La empresa de material bélico Einsa, que, por mediación del entonces presidente de Caja Madrid Miguel Blesa, ofreció en 2008 a José María Aznar un contrato a comisión, tiene como accionistas mayoritarios a dos sociedades opacas constituidas en el paraíso fiscal de Jersey (Canal de la Mancha) y trasladadas luego a Luxemburgo. Una de esas empresas figura en la lista de compañías cuyas operaciones pidió investigar Anticorrupción en 2002 tras el estallido del caso BBV Privanza, cuyo entonces director, Alfredo Roselló Montelongo, pertenece al consejo de administración de Einsa.
Aunque la relación oficial de paraísos fiscales a efectos de la normativa española ha ido adelgazando con los años, el último Manual práctico sobre Impuesto de Sociedades, publicado por la Agencia Tributaria en julio de este año, sigue considerando Jersey como territorio opaco; y ello pese a que en mayo de 2012 ambas partes suscribieron un protocolo de intercambio de información fiscal cuyo contenido no está disponible: según el Ministerio de Hacienda, se encuentra "en tramitación". Luxemburgo permaneció conceptuada como paraíso fiscal por España hasta el 16 de julio de 2010.
Tras sacar a la luz parte de los correos secretos de Blesa, aquellos que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha intentado mantener ocultos, infoLibre ha seguido el rastro internacional societario de Einsa. La identidad última de las personas físicas que poseen las acciones de este enjambre empresarial continúa siendo una incógnita.
Las dos sociedades que, creadas en Jersey y transferidas luego a Luxemburgo, se reparten el 87% del accionariado de Einsa son Rona Industries sàrl, que posee el 72% de la compañía española, y Caraway Holdings sàrl, que ostenta el 15%. El 13% restante estaba en 2008 a nombre de la esposa y un hijo del consejero delegado de Einsa. Las últimas cuentas de la sociedad, relativas al ejercicio octubre de 2011-septiembre de 2012, no detallan si ese cupo ha cambiado o no de manos.
De esas dos sociedades, es Rona Industries la que aparecía en la lista de sociedades opacas que la Fiscalía pidió investigar en 2002 tras el estallido del caso BBV Privanza. Los documentos del Registro de Jersey indican que Rona Industries fue inscrita el 27 de octubre de 1982 por tres sociedades dependientes de ese banco.
Anticorrupción también incluyó en su solicitud de investigación otra firma de Jersey denominada Caraway Holdings Limited y constituida a su vez por esas mismas tres sociedades del BBV: BiBJ Management Limited, Canal Trust Company Limited y BIBJ Nominees Limited.
Este periódico no ha encontrado ningún documento oficial que permita sostener que Caraway Holdings Limited, destapada por el caso BBV Privanza y constituida en Jersey en 1986, fuese la precursora de la luxemburguesa Caraway Holdings sàrl (société à responsabilité limitée). Con una cuota del 15% en el accionariado de Einsa, esta segunda sociedad se mudó a Luxemburgó en mayo de 2006, un año después de haber sido inscrita en el Registro de Jersey bajo el nombre Caraway PC Limited.
Más socio que amigo
InfoLibre contactó de nuevo el jueves tanto con Einsa, acrónimo de Equipos Industriales de Manutención SA, como con el despacho del abogado de Miguel Blesa, verdadero nexo entre Aznar, amigo desde la juventud, y Pedro Rodríguez Pla. Pese a que Rodríguez Pla se sitúa en la cúspide de Einsa, sus correos electrónicos a Blesa muestran un afán constante por mantenerle al tanto de cada paso de la compañía. Como si, en realidad, Blesa no solo fuera un amigo sino, sobre todo, un socio. Y Blesa, desde luego, movió desde la presidencia de Caja Madrid sus hilos en ayuda de Einsa.
El abogado de Blesa no atendió el jueves la llamada de este diario ni lo ha hecho hasta hoy. En la sede de Einsa en Alcalá de Henares (Madrid), la empleada que el jueves atendió la llamada confirmó dos cosas: que el consejero delegado, Pedro Rodríguez Pla, se encontraba de viaje y que ningún directivo estaba ni estaría disponible para explicar a infoLibre nada sobre Rona Industries ni Caraway Holdings.
La mudanza societaria de Rona Industries y Caraway desde Jersey a Luxemburgo comenzó en 2005, año en que la primera de ellas quedó domicilada en el Gran Ducado, y así lo exponen los documentos registrales. Tres años antes, la Fiscalía Anticorrupción había pedido al juez Baltasar Garzón que investigase ambas sociedades dentro del caso sobre las cuentas secretas del BBV Privanza. Eass cuentas se localizaban en el paraíso fiscal de Jersey y parte de ellas fueron utilizadas por consejeros del banco para ocultar un fondo de pensiones.
En 2007, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional dictó la nulidad de actuaciones y archivó el caso con el argumento de que la Fiscalía no había acreditado la existencia de “perjudicados” por la ocultación de los 224,43 millones de euros en el paraíso fiscal de Jersey, una de las islas del Canal de la Mancha, catalogadas como “Dependencias de la Corona” británica.
