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Espadas niega un "empecinamiento" de Susana Díaz en seguir al frente del PSOE andaluz: "Le pedí que no dimitiera"

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Juan Espadas, tenido por hombre poco inclinado a los golpes de efecto, dio este jueves una sorpresa mayúscula a propios y extraños. El candidato elegido por primarias, que compareció ante la prensa en el Parlamento andaluz tras una reunión con el presidente Juan Manuel Moreno (PP), se opuso públicamente a la idea de que Susana Díaz está atrincherada o se resiste a salir: "Yo le pedí que ni renunciara ni dimitiera".

El candidato socialista afirmó que está contando con la "disponibilidad absoluta" de Díaz para "colaborar" con él en el "proceso de transición", que va a ser "ágil". Fue el propio Espadas el que le pidió que no dimitiera para evitar así una gestora. "Creía que era posible que acordáramos una solución a este proceso de transición" y que "no tuviera que constituirse ninguna gestora", que "no es la mejor solución para la organización, porque tampoco se justifica si somos capaces, como lo vamos a ser, de llegar a un acuerdo mas satisfactorio para el PSOE de Andalucía", expuso Espadas.

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Muchos dieron por hecho que, en su reunión del pasado viernes, Espadas le pidió a Díaz que dimitiera y esta se negó. Tras dicha reunión, infoLibre preguntó expresamente al equipo de Espadas si se había producido esta petición. La respuesta: "Espadas marca los tiempos y la toma de decisiones. El objetivo de hoy era plantear los cambios en la dirección del grupo. Han hablado de muchos temas, pero Espadas tenía hoy la prioridad puesta en el objetivo de la dirección del grupo". Era una visión coherente con el mensaje desde el entorno de Díaz, según el cual la expresidenta hará "lo que le pida Juan".

La lectura mayoritaria de los acontecimientos fue que Díaz se oponía a la voluntad de Espadas de que dimita. No es así, según insistió este jueves el alcalde de Sevilla. "No hay ningún tipo de bloqueo ni empecinamiento personal, y lo que sí hay es diálogo fluido y confianza personal para que esto salga bien", afirmó el candidato, que asegura que Díaz ha estado a su disposición. "En los próximos días", afirmó Espadas, él mismo y Díaz darán cuenta de las "decisiones acordadas desde la autonomía absoluta de la federación andaluza" para "agilizar todo aquello que contribuya a que el resultado de las primarias se refleje en el día a día de la nueva etapa de dirección política".

La voluntad de Espadas es una solución pactada antes del 3 de julio, cuando se celebra un comité federal que podría adelantar el calendario de relevo. No es lo que el alcalde quiere, sino una solución 100% andaluza, que evite la imagen de injerencia externa. En qué va a consistir esa solución pactada para la salida de Espadas es todavía una incógnita. El alcalde no quiso aclararlo. La anunciará con Díaz, dijo, cuando el acuerdo esté cerrado. Y advirtió expresamente de que no había que dar por buenas las teorías al respecto que difundiera nadie: "En nombre de Juan Espadas habla Juan Espadas". Hasta tal punto quería ser preciso y medido en sus palabras que a través de su equipo distribuyó un comunicado "de su puño y letra" con sus apreciaciones medidas al milímetro. No quería espacio para malentendidos. "Soy", dijo medio en broma, "un poco extraño".

Juan Espadas, tenido por hombre poco inclinado a los golpes de efecto, dio este jueves una sorpresa mayúscula a propios y extraños. El candidato elegido por primarias, que compareció ante la prensa en el Parlamento andaluz tras una reunión con el presidente Juan Manuel Moreno (PP), se opuso públicamente a la idea de que Susana Díaz está atrincherada o se resiste a salir: "Yo le pedí que ni renunciara ni dimitiera".

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