El empresario José Luis Huerta, quien ya había reconocido que montó gratis actos del PP a cambio de contratos públicos, ha seguido desvelando este miércoles ante el juez de la Operación Púnica datos sobre cómo la frontera entre lo público y lo privado quedó anulada en la Comunidad de Madrid.
Huerta ha asegurado que dio por sentado que no cobraría por la fiesta de comunión que, según su versión, organizó en 2008 para la hija de Francisco Granados en Valdemoro porque Waiter Music había conseguido previamente un millón gracias a las fiestas de inauguración de nuevas líneas de Metro.
En esa situación, argumenta el imputado, los políticos se sentían con derecho a pedirle una comunión gratis. Y la de Granados, ha añadido, no fue la única: también la alcaldesa de Algete le encargó la comunión de su hijo, aunque no en contraprestación por ninguna obra del subterráneo sino por los conciertos que le adjudicaba el consistorio. La alcaldesa, dice Huerta, llegó a discutirle su derecho a cobrar la comunión porque era "muy cara". En ese municipio situado a las afueras de la capital, el PP le remarcó que ganaba allí mucho dinero como para querer cobrar por un cóctel "o una tontería".
Así lo han transmitido a infoLibre fuentes presentes en la declaración, aunque el entorno de Granados se ha apresurado a contraatacar: ninguna de las dos hijas del antaño número dos del PP madrileño y hoy principal imputado en Púnica celebró su comunión en 2008. Y Huerta –añaden esas fuentes– "no ha sido categórico" en cuanto a que hubiera hecho gratis nada relacionado con Granados. Los investigadores del caso consideran que el sumario incluye indicios más que suficientes de que Granados y sus sucesores en la Alcaldía de Valdemoro se beneficiaron de las fiestas de Waiter Music.
Una fiesta a la que acudió Aguirre
Sobre esa comunión, la de una de las hijas de Granados, Huerta se ha explayado en detalles: se celebró –ha relatado– en la finca de su madre; la reunión para organizarla fue con el propio Granados; y la fiesta incluyó un almuerzo en un restaurante y una fiesta nocturna a la que acudió Esperanza Aguirre. El empresario ha sido preciso en esos datos pero confuso a la hora de exponer con precisión si finamente cobró algo, todo o nada. Sí ha subrayado que la mujer del exalcalde de Valdemoro y luego exconsejero y factótum de Aguirre en el PP madrileño "solo quería calidad".
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El coste de las fiestas de inauguración de los nuevos tramos del Metro corría a cargo de las constructoras encargadas de ejecutar las obras porque así lo imponía el pliego de condiciones, sostiene Huerta. Pero, según el empresario, era el Gobierno el que decidía que la empresa contratada fuese Waiter Music. A él, las constructoras jamás le fijaron límites presupuestarios. "Sólo pedían una buena fiesta", ha dicho ante la insistencia del juez para que aclarase ese extremo. La más rentable para Waiter Music, ha detallado, fue la fiesta de la nueva estación de Villaverde. Cobró más de 300.000 euros.
Granados fue consejero de Infraestructuras en Madrid entre noviembre de 2003 y diciembre de 2004, periodo en que se licitó la ampliación de líneas. El político, antiguo número dos del PP durante la etapa de Esperanza Aguirre y hoy principal imputado en Púnica, desvió el tiro en febrero al declarar que esas adjudicaciones se produjeron cuando ya había sido relevado por María Dolores de Cospedal. El equipo de la hoy ministra de Defensa puntualizó que en el momento de la adjudicación solo llevaba dos semanas como consejera.
Huerta seguirá declarando los días 18, 19 y 20 de junio. Este miércoles solo ha respondido a preguntas de la Fiscalía y del juez.
El empresario José Luis Huerta, quien ya había reconocido que montó gratis actos del PP a cambio de contratos públicos, ha seguido desvelando este miércoles ante el juez de la Operación Púnica datos sobre cómo la frontera entre lo público y lo privado quedó anulada en la Comunidad de Madrid.