décadas: la educación, la sanidad, los servicios sociales y la dependencia”. Un discurso que hace también en su papel de miembro del Gobierno central. En La Moncloa y en Ferraz ven compatible que ejerza esa doble labor. En estos meses tratará de sacar los próximos presupuestos generales, aunque no quiere presentarlos hasta no tener los apoyos de los grupos parlamentarios.

El vuelco en Andalucía no será posible tampoco si a la izquierda del PSOE no hay agua. En las últimas elecciones, se logró un acuerdo a última hora en esa marea de partidos. Las relaciones entre Podemos y Sumar ahora son malas, pero en el espacio en el sur lleva la batuta especialmente Izquierda Unida, que tiene todavía un fuerte arraigo especialmente en el ámbito municipal. Y, además, son viejos conocidos Montero y Antonio Maíllo, el nuevo líder de IU a nivel nacional. A nadie le pasó desapercibida su conversación en el Museo Reina Sofía el miércoles por la mañana durante el acto de los 50 años de España en libertad.

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