Fuentes conocedoras de aquella investigación han confirmado a este periódico que Rona Industries y Caraway no llegaron a ser investigadas pese a la petición expresa del ya fallecido fiscal anticorrupción David Martínez Madero.
Einsa Lux, constituida en 2005 con dos socios
El juez que en 2002 emprendió las investigaciones, el hoy exmagistrado Baltasar Garzón, fue sobreseyendo progresivamente las actuaciones tras negarse a citar a varias personas cuya declaración como imputados pedía la Fiscalía. Entre ellas se contaban el entonces secretario de Estado de Hacienda, Estanislao Rodríguez Ponga, del PP, y el director de BBVA Privanza Suiza, Alfredo Roselló.
Roselló, y así lo acreditaban las cuentas anuales de Einsa ya en 2007, ocupa un asiento en el consejo de Einsa como representante de Rona Industries sàrl. El registro luxemburgués sólo permite saber que, en una fase inicial, Rona Industries tuvo como socio único a otra sociedad domiciliada en el Ducado y que se denomina Ropperse, SA. De Ropperse SA no es factible averiguar nada a través de documentos públicos: ni queda rastro de su constitución ni de quiénes la integraban. Tan sólo hay constancia de que noviembre de 2006 traspasó todas las acciones en Rona a la sociedad Einsa Lux, aunque no hay ni una sola pista de en qué condiciones económicas se produjo el traspaso. Por lo que respecta a la otra sociedad nacida en Jersey, Caraway Holdigns sàrl, el proceso fue idéntico: Ropperse figura en el documento de luxemburgués inscripción como accionista único de Caraway en julio de 2006 y, en noviembre de 2006, Einsa Lux pasa a copar el 100% de los títulos.
Según el Registro de Luxemburgo, Einsa Lux fue constituida en mayo de 2005 con dos socios: la española Peselos, que figura como participada al 100% por tres miembros de la familia del presidente y consejero delegado de la Einsa española, Pedro Rodríguez Pla, y que suscribió 1.599 participaciones de Einsa Lux SA; y Carlos Rodríguez, hijo del antes citado y que se hizo con la acción restante. Los documentos registrales no aportan datos que permitan concluir si su accionariado sigue siendo el mismo o si, por el contrario, los títulos han cambiado de manos total o parcialmente.
Con independencia de quiénes conforman su accionariado, los números arrojan un resultado demoledor: Peselos, matriz formal del entramado de Luxemburgo y donde Pedro Rodríguez Pla posee el 51% de los títulos, contabilizó en 2011 pérdidas por 69.593 euros. Su filial Einsa Lux anotó, en cambio, la cifra 3.657.214 euros junto a la leyenda "beneficio del ejercicio". A su vez, las dos sociedades dependientes de Einsa Lux, Rona Industries y Caraway Holdings también registraron pingües ganancias: 2.990.760 euros, la primera; y 612.000 euros, la segunda.
En resumen, Einsa (España) es propiedad de dos sociedades luxemburguesas que pertenecen a una tercera (Einsa Lux). Y esta tercera sociedad es a su vez propiedad de una empresa española, Peselos. El porqué y para qué de tan compleja estructura es una incógnita.
Las cinco sociedades conectadas cierran el ejercicio en fechas distintas, lo que objetivamente dificulta analizar el flujo interno del dinero. Peselos y Einsa Lux cierran sus cuentas el 31 de diciembre; la española Einsa lo hace el 30 de septiembre. Y las filiales luxemburguesas Rona Industries y Caraway Holdings acaban cada ejercicio el 30 de junio. En cualquier caso, las cuentas de la única empresa visible en España, Einsa, indican que el negocio militar avanza viento en popa a despecho de la crisis.
Sin referencias a la estructura societaria
En octubre de 2008, cuando Aznar recibió el email con que Rodríguez Pla trababa de disipar sus dudas sobre el contrato a comisión que le había ofrecido para abrir mercado –militar sobre todo– en Argelia y Libia, el expresidente del Gobierno tenía a su alcance averiguar un dato esencial sobre la empresa a la que llegó por Miguel Blesa. Y ese dato es el siguiente: que el accionariado de Einsa estaba en manos de un entramado de empresas que había viajado desde Jersey a Luxemburgo, país mercantil y bancariamente todavía opaco.
Ese ejercicio, iniciado por Einsa el 1 de octubre de 2008 y finalizado el 30 de septiembre de 2009, la compañía destinó a "comisiones" para intermediarios y a subcontratación de personal la mayor parte de los cuatro millones contabilizados como "servicios de profesionales independientes". Así lo refleja la memoria anual correspondiente a ese periodo y depositada por Einsa en el Registro Mercantil.
Sin descartar que esa preocupación pudiera haberse visto reflejada en los miles de correos secretos de Blesa que aún no han salido a la luz, desde luego el asunto de la estructura societaria de Einsa no aflora en aquellos a los que ha tenido acceso este diario. La correspondencia ciberepistolar entre el consejero delegado de Einsa, Pedro Rodríguez Pla, y Aznar y sus colaboradores sí aborda el apartado internacional, pero sólo en lo que respecta a cómo Einsa podía mejorar su posición en países como Rusia, Venezuela o Estados Unidos.
