La dirección del PSOE quiere pasar página sin dimisiones

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El terremoto de Ponferrada no tendrá consecuencias orgánicas en la cúpula federal del PSOE. No habrá dimisiones. No se marchará de la dirección la persona que cargó con toda la culpa de la gestión de la moción de censura y que ha sido señalada por varios cuadros, Óscar López, el secretario de Organización. Y no se irá porque la ejecutiva federal, y singularmente su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, revalidó este lunes su confianza en él.

López compareció pasadas las 13.30 en la sede federal, en Ferraz, con gesto grave. No se anduvo con las ramas y se dispuso a contar la "verdad" de lo ocurrido en los últimos días. Cómo se le informó de que el grupo socialista de la ciudad leones iba a presentar una moción de censura contra el alcalde, Carlos López Riesco, del PP, apoyándose en los votos de Independientes Agrupados de Ponferrada (IAP) y en su líder, Ismael Álvarez, condenado en 2002 por acoso sexual por el caso Nevenka. Y cómo él compartía los "objetivos" marcados: quitar el poder al PP y sobre todo "sacar de la política" a Álvarez.

El secretario de Organización pronunció mil y una veces la palabra "error". Fue un "error de apreciación", de cálculo, el no exigir la dimisión previa de Álvarez, todo porque le "cegó" la posibilidad de expulsar al exregidor ponferradino de la política. Mil y una veces admitió su "error" y mil y una veces repitió que ese error "se corrigió" ayer domingo con la salida del nuevo alcalde, Samuel Folgueral, y de sus otros siete compañeros, del PSOE.

"Cada uno tiene sus responsabilidades"

Una vez solemnizado el acto público de contrición –que ya había hecho en la radio el viernes–, López explicó que había puesto su cargo a disposición de la Comisión Permanente, el círculo de colaboradores más cercano a Rubalcaba, que se reunía este lunes. Y fue entonces cuando el número tres recibió "el apoyo de todos ellos" para seguir al frente de su área. Porque lo importante, subrayó, es que se habían pedido "disculpas" por una moción que "nunca" debió haberse producido y que fue "rectificada". Lo que más le dolía es que se hubiera herido el pundonor del PSOE, el partido que siempre ha "levantado" la "bandera" de la igualdad.

Más allá de eso, y pese a las preguntas de una quincena de periodistas –la sala de prensa en Ferraz estaba abarrotada de medios–, no hubo más aclaración de cómo se produjeron los hechos y por qué no se paralizó la operación en León antes de que se materializara. López sí admitió que "nunca" gustó la moción a la número dos del partido, Elena Valenciano, y a la secretaria de Igualdad, Purificación Causapié, como ya adelantó el domingoinfoLibre, pero el criterio de ambas no bastó, a la luz de los hechos.

De nuevo, López tendió un cortafuegos, intentando blindar la figura de Rubalcaba y de Valenciano, exculpándoles. Volvió a asegurar que este asunto lo gestionó él en exclusiva, porque "cada uno tiene sus responsabilidades" en la ejecutiva federal. Coincidió con su jefe en que la dirección tenía que haber estado más "encima" del conflicto, y de ahí el error. No se debatió, remachó, en ningún órgano colegiado. Pero antes de subir el tema a Ferraz, pasó por "muchos órganos de muchos niveles". Reprimenda implícita a Julio Villarrubia, secretario general de los socialistas de Castilla y León, su sucesor en el cargo.

El relato de la "verdad"

El número tres insistió en que Rubalcaba no conocía "los pormenores" de la moción, pese a que esta se conocía desde el 25 de febrero y había sido ampliamente difundida por los medios. Es más, el propio 8 de marzo, día del pleno en Ponferrada, el PSOE se desayunó con las críticas de Carme Chacón y de otros dirigentes, y sin embargo la rectificación oficial y "de plano" no se produjo hasta las ocho de la tarde, cuando el escándalo había alcanzado unas dimensiones gigantescas. "Cuando lo supo en profundidad, rectificó". López ni siquiera hizo referencia a una llamada clave, de la que hoy daba cuenta este diario: la del presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, que subrayó que su federación no podía tolerar una moción pactada con un acosador convicto. Más aún en el Día de la Mujer.

Para vaciar de responsabilidades al secretario general, López negó incluso que influyera en él la presión social y el revuelo mediático. Se refugió en que estaba relatando la "verdad". Sin embargo, él mismo había reconocido antes que Valenciano era contraria. Y Valenciano está por encima de él en el escalafón orgánico. La número dos no estaba hoy en la Permanente por enfermedad, pero López recalcó que ha sentido su "apoyo en cada momento".

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No hay "intención" de que los díscolos vuelvan

¿Qué hacer ahora? En Ponferrada el PSOE ya no tiene ni alcalde, ni poder, ni grupo municipal. "Esos señores se han ido del partido", dijo el número tres, intentando pasar página. De momento, la cúpula no se plantea la posibilidad de montar una gestora en la localidad ya que el fuego se limita a los que hasta ahora eran ediles socialistas. ¿Volverán a las listas en las siguientes municipales, como ocurrió en Benidorm? No hay "intención" de que sea así, respondió.

En Ferraz sí adelantó que habrá cambios de funcionamiento. Se "revisará" el método de "toma de decisiones". Explicó que en muchas ocasiones los problemas surgen y el secretario de Organización tiene que resolverlos "a la carrera", "muy rápido". Por tanto, para que no vuelva a pasar lo mismo, se hará que las decisiones complicadas se adopten de forma más "colectiva". No precisó cómo y en qué circunstancias.

El terremoto de Ponferrada no tendrá consecuencias orgánicas en la cúpula federal del PSOE. No habrá dimisiones. No se marchará de la dirección la persona que cargó con toda la culpa de la gestión de la moción de censura y que ha sido señalada por varios cuadros, Óscar López, el secretario de Organización. Y no se irá porque la ejecutiva federal, y singularmente su líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, revalidó este lunes su confianza en él.

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