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Díaz devuelve al PSOE andaluz al puesto de primera fuerza

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Los cálculos que manejaban los socialistas, y sólo ellos, porque ninguna encuesta fue capaz de predecirlo, se cumplieron. Y con ellos, casi todos los objetivos posibles que se habían marcado. Susana Díaz gana, se queda cerca de la mayoría absoluta, y a mucha distancia de sus adversarios, humilla al PP y descubre una notable irrupción de Podemos y Ciudadanos, pero sin que ninguno arrase. La presidenta de la Junta, que emprendió una operación de alto riesgo al disolver anticipadamente el Parlamento andaluz a finales de enero, se sale con la suya. Un momento "histórico" y una "victoria histórica e indiscutible", como ella misma dijo en su primera comparecencia como triunfadora de la noche, pasadas las 23 horas. 

Con el 99,95% del voto escrutado, el PSOE-A se anota 47 escaños, 1.409.042 papeletas y un 35,43% –el peor porcentaje de su historia en unas autonómicas, no obstante–, los mismos que obtuvo José Antonio Griñán en marzo de 2012. Aunque ahora el juego es a su favor, porque Díaz recupera la posición de primera fuerza política para su partido, que el PP le arrebató por primera vez hace tres años. La apuesta de Mariano Rajoy, Juanma Moreno, de hecho, lleva a su partido a los datos de 1990. Los socialistas además se imponen en todas las provincias, menos en Almería –feudo histórico del PP–, donde empatan con los conservadores a cinco escaños. La diferencia es abrumadora en Sevilla, la provincia de la jefa del Ejecutivo autonómico: 8 frente a 4 actas, 38,16% frente a un 22%. O en Huelva, donde le dobla también (6 a 3 diputados). Respecto a Podemos, el PSOE-A puede presumir de sacarle más de 20 puntos de ventaja a la formación de Pablo Iglesias y a su candidata, la roteña Teresa Rodríguez. 

El éxito de Díaz, no obstante, también tiene sus ciertas sombras: el PSOE-A, pese a la irrupción de Podemos y Ciudadanos, aguanta sus 47 escaños, pero pierde 126.000 votos y cuatro puntos si se compara con las últimas autonómicas, y eso que la participación ha aumentado del 60,78% al 63,92%

Díaz había invocado una mayoría "amplia" para gobernar con tranquilidad, que le permitiera disfrutar de cuatro años por delante sin hipotecas. Y, según los estudios internos que manejaban los socialistas, ese sueño parecía alcanzable. Y fue así. La presidenta, que tanto ha reiterado en la campaña que no se aliaría en ningún caso con PP y con Podemos, podrá hacer verdad esa promesa. Aunque con matices. Porque deberá tender alianzas puntuales para sacar ciertas leyes. No le bastará, no obstante, con su antiguo socio, IU –que se hunde a su peor resultado, y baja a quinta fuerza (6,91% y 5 actas)–, pero sí con Ciudadanos, que debuta con fuerza, con 9 escaños y un 9,26% de los sufragios

Los socialistas, no obstante, cuentan con un cierto margen de maniobra en este primer año de legislatura, ya que tiene los Presupuestos, la principal herramienta de gobierno, de 2015 aprobados

"Fiel reflejo de la pluralidad que existe en la sociedad"

"¡Presidenta, presidenta!", "¡Susana, Susana!". La alegría era incontenible en el Palacio de Congresos de Sevilla, cuartel general de la noche electoral del PSOE-A, cuando Díaz bajó la rampa arropada por su equipo. Todos con una amplísima sonrisa dibujada en la cara. Ha habido "cosas que han quedado muy claras" en estos comicios del 22 de marzo, dijo, que el PSOE "ha vuelto a ganar las elecciones después de tres años". Los suyos le correspondieron con una aclamación. Recordó que había que remontarse a 2008 para encontrar un resultado "con tanta claridad", con diez puntos de ventaja sobre el segundo, y entonces eran nueve escaños los que le separaban del PP, y ahora son 14. Una victoria "indiscutible", que le llena de satisfacción y "responsabilidad" porque es "una muestra de confianza y cariño hacia el PSOE". Alegría para el "nuevo tiempo" que se abre en la comunidad. "Nuevo tiempo", santo y seña de su mandato desde que se postuló a las primarias del PSOE andaluz. 

Díaz celebra la "victoria histórica" del PSOE que abre "un tiempo nuevo" para Andalucía

También subrayó que hay "pocos precedentes" en Europa de que un partido revalide "de manera democrática" su mayoría después de 33 años en el poder. Y es que con la nueva legislatura que se abre ahora, los socialistas totalizarán 37 años en San Telmo. En ninguna autonomía española se ha producido lo mismo: un Ejecutivo del mismo color desde la muerte de Franco. La presidenta no olvidó de que quien gana es ella, una mujer, un "motivo de orgullo para muchísimas mujeres y hombres".

