La energía de sus mensajes, con juegos de palabras que llegaban a gente de varias generaciones, fue uno de los puntos fuertes del Movimiento 15-M. Los indignados tiraron de creatividad para elaborar nuevas consignas con las que expresar su malestar con un sistema político y económico que, denunciaban, insistía en darles la espalda. A los ya clásicos "¡Lo llaman democracia y no lo es!" o "¡Que no, que no, que no nos representan!" se unían otros cánticos con los que criticaban la precariedad laboral, la corrupción, o ser los perjudicados por una crisis económica de la que no se sentían responsables.
Hace ya bastante tiempo que esos lemas han desaparecido de las calles. Algo lógico teniendo en cuenta que el movimiento comenzó a descentralizarse en 2012 y que, en 2013, culminó un ciclo que había estado marcado por grandes movilizaciones, aunque en los últimos tiempos cada vez menos numerosas. Cinco años después de ese "despertar colectivo", parecer oportuno hacer balance y comprobar si la situación actual del país hace que esas consignas sigan teniendo vigencia a día de hoy. Con ese objetivo, infoLibre ha analizado una decena de lemas que surgieron del 15-M:
- "¡Lo llaman democracia y no lo es!"
Este grito, que entraña la idea de que la voluntad expresada en las urnas no se traslada adecuadamente a las instituciones, fue uno de los más coreados en las movilizaciones del 15-M. En este ámbito, la crítica de los indignados se centró en cuestiones como la reforma electoral y la reclamación de un sistema más representativo y de proporcionalidad real. Aunque este tema sí estuvo en la calle durante la última legislatura, el rodillo del PP evitó que llegara al Congreso.
Esta reclamación, que era un clamor entre los simpatizantes de los partidos tradicionalmente perjudicados –IU y UPyD, ya prácticamente en estado de desaparición–, lo es también ahora de los dirigentes de las nuevas formaciones políticas como Podemos y Ciudadanos. También el PP y el PSOE incluyeron en sus programas para el 20-D propuestas en este sentido. No obstante, el principal escollo de cara a posibles acuerdos es qué hacer con los votos que se pierden al no traducirse en escaños.
- "¡Que se vayan todos!"
Entre otras cuestiones, el 15-M también se levantó contra la oligarquía política, lo que incluía críticas al bipartidismo pero también otras fuerzas de la izquierda más minoritaria como IU, que, no obstante, intentó recoger las demandas del movimiento y llevar su defensa a las instituciones. En cualquier caso, a partidos y sindicatos de izquierda les costó comprender por qué los indignados gritaban que la democracia era una "estafa" al tiempo que les señalaban como culpables con lemas este "¡Que se vayan todos!".
Lo que ahora demuestran los resultados electorales es ha sido el bipartidismo el más perjudicado en los últimos años. PP y PSOE sumaron el pasado 20-D el 50,7% de los votos, su peor resultado histórico en unas generales. Cuatro años antes habían recibido el apoyo del 73,4% de los electores. Entre ambas formaciones perdieron en esta cita con las urnas el apoyo de más de cinco millones de electores. Los datos del CIS demuestran que el apoyo a PP y PSOE viene principalmente de determinados sectores rurales y de mayor edad y menos formación.
- "¿Y a esos mercados, quién los ha votado?"
El grupo de Economía que surgió tras la acampada de la Puerta del Sol de Madrid llevó la iniciativa en su momento con movilizaciones contra los paraísos fiscales o las agencias de rating, a las que culpaba de la crisis por haber otorgado la máxima calificación a productos financieros basura. Los indignados también criticaron la injerencia de los mercados en las instituciones democráticas y el rescate a la banca mientras no se ponía fin a la especulación de las entidades financieras que, a su juicio, había provocado la crisis inmobiliaria.
Sin embargo, estos han sido frentes en los que tampoco se han visto grandes avances en los últimos años. Así, el 74% de las empresas del Ibex 35 mantiene ocultos sus negocios en territorios off-shore como Islas Caimán, Jersey, Dubai, Singapur o Delaware. Y otro dato: la banca intervenida por el Estado, integrada por las cajas de ahorros nacionalizadas y las que han recibido ayudas públicas, ha repartido un total de 959 millones de euros en dividendos entre sus accionistas desde 2011 hasta el día de hoy.
- "¡Esta crisis no la pagamos!"
La crisis económica contribuyó de manera indudable la eclosión del 15 de mayo de 2011. La negativa a cargar con las consecuencias de una crisis que el movimiento calificaba de "estafa" fue una de las principales reivindicaciones de los indignados. Sin embargo, en estos año el Gobierno ha hecho recortes brutales en el Estado del bienestar, ha vaciado la hucha de las pensiones. Al mismo tiempo, ha aumentado el número de personas en riesgo de pobreza y el número de familias que tiene problemas para pagar los suministros básicos. Y a, pesar de todo esto, la deuda pública se ha incrementado en 30 puntos del PIB.
Por otro lado, las que no parecen haber pagado esta crisis son las grandes empresas, que acabaron 2015 con más beneficios que cuando Mariano Rajoy llegó al Gobierno. Las principales compañías ganaron 33.000 millones en 2014, casi lo mismo que en 2011, y durante 2015 superaron en un 22,63% los beneficios del ejercicio anterior. Por su parte, los resultados de la gran banca alcanzaron los 10.500 millones de euros en 2014, mientras que las eléctricas superaron los 7.125 millones.
"¡No hay pan para tanto chorizo!"
Cuando eclosionó el movimiento ya habían estallado la trama Gürtel, el caso Brugal, el caso Nóos, el saqueo del Palau de la Música en Cataluña, los ERE fraudulentos en Andalucía... pero la lista de escándalos no ha parado de crecer desde entonces. Entre ellos está el caso Bárcenas, el caso Rato, la operación Púnica... O, más recientemente, los casos Taula e Imelsa, vinculados al PP valenciano.
