Cuatrocientos kilómetros de distancia pero la misma estrategia: encierros en señal de protesta por la configuración de las listas de cara a las elecciones autonómicas y municipales, cuyo plazo finalizó este lunes. Es lo que ha ocurrido en la sede de Podemos en la ciudad de Gijón (Asturias) y en la de Fuenlabrada (Madrid), aunque por diferentes motivos y las dos condenadas al fracaso. Dos pequeñas rebeliones internas que desde la dirección de Podemos minimizan y achacan a la búsqueda de hacer daño a su formación, pese a que está instigado por miembros de la formación. "Tenemos claro que en estas semanas se va a utilizar todo tipo de argumentos y de recursos para atacar nuevamente a nuestra formación", argumentaba el coportavoz de la formación, Pablo Fernández, ante las preguntas de los medios tras la reunión de la Ejecutiva.
El encierro en Asturias comenzó el pasado jueves, cuando la candidata de la formación morada, Covadonga Tomé, se encerró para exigir a la dirección estatal que respetara la composición de su lista. Dos días más tarde, el círculo de Podemos en Fuenlabrada hizo lo mismo para reclamar a la dirección autonómica que revierta la alianza electoral con Izquierda Unida en ese municipio. Según apuntan fuentes de la formación que dirige Ione Belarra, no van a ceder a las estrategias de "presión": “Están planteando un pulso", señalan.
Asturias
La situación de Podemos en Asturias viene de lejos, concretamente, de hace dos años, tras la elección de la coordinadora en Asturias, la diputada nacional Sofía Castañón, que acabó en denuncias por irregularidades por parte de su contrincante, Daniel Ripa. Esas críticas provocaron la expulsión de Ripa del partido, al que se le exigió también su acta, una petición cayó en saco roto. Un año más tarde, la actual candidata, la crítica Covadonga Tomé, ganó las primarias contra la lista oficialista que encabezaba Alba González, candidata avalada por Castañón, con 1.560 votos frente a los 1.150 de González.
Desde entonces, Tomé asegura que la dirección del partido la ningunea e intenta impedir que tanto ella como otros integrantes de su lista concurran el próximo 28M. El encierro viene, en realidad, por un nombre concreto: el de Jorge Fernández, número cuatro de la lista de Tomé. La dirección del partido lo ha apartado bajo el argumento de que está inhabilitado por una "sanción en firme" por verter "agresiones verbales y calumnias, graves y continuadas, a varias compañeras durante más de un año".
La dirección asturiana, que cierra filas con Belarra, ha propuesto sacar a Fernández y situar en su lugar a la concejala en el Ayuntamiento de Oviedo Ana Taboada, que teóricamente se situaba en el número 7 de la lista. Esto ocurre, según explican, porque el número cinco, Rafael Palacios, ha decidido renunciar a su puesto, mientras que la siguiente en la lista, Adriana del Oso, se presenta por otra circunscripción. "La lista se registrará tal y como se planteó en todo momento, sin esa persona que tiene una sanción en firme y está inhabilitada”, confirman.
Fuenlabrada
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El conflicto en Fuenlabrada viene por el acuerdo con Izquierda Unida para confluir conjuntamente en el municipio y, concretamente, por el hecho de que los de Alberto Garzón lideren esa lista. "Tras una semana intentando tener una respuesta por parte de nuestra secretaría de organización autonómica, nos vemos obligadas a encerrarnos en nuestra sede para reivindicar la voluntad de la militancia ante la imposición de una coalición no avalada por nuestro círculo", se leía en el comunicado publicado el pasado sábado.
El portavoz municipal y candidato a la Alcaldía, Pedro Vigil, es uno de los que se ha encerrado en la sede y reclama a la dirección de Podemos que dé validez a la “decisión de la militancia” de ambas formaciones, que decidieron no concurrir de manera conjunta. Por su parte, la dirección defiende que es fundamental hacer respetar el acuerdo con IU en todos los municipios, aunque en este caso concreto la militancia decida ir por separado. "Se ha hecho un trabajo riguroso para asegurar la unidad y se han buscado acuerdos justos", defendía la secretaria de organización, Lilith Verstrynge, el domingo.
Pese a lo ocurrido, Fernández ha asegurado que a la dirección de Belarra no le preocupa que se genere un efecto "contagio" a otros territorios. "Podemos ha demostrado en los últimos meses que está más cohesionado y más sólido que nunca, hemos hecho un trabajo ingente para el 28M. Tenemos los mejores candidatos y estamos centrados en hacer la mejor campaña posible en unas elecciones que son clave para conseguir estar en más autonomías y más ayuntamientos", zanjó.
Cuatrocientos kilómetros de distancia pero la misma estrategia: encierros en señal de protesta por la configuración de las listas de cara a las elecciones autonómicas y municipales, cuyo plazo finalizó este lunes. Es lo que ha ocurrido en la sede de Podemos en la ciudad de Gijón (Asturias) y en la de Fuenlabrada (Madrid), aunque por diferentes motivos y las dos condenadas al fracaso. Dos pequeñas rebeliones internas que desde la dirección de Podemos minimizan y achacan a la búsqueda de hacer daño a su formación, pese a que está instigado por miembros de la formación. "Tenemos claro que en estas semanas se va a utilizar todo tipo de argumentos y de recursos para atacar nuevamente a nuestra formación", argumentaba el coportavoz de la formación, Pablo Fernández, ante las preguntas de los medios tras la reunión de la Ejecutiva.