Campaña personalista

Díaz destacó que el nuevo Parlamento andaluz será "un fiel reflejo de la pluralidad que existe en la sociedad" y que representa "a todos". "Aspiro a que podamos unir a todos los andaluces", proclamó, anunciando su propósito de "diálogo", de "coser, unir, de contar con todos", porque lo que quieren los andaluces es "unidad y estabilidad". Estabilidad, el término que la presidenta invocó como argumento para anticipar las elecciones. Un adelanto con el que su tierra "gana un año", una idea que repitió esta noche. "No hay un solo minuto que perder", apremió, reiterando, como ha hecho en campaña, que se abrirán "los mejores años" de Andalucía. Su breve intervención se cerró con una ovación de los suyos. Más fotos y fotos de la ganadora con militantes.

Díaz había diseñado una campaña en torno a ella misma. Absolutamente personalista. Sin complejos. Pateándose Andalucía, protagonizando mítines en núcleos rurales –donde el PSOE ha tenido tradicionalmente un mayor arraigo–, orillando a los candidatos provinciales. Y, sobre todo, despojándose de toda ayuda nacional. No quiso que Pedro Sánchez, con quien su relación es muy fría, viajase a su comunidad más que lo justo. Dos veces. Una en Vícar (Almería), el 13 de marzo, y la otra en Sevilla, en el cierre. Punto final. Una participación que ella vendió como "normal" pero que, sin embargo, distaba de la del resto de fuerzas a años luz. Pero casaba con su voluntad de potenciar su propia marca, no las siglas. 

Más aliento de cara al 24-M

Ese diseño le podría favorecer de cara a sus aspiraciones futuras. Porque el resultado de este 22-M es, para bien o para mal, su resultadosu . Y una mayor fuerza en el Parlamento autonómico también, previsiblemente, la reforzará de cara a la pugna por el liderazgo del PSOE y la candidatura a las primarias. Y, en todo caso, otorga más músculo a la poderosa federación andaluza. La presidenta ha venido insistiendo en los últimos meses en que su sitio está en Andalucía, que es allí donde quiere "estar", pero en el partido muchos la siguen mirando como el referente inequívoco en caso de un eventual descalabro en la siguiente cita, las municipales y autonómicas del 24 de mayo. Ahora Díaz podrá esgrimir su triunfo y sus casi diez puntos de ventaja sobre los conservadores. Es decir, puede reivindicar que ella sí gana elecciones en el PSOE, en medio de un panorama de caída generalizada del partido. Además, dirigió su campaña directamente contra Mariano Rajoy, despreciando a Moreno Bonilla. 

Sánchez y su dirección federal se atribuyeron parte de la victoria de este 22 de marzo. "Las primeras elecciones en las que los socialistas ofrecíamos a la ciudadanía un proyecto mayoritario y de izquierdas, de cambio seguro, de respuesta justa ante la crisis, pensando muy especialmente en las clases medias y trabajadoras, que son las que han ganado esta noche con la victoria del PSOE. Este proyecto ha ganado esta noche en Andalucía", señaló el secretario de Organización, César Luena, desde la sede de Ferraz, informa Europa Press. El número dos felicitó a Díaz por unas elecciones en las que el "gran perdedor" ha sido el Gobierno de Mariano Rajoy y el que ha ganado el "proyecto" del PSOE que encarna Sánchez. Él mismo, que siguió con su equipo la noche electoral, también felicitó a la presidenta en su cuenta de Twitter. 

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Al margen de las luchas por el poder internas, lo que es irrefutable es que la victoria rotunda de Díaz en Andalucía insuflará de ánimo a un PSOE alicaído e inseguro, que ha sufrido ya en los últimos meses tensiones notables pese a que procedió al relevo de su liderazgo hace menos de un año. Un aliento que considera sustancial de cara a los comicios del 24-M. 

La apuesta de la presidenta al adelantar las elecciones un año se ha tornado, por tanto, tan exitosa como preveían los socialistas. Desmintiendo, de paso, todas las encuestas previas, que concedían un resultado mucho más discreto a Díaz. Incluido el sondeo a pie de urna elaborado por TNS Demoscopia para Canal Sur

Hasta ahora, el suelo del PSOE-A estaba en los 45 escaños de 1994 –los que dieron paso a la llamada legislatura de la pinza– y los 1.368.576 votos de 1990. Ambos listones quedaron este 22-M superados. A la sólida mayoría conquistada por Díaz se le pueden poner por ahora pocos reparos.

Los cálculos que manejaban los socialistas, y sólo ellos, porque ninguna encuesta fue capaz de predecirlo, se cumplieron. Y con ellos, casi todos los objetivos posibles que se habían marcado. Susana Díaz gana, se queda cerca de la mayoría absoluta, y a mucha distancia de sus adversarios, humilla al PP y descubre una notable irrupción de Podemos y Ciudadanos, pero sin que ninguno arrase. La presidenta de la Junta, que emprendió una operación de alto riesgo al disolver anticipadamente el Parlamento andaluz a finales de enero, se sale con la suya. Un momento "histórico" y una "victoria histórica e indiscutible", como ella misma dijo en su primera comparecencia como triunfadora de la noche, pasadas las 23 horas. 

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