Hay un millar largo de políticos con causas abiertas por corrupción. Y de los 2.173 casos que en abril de 2013 estaban clasificados como “complejos” por el Consejo General del Poder Judicial, 1.661 están relacionados con casos de corrupción o de delitos económicos. Con estas cifras no extraña que el 47,5% de los españoles considere que el segundo mayor problema de España es la corrupción, solo superado por el paro, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
- "¡Que no, que no, que no nos representan!"
Si en algo ha sido un éxito el 15-M es en que la clase política ha tomado conciencia de que carece de impunidad y de que no puede distanciarse de la sociedad. No en vano una de las principales críticas de los indignados fue al sistema de representación política heredado de la Transición.
Ahora, con la entrada en la política tradicional de una nueva generación de representantes públicos, de cierta manera, también se ha desactivado aquel grito del "¡No nos representan!" que tanto se escuchó en las calles entre 2011 y 2013. No obstante, no deja de ser contradictorio el hecho de que sean esas mismas formas representativas que el movimiento puso en cuestión las que ahora vayan usarse para poder generar cambios institucionales.
"Violencia es cobrar 600 euros"
La lucha contra la precariedad laboral traducida, entre otros aspectos, en los bajos salarios, también fue una de las reivindicaciones de los indignados. Sin embargo, Mariano Rajoy es el presidente que menos ha aumentado el Salario Mínimo Interprofesional desde 1980, cuando se estableció su revisión anual en el Estatuto de los Trabajadores. Lo ha subido sólo un 2,1%. El suelo salarial se sitúa actualmente en los 655,20 euros al mes.
Además, la crisis económica ha contribuido a agrandar la brecha salarial entre hombres y mujeres en España, que se encuentra en el nivel más alto desde 2008. Dos de cada tres personas que cobran en España un sueldo igual o inferior al SMI son mujeres: 1,26 millones de personas. Por otro lado, entre los que no tienen empleo, tampoco las cosas han ido mejor. La cuantía media de la prestación por desempleo se ha reducido un 8% en los últimos cuatro años y cada vez son más las personas que a pesar de estar dadas de alta en los servicios de empleo, no reciben ningún tipo de ayuda porque son paradas de larga duración y ya han agotado el derecho a percibir una prestación o subsidio.
- "Mis sueños no caben en tus urnas"
Un logro evidente del 15-M es haber pasado de ser un catalizador de la indignación a crear un "poso" que, con el paso del tiempo, ha revitalizado otras movilizaciones. Por ejemplo, el movimiento contribuyó a sentar las bases de un nuevo espacio público de protestas en las redes sociales, las plazas y las calles. Y, al mismo tiempo, permitió reactivar el interés por la política y extender la idea de que participar es útil y de que la acción colectiva puede cambiar las cosas.
En este sentido, contribuyó a introducir en la agenda política algunas cuestiones como la reforma del sistema electoral, la dación en pago, la limitación de privilegios de la clase política y de los beneficios de los directivos de las grandes empresas. También contribuyó a reclamar transparencia y abrió un debate sobre la regeneración política que ya parece estar teniendo eco en las instituciones.
- "Manos arriba, esto es un contrato"
La denuncia de las prácticas abusivas y la visibilización de las condiciones laborales de los trabajadores más desprotegidos también estuvo entre las reivindicaciones del 15-M. Pero la precariedad en el empleo, lamentablemente, ha sido una constante en los últimos años. Los salarios de los trabajadores españoles han sufrido una devaluación del 3,6% desde 2011, según los últimos datos de la Agencia Tributaria, hasta quedar en 18.420 euros anuales. Además, el 47% de los asalariados, casi ocho millones de personas, cobran menos de 972,9 euros al mes.
Por otro lado, la falta de estabilidad sigue siendo una de las señas de identidad del mercado laboral español. Así, de los 533.186 puestos de trabajo que se crearon durante 2015 el 77,4% fueron temporales. Y la tercera parte, 160.434, a tiempo parcial. El año pasado creció casi dos puntos el porcentaje de afiliados con contratos temporales y se redujo otro tanto el de quienes tienen contratos fijos.
- "Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo"
Este fue el lema de Juventud Sin Futuro, la plataforma juvenil que convocó movilizaciones un mes antes del estallido del 15-M y que luego fue muy determinante en el desarrollo del movimiento. Sin embargo, la situación actual de los jóvenes no parece ser ahora mucho mejor de lo que era en 2011. El desempleo sigue cebándose con este colectivo, pues el 46,5% de los jóvenes de entre 16 y 24 años no encuentra trabajo a pesar de buscarlo activamente.
Como consecuencia de esto, el 78,5% de los menores de 30 años sigue viviendo con sus padres, según datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud. Además, la mayoría de los que han logrado irse, un 85% del total, no ha podido hacerlo solos y, aun así, la superficie máxima de vivienda a la que aspiran es de 51,2 metros cuadrados.
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infoLibre publica una serie de cuatro reportajes para conmemorar el quinto aniversario del movimiento indignado. Aquí tienes los otros tres:
La energía de sus mensajes, con juegos de palabras que llegaban a gente de varias generaciones, fue uno de los puntos fuertes del Movimiento 15-M. Los indignados tiraron de creatividad para elaborar nuevas consignas con las que expresar su malestar con un sistema político y económico que, denunciaban, insistía en darles la espalda. A los ya clásicos "¡Lo llaman democracia y no lo es!" o "¡Que no, que no, que no nos representan!" se unían otros cánticos con los que criticaban la precariedad laboral, la corrupción, o ser los perjudicados por una crisis económica de la que no se sentían responsables.