Los críticos no reconocen ninguna autoridad al equipo de Pedro Sánchez al frente del PSOE. El hasta ahora secretario de Política Federal y número tres del partido, Antonio Pradas, uno de los 17 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal que dimitió en la tarde de este miércoles para forzar la disolución de la dirección socialista y la caída de Sánchez, aseguró que "ningún compañero de la ejecutiva tiene legitimidad para tomar decisiones" y agregó que el sector crítico entiende que esas eventuales acciones no serían "legales".
Pradas, hombre de la máxima confianza de la presidenta andaluza Susana Díaz, compareció a última hora de la tarde del miércoles en el exterior de la sede socialista de la calle Ferraz en Madrid, que minutos antes bajó su persiana. Lo hizo en la calle, según dijo, porque se le había "impedido" el acceso al edificio. "Tengo que comparecer a las puertas de la sede del PSOE, partido al que pertenezco desde el año 78. Me han impedido el acceso al despacho incluso para poder recoger mis objetos familiares, la foto de mi hijo...", se quejó.
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En una breve declaración, subrayó que tras producirse un total de 20 bajas en la ejecutiva salida del último congreso –las 17 dimisiones de este miércoles, que se suman a la renuncia anterior de dos miembros y al fallecimiento de Pedro Zerolo– "se cumple uno de los requisitos de los estatutos para que se disuelva la ejecutiva federal". A partir de ahí, exigió "que se reúna la comisión de garantías" que "por mayoría está dispuesta a reunirse", "que se cumpla la ley" y que se "emita el informe correspondiente" para determinar cómo debe dirigirse ahora el PSOE.
Minutos antes, el secretario de Organización, César Luena, afín a Sánchez, había señalado en una rueda de prensa que la figura de la gestora no está contemplada en los estatutos y que lo que corresponde tras la cascada de dimisiones es que la ejecutiva convoque un Comité Federal que, a su vez, pondrá fecha a un congreso extraordinario: "En definitiva, llegamos a la convocatoria de un congreso federal para que voten los militantes", señaló. La ejecutiva se reunirá este mismo jueves a las 10.30 horas de la mañana.
Pero la interpretación de los críticos es bien distinta. "Luena no puede hacer de juez y parte ni convocar una ejecutiva, que ya no se puede convocar ni tomar decisiones sobre el futuro de su propio destino", dijo Pradas, quien tildó los planes de Luena de "absoluta arbitrariedad". "Los compañeros tienen que cumplir la ley, lo menos que se exige a un socialista es cumplir la ley", reiteró. Finalmente, lanzó un mensaje de "serenidad" y "tranquilidad" a los afiliados. "Somos gente sensata con una trayectoria muy larga. Sabemos que tenemos en las manos el futuro de este partido", zanjó.
Los críticos no reconocen ninguna autoridad al equipo de Pedro Sánchez al frente del PSOE. El hasta ahora secretario de Política Federal y número tres del partido, Antonio Pradas, uno de los 17 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal que dimitió en la tarde de este miércoles para forzar la disolución de la dirección socialista y la caída de Sánchez, aseguró que "ningún compañero de la ejecutiva tiene legitimidad para tomar decisiones" y agregó que el sector crítico entiende que esas eventuales acciones no serían "legales".