"A partir del lunes cojo mi coche para recorrer de nuevo todos los rincones de España y escuchar a aquellos que no han sido escuchados, los militantes y los votantes de izquierdas de nuestro país”, anunció el ahora presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, un 29 de octubre de 2016. Acababa de entregar su acta de diputado tras dimitir como secretario general del PSOE. En contra de la mayoría de los pronósticos (y de la voluntad de la cúpula del PSOE), ese Pedro Sánchez que viajaba con su Peugeot 407, dormía en casas de militantes y cerraba los mítines puño en alto y gritando "no es no" se merendó en 2017 a su principal rival, Susana Díaz.
Cinco años después es otra Díaz la que emula el camino de Sánchez, aunque lo hace desde una posición mucho más cómoda al ser vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo. Yolanda Díaz ha anunciado que el próximo mes de junio (tras las elecciones andaluzas) se echará a la carretera para recorrer el país con su propio coche, haciendo uso de sus propios recursos, con un equipo de personas voluntarias y externas al Ministerio de Trabajo y sin despistarse de su trabajo en el Ejecutivo. "Es un proceso en el que voy a recorrer todo el país, que voy a ensanchar la mirada, que voy a escuchar a todos los colectivos sociales y tiene como gran reto levantar una propuesta de país para los próximos diez años", ha lanzado.
En su entorno creen que su caso no es exactamente igual al de Sánchez. "Sánchez buscaba conectar con las bases del PSOE y enarboló un discurso claramente antistablisment, lo de Yolanda busca conectar con el escepticismo que hay desde la ciudadanía hacia la política y transformar el desánimo de sectores progresistas", explican. Díaz quiere construir un espacio amplio, con gente de procedencias diversas y distintas sensibilidades, aunque ella misma asegura que ese proyecto mira más allá de "personas, siglas y partidos". La gallega se mira en lo ocurrido hace una década cuando creó AGE (Alternativa Galega de Esquerda) de la mano de Xosé Manuel Beiras. Se metió en su Volkswagen Golf, el mismo coche que conserva en la actualidad, y recorrió Galicia de punta a punta junto a un desconocido Pablo Iglesias, que ejerció de asesor en esa campaña.
Sin embargo esta vez Díaz no conducirá su Golf, salvo para cubrir trayectos cortos, tal y como trasladan fuentes de su máxima confianza a infoLibre. "En esa campaña Yolanda conducía, organizaba los actos, se reunía con dirigentes, hacía entrevistas y cerraba con los mítines. Ese ritmo es inaguantable, por su salud", razonan. El hecho de que la vicepresidenta se refiriera a "su coche" significa, en realidad que los gastos correrán de su bolsillo. "Los viajes serán en coche, pero también en tren, en avión o en barco", explican fuentes de su equipo, que también destacan que sus reuniones se realizarán, mayoritariamente, los fines de semana. "Vamos a ir un poco acompasados por el jazz y la improvisación", ha avisado la propia líder de Unidas Podemos antes de defender que esto será lo que haga "especialmente singular" este camino.
La dirigente morada se protege así de las críticas veladas que le lanzaron otros miembros del Gobierno en el pasado, como la ministra Margarita Robles. La titular de Defensa censuró que las "proyecciones personales" no eran aceptables dentro del Ejecutivo y pidió a la gallega no distraerse "con otras inquietudes". "Esto va a ir totalmente desligado al trabajo del ministerio, en todos los aspectos", sintetizan en el equipo de Díaz, desde dónde lanzan también la siguiente reflexión. "¿Alguien piensa que Sánchez descuida el Gobierno cuando se reúne con la Ejecutiva del PSOE? Yolanda no tiene partido ni ejecutiva a la que atender, pero sí un proceso que tiene muchas ganas de iniciar".
A la vicepresidenta segunda le acompañará un equipo de voluntarios, aunque desde su equipo evitan dar más detalles sobre el número total de personas o sobre su identidad. "No paran de llamar a su puerta", se limitan a explicar. "Hay gente que sí está vinculada a la política y otra que nada tiene que ver con los partidos. Lo único que podemos trasladar de momento es que se trata de un grupo importante que desarrollará trabajos específicos".