Fue Pedro Rodríguez Pla quien, en octubre de 2008 y tras un largo cruce de misivas –directas o canalizadas a través de Miguel Blesa– con Aznar y su equipo de la fundación FAES, hizo al expresidente del Gobierno una propuesta concreta: reelaborar el “borrador de contrato” a comisión que le había ofrecido para dejarlo "a gusto de todos". Rodríguez Pla se dirigió entonces a Aznar en los siguientes términos: “No hay ningún problema en que el contrato sea a una persona física o jurídica; si quieres ser titular del acuerdo como persona física, para nosotros sería un honor”.
Después de que infoLibre publicase hace diez días la primera información sobre el asunto, Aznar difundió un comunicado a través de FAES, fundación que utilizó ya en 2006 para sus primeras gestiones en favor de Einsa. En ese comunicado, el anterior líder del PP sostiene que no "concluyó" ningún contrato con Einsa, pero no niega que lo estuviera negociando ni que hubiera dado pasos en favor de sus intereses.
El mercado civil representa el 7,8% del negocio de Einsa
En su nota, Aznar recordaba que Einsa también presta "servicios de apoyo en tierra" a la aviación civil. Los datos recabados por este diario sobre los contratos públicos que obtuvo Einsa durante los ocho años de Aznar en el Gobierno constatan que el 81% tenía como objeto la provisión de material militar. Y la última memoria anual depositada en el Registro Mercantil por Einsa incluye el siguiente enunciado: "En resumen, el Mercado Civil ha representado solamente el 7,8% de nuestro negocio". En el ejercicio comprendido entre el 1 de octubre de 2011 y el 30 de septiembre de 2012, Einsa facturó 28,73 millones, lo que significa un 10% más que el periodo anual anterior. La venta de material militar a terceros países explica el crecimiento, y así lo plasma la memoria de la compañía, cuyo beneficio neto ascendió a 3,14 millones de euros. Eso significa que ganó un 13,6% más, dado que en el ejercicio previo anotó un resultado de 2,76 millones después de impuestos.
Precisamente, la expansión internacional era el objetivo que Einsa buscaba con Aznar. Dos meses después de que llegara a manos del expresidente el correo con que la empresa trataba de disipar sus dudas sobre el contrato, el consejero delegado de la compañía, Pedro Rodríguez Pla, informó a Miguel Blesa de que Aznar ya comenzaba a “tener estructura” en Argelia y que su primer colaborador sería un hermano de Alejandro Agag, su yerno. "Lo que acordemos con Agag es como si lo acordásemos con él". Un mes antes, el 5 de noviembre de 2008, Aznar se había entrevistado en Argel con Abdelaziz Bouteflika, presidente de la República de Argelia.
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Investigación judicial
Los correos electrónicos que corroboran el vínculo entre Einsa y Aznar pertenecen a aquellos que, almacenados en el servidor de la antigua Caja Madrid, reclamó a la entidad el juez Elpidio José Silva para la investigación del caso Blesa. En julio, después de que el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, presentara una querella por prevaricación contra el juez por haber encarcelado a Blesa, el querellado pidió al Tribunal Superior de Madrid (TSJM) acceso a los emails intervenidos. Los pidió precisamente para defenderse y demostrar que no había adoptado ninguna decisión ilegal y premeditada respecto del expresidente de Caja Madrid. Pero el juez del TSJM Jesús Gavilán, que tramita la querella del fiscal Moix contra Elpidio Silva, denegó la solicitud: según el tribunal, los correos cuyo examen quería realizar Silva poseen un contenido "totalmente personal, de la esfera íntima y de amistad o estrictamente profesional con terceras personas" que son "irrelevantes" en la causa abierta sobre los presuntos desmanes de Blesa y otros miembros del equipo directivo de Caja Madrid.
El juez impugnó esa decisión y presentó un recurso donde avanzaba la vinculación de José María Aznar con el negocio de las armas. La publicación por parte de infoLibre de algunos de esos correos corrobora la veracidad de sus afirmaciones. Pese a ello, fuentes consultadas en el TSJM dan por hecho que, lejos de archivar la querella contra Elpidio Silva, el tribunal seguirá adelante salvo que algún elemento inesperado emerja en el caso. Si el TSJM no archiva la querella, podría darse la paradoja de que el juez que investiga los manejos de Blesa se siente en el banquillo antes que el financiero.
La empresa de material bélico Einsa, que, por mediación del entonces presidente de Caja Madrid Miguel Blesa, ofreció en 2008 a José María Aznar un contrato a comisión, tiene como accionistas mayoritarios a dos sociedades opacas constituidas en el paraíso fiscal de Jersey (Canal de la Mancha) y trasladadas luego a Luxemburgo. Una de esas empresas figura en la lista de compañías cuyas operaciones pidió investigar Anticorrupción en 2002 tras el estallido del caso BBV Privanza, cuyo entonces director, Alfredo Roselló Montelongo, pertenece al consejo de administración de Einsa.