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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

EH Bildu se emancipa de ERC en el Congreso para disputar al PNV la hegemonía en Euskadi

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Tres años después del inicio de la legislatura, el Ejecutivo de coalición conformado por PSOE y Unidas Podemos ha demostrado que la consecuencia directa de su debilidad parlamentaria no es (como muchos anticipaban) la inestabilidad: son los pactos. Pactos que han llevado al gobierno que preside Pedro Sánchez a tener una interlocución directa y constante con formaciones como ERC y EH Bildu, que se han convertido en aliadas imprescindibles a nivel legislativo.

Ambas formaciones, que se definen como independentistas y de izquierdas, mantienen una alianza estratégica desde el principio de la legislatura. Esto, según apuntan fuentes de los dos partidos, implica una coordinación en el Congreso y el Senado. Es más, en la Cámara Alta comparten grupo parlamentario.

Sin embargo, esa unidad de acción ya no es tal. Aunque las máximas direcciones parlamentarias mantienen la interlocución, es cada vez más habitual verlas votando por separado en materias clave. Una fuente de la dirección de Unidas Podemos asegura a infoLibre que los abertzales son su "salvavidas" porque priorizan la agenda de izquierdas sobre la nacionalista. Algo que, según su criterio, ERC no hace.

Los morados ponen de ejemplo lo que está sucediendo con la negociación de la ley de vivienda, actualmente bloqueada en el Congreso, ya que no logra poner de acuerdo al PSOE con Unidas Podemos y las fuerzas nacionalistas de izquierdas. Los propios sindicatos ven "más predisposición" por parte de los morados y de los abertzales a que la ley salga como está (aunque no les convenza del todo), mientras que ERC está dispuesta a "bloquearla" si los socialistas no aceptan sus demandas.

La posición de los republicanos catalanes se asemeja a la que ya tuvieron con la reforma laboral. A pesar de que ERC reconocía los avances de la norma, la veían insuficiente porque no abordaba cuestiones como la indemnización por despido. Fuentes de la máxima dirección del partido en Madrid aseguran a este periódico que votarían no a la ley de vivienda si se mantiene como está, mientras que creen que Bildu optaría, como mínimo, por una abstención.

"Nosotros tenemos nuestra propia ley, que fue recurrida ante los tribunales por el Gobierno, mientras que Euskadi tiene sus propias competencias en materia de vivienda", valoran estas fuentes. Otro diputado de ERC asegura que su relación con los abertzales es "excelente" pero sí que identifica que hay "intereses contrapuestos" en algunas materias. "Nuestro principal rival electoral es el PSC, el suyo es el PNV. Creo que eso lo explica todo", valora.

Por su parte, desde Bildu aseguran que su interlocución con ERC es "fluida" y que siempre hablan con ERC antes de votar. Aun así, destacan que son "partidos diferentes" y por eso, a menudo, tienen posicionamientos distintos.

Bildu trata de disputarle al PNV su hegemonía en la política vasca

Tal y como desgranan algunos de sus dirigentes, el objetivo de Bildu es tratar de romper su perímetro ideológico y disputar al PNV su tradicional hegemonía en la política vasca como partido más votado, pero también como interlocutor privilegiado con el Gobierno de España. Para lograrlo han acentuado su perfil social en el Congreso y demostrado su constante disposición al diálogo constructivo, dejando el cuanto peor, mejor en el pasado y acercándose a posiciones más posibilistas.

Lo cierto es que las demandas soberanistas apenas afloran en sus intervenciones en el Congreso, en las que destacan, sobre todo, su agenda de izquierdas y sus propuestas de hondo contenido social. Comparados con la CUP, con el BNG o incluso con Esquerra, la izquierda abertzale mantiene un perfil bajo en el Congreso, tanto en sus intervenciones como en sus iniciativas y las contrapartidas pactadas con el Ejecutivo, muchas de las cuales se materializan en políticas para el conjunto del Estado.

En el seno del PSOE todavía existe un cierto recelo en llamar "socio" a esta formación (en un principio ni siquiera accedían a reunirse con ellos). Un recelo que viene marcado, especialmente, por los barones del partido que no necesitan a los abertzales para gobernar. Sin embargo, gracias a ellos el Gobierno ha conseguido sacar adelante muchas medidas.

El "salvavidas" del gobierno de coalición

Esta misma semana la formación de Arnaldo Otegi votó a favor de la ley de memoria democrática en el Senado, mientras ERC se abstuvo. Los abertzales fueron el partido clave para desbloquear la ley tras acordar con el Gobierno que se reconocieran a las víctimas de violaciones de Derechos Humanos hasta 1983. La norma fue aprobada por 128 votos a favor, 113 en contra y 18 abstenciones.

La semana anterior, los abertzales también se distanciaron de ERC ante la propuesta de ley del PSOE para modificar el Código Penal y prohibir el proxenetismo en todas sus formas. La proposición salió adelante gracias a Unidas Podemos y el PP, mientras que PNV, EH Bildu y PDeCAT se abstuvieron. Por su parte, ERC, Junts, la CUP y Ciudadanos votaron en contra.

El PSOE acelera para aprobar en julio la ley de memoria que saldrá adelante gracias a Bildu

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Antes del parón estival, la formación vasca fue clave para salvar la votación del fondo público de pensiones promovido por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, una de las medidas clave que el Ejecutivo comprometió a Bruselas a cambio de los fondos europeos. La formación dirigida por Mertxe Aizpurua en el Congreso salvó la votación a cambio de incrementar las pensiones no contributivas un 15%. EH Bildu se abstuvo en la votación del fondo público, mientras que ERC votó en contra.

Los abertzales también ejercieron de salvavidas del Gobierno el pasado mes de abril tras votar a favor del decreto ley de medidas urgentes para afrontar las consecuencias económicas y sociales de la invasión de Ucrania. La votación acabó con 176 síes y 172 noes, por lo que los cinco votos de EH Bildu fueron imprescindibles para mantener la rebaja del 60% de la factura de la luz, el descuento de 20 céntimos por cada litro de combustible y la limitación a la subida de precios de los alquileres. ERC volvió a votar en contra, al no encontrar satisfactoria la respuesta del Gobierno tras los casos de espionaje a dirigentes independentistas.

Sucedió algo similar a finales de enero. El Gobierno logró convalidar el decreto que regula la ejecución del multimillonario fondo europeo anticrisis gracias al de los abertzales y la abstención necesaria de Vox. El decreto logró 170 votos a favor, 126 en contra y 52 abstenciones. La derrota hubiera supuesto una crisis tanto a nivel interno como externo, ya que en ese momento el Ejecutivo se encontraba en plenas negociaciones con Bruselas por estos fondos.

Tres años después del inicio de la legislatura, el Ejecutivo de coalición conformado por PSOE y Unidas Podemos ha demostrado que la consecuencia directa de su debilidad parlamentaria no es (como muchos anticipaban) la inestabilidad: son los pactos. Pactos que han llevado al gobierno que preside Pedro Sánchez a tener una interlocución directa y constante con formaciones como ERC y EH Bildu, que se han convertido en aliadas imprescindibles a nivel legislativo.

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