Un proceso de escucha ligado a la calle y sin partidos políticos
Díaz es consiente de que el puesto que ocupa en el Gobierno (unido a las simpatías que genera, según reflejan las encuestas) es su gran escaparate ante la ciudadanía. Sin embargo, la líder de Unidas Podemos en el Gobierno no quiere alejarse de su lado más ligado a la calle y a los movimientos sociales. Por ese motivo el anunciado proceso de escucha la llevará a reunirse con colectivos, asociaciones, ONG y representantes de la sociedad civil de todo el país.
"Esto va desde gente relacionada con el ámbito de la cultura, a economistas, representantes de la España vaciada, sanitarios, docentes e ingenieros", explican desde su equipo. "Quiere saber qué respira la gente de su país, qué piensa, qué necesita. Su idea es organizar un espacio político en torno a esas necesidades y, a partir de ahí, tomará la decisión sobre si presentarse", prosiguen. Va a ser un proceso de la gente en el que yo solo soy una herramienta", ha recalcado Díaz este mismo lunes.
Tal y como ha expuesto la vicepresidenta, también habrá espacio para los partidos políticos, aunque deberán quedarse en segundo plano. "Los partidos han de estar, pero no ser", ha resumido. "Cuando pase este proceso de escucha, los partidos van a participar con sus propuestas", destacan fuentes cercanas. "Esto no va contra los partidos, que quede claro. Se encontrará con ellos al final. Y sus representantes están invitados a ir a cada acto, pero no tienen por qué copar las primeras filas", zanjan.
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Esta gira por España durará como mínimo seis meses, por lo que no finalizará hasta final de año. "Hay comunidades autónomas a las que tendrá que ir varias veces. Por ejemplo, si va a Granada no puede sacar conclusiones definitivas sobre Andalucía. Los problemas de Granada nada tienen que ver con los de Cádiz, ni las reclamaciones de la Andalucía profunda con las de la Costa del Sol". En ese sentido las fuentes consultadas lamentan que el proyecto no haya llegado a tiempo a las andaluzas aunque no descartan sí esté preparado para las elecciones autonómicas y municipales, previstas para dentro de un año.
Díaz desvincula su proyecto de lo ocurrido en Andalucía
Izquierda Unida, Podemos y Más País cerraron el viernes, cerca de la medianoche, su primer acuerdo de coalición electoral para concurrir juntos en una sola candidatura a las elecciones andaluzas del 19 de junio. Inmaculada Nieto (IU) figura como candidata a la Presidencia de la Junta. Se suponía que esa tenía que ser la noticia. Pero el acuerdo fue tan in extremis que Podemos no llegó a tiempo de registrarse dentro de la coalición electoral. "El proceso de escucha que voy a iniciar con carácter inmediato nada tiene que ver con esto", ha remarcado la dirigente gallega, pese a que ella misma ha participado de las negociaciones.
"Muchas veces me han escuchado decir que probablemente estas cosas son las que alejan a la ciudadanía de los partidos políticos. Con esto me quedo. En lo que me interesa y en lo que estoy es en este proceso de escucha", ha lamentado. Desde su entorno aseguran que eso "no volverá a pasar" si finalmente Díaz lidera el proyecto y señalan que Podemos podría haber sido "más prudente y más ágil" durante la negociación. Aun así, la gallega hará campaña por la coalición y el próximo sábado se desplazará a Córdoba para participar en un homenaje al histórico líder de IU Julio Anguita.
"A partir del lunes cojo mi coche para recorrer de nuevo todos los rincones de España y escuchar a aquellos que no han sido escuchados, los militantes y los votantes de izquierdas de nuestro país”, anunció el ahora presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, un 29 de octubre de 2016. Acababa de entregar su acta de diputado tras dimitir como secretario general del PSOE. En contra de la mayoría de los pronósticos (y de la voluntad de la cúpula del PSOE), ese Pedro Sánchez que viajaba con su Peugeot 407, dormía en casas de militantes y cerraba los mítines puño en alto y gritando "no es no" se merendó en 2017 a su principal rival, Susana Díaz.