La celulosa de Ence ve en el cambio climático una "oportunidad" para producir más eucalipto en Galicia

En 2024, el Grupo Ence se recuperó de las pérdidas con las que había cerrado el año anterior y terminó el ejercicio con unos beneficios de casi 32 millones de euros. La principal explicación, señaló la compañía a sus accionistas y a las Bolsas en la presentación de resultados registrada a finales de febrero, fue "la mejora del precio de la celulosa y la reducción de costes a lo largo del año".

Junto a estos resultados, que se analizarán el próximo abril en la junta general de accionistas, el propietario de la fábrica de celulosa de Pontevedra aporta diversa documentación sobre su operativa interna. Uno de ellos es el informe de sostenibilidad, que recopila diversas cuestiones medioambientales. Entre ellos, los vinculados a la forma en que la empresa afronta el cambio climático tanto en términos de “riesgos” como en términos de “oportunidades”. El segundo grupo incluye la posibilidad de una mayor expansión de la variedad de eucalipto más común en Galicia, Eucalyptus globulus.

Ence explica que, "aunque el cambio climático presenta riesgos", "la adaptación al mismo y la transición hacia una economía baja en carbono" implicarán "más oportunidades“ para sus intereses. Así, por ejemplo, considera que "los cambios en la distribución de la temperatura y las precipitaciones" pueden tener "un impacto en el patrimonio de Ence debido a una reducción en el crecimiento de Eucalyptus Globulus en el sur de la península". Este riesgo, sin embargo, se considera " insignificante " al "compensarlo" con "previsiones de variación de la superficie" de estas y otras especies "debido a factores no climáticos".

Pero además, añade, "otra oportunidad derivada del cambio climático es la mejor adaptación " del Eucalyptus globulus "a zonas donde hoy la temperatura es demasiado baja para su desarrollo". Y esto, prevé, "permitirá aumentar la productividad de las plantaciones de esas zonas" y, por extensión, "la disponibilidad de madera" para sus fábricas. Este retrato robot permite deducir que una de las áreas geográficas directamente afectadas por estas previsiones es Galicia, en cuyo sector forestal y plantaciones de eucalipto es clave el impacto de Ence.

La empresa destaca que el "análisis del riesgo climático" es ya una "pieza fundamental" en su estrategia para "garantizar" que las "oportunidades" de la crisis "sean utilizadas como base para nuevas líneas de negocio". En cuanto al negocio de celulosa y forestal, central para la compañía en nuestro país, el citado informe desarrolla aún más las líneas que la llevan a señalar la expansión de Eucalyptus Globulus como una oportunidad: el "desarrollo de material vegetal adaptado al cambio climático".

Ence se marca como "prioridad estratégica" seguir contando con eucaliptos pese al cambio climático y por ello, avanza, está "reforzando el programa de I+D" para "producir material vegetal adaptado a las nuevas condiciones climáticas y resistente a nuevas plagas y hongos". Así, acaba de incorporar tres nuevos clones de Eucalyptus globulus que elevan a 12 su catálogo, “seleccionados por su crecimiento, adaptación y resistencia a enfermedades”.

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Además de trabajar con esta especie y con el Eucalyptus nitens –más resistente al frío–, Ence también avanza en mercados en los que lleva años "impulsando la búsqueda de nuevas especies" como Corymbia. Se trata de un ejemplo de las mismas especies arbóreas “que actualmente se encuentran en producción en diferentes partes del mundo donde las condiciones climáticas esperadas para las zonas de producción como consecuencia del cambio climático” ya se están dando en la Península Ibérica.

"Riesgos" por la sequía en Pontevedra

Además de lo que tiene que ver con su materia prima, el eucalipto, Ence también admite que otro "riesgo" para su actividad derivado de la crisis climática es "la disminución o el cambio en los patrones" de precipitaciones, pues implica que puedan no disponer de agua suficiente. "Ese riesgo –recuerda– ya se materializó" en su fábrica de Pontevedra en el verano de 2022, cuando "se vio obligada a interrumpir la actividad por la sequía".

La pastera asegura que, para "mitigar" este riesgo, está "trabajando en la reducción del consumo de agua". Además, añade, desde ese año cuenta con un "proyecto piloto de recirculación del efluente de la propia instalación" que puso en funcionamiento en 2024, cuando "le permitió superar el periodo estival sin afectar a la producción". Medidas como ésta o la posibilidad de utilizar en el futuro aguas residuales regeneradas de la depuradora de Praceres, sostiene, permiten que su consumo de agua por tonelada de pasta, 23,8 metros cúbicos, sea "el ratio más bajo de la historia" de la fábrica.