El estallido de Anova hace peligrar la alianza en las europeas con IU

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Alternativa Galega de Esquerda (AGE) está muriendo de éxito. Paradójicamente. La coalición que en octubre de 2012, apenas un mes después de su nacimiento, conquistó de modo fulgurante 200.000 votos y nueve escaños en el Parlamento de Galicia, vive sus horas más bajas por la convulsión interna de uno de sus miembros, Anova-Irmandade Nacionalista, la emergente formación liderada por el histórico Xosé Manuel Beiras. Las enormes fisuras se han llevado ya por delante al número dos, Martiño Noriega, y a dirigentes de su cuerda, y amenaza con hacer fracasar la alianza con Izquierda Unida para las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. Noriega era (y es) uno de los firmes partidarios de concurrir con IU en los comicios a la Eurocámara, y estaba abiertamente enfrentado a los sectores que reclamaban enfriar las relaciones con la federación de Cayo Lara. 

IU no oculta su "preocupación" por el terremoto político que vive la formación de Beiras. Olimpo –la dirección federal–, junto con su sello en Galicia, Esquerda Unida (EU), que comanda Yolanda Díaz, puso toda la carne en el asador en 2012 para lograr que cuajase la convergencia de la izquierda en las autonómicas anticipadas. El experimento reunió a EU, Anova –fuerza escindida del BNG–, Espazo Ecosocialista y Equo en una sola lista, Alternativa Galega de Esquerda (AGE). La coalición barrió las expectativas. Superó al BNG y quedó a menos de 100.000 votos de los socialistas. Tercera fuerza en la Cámara gallega, dominada por el PP de Alberto Núñez Feijóo. Desde entonces, los óptimos resultados electorales y el pálpito positivo de las encuestas, que sitúan a AGE en crecimiento e incluso como segunda fuerza en algunos municipios, han tropezado con los encontronazos internos de Anova, con la falta de consolidación de la alianza extramuros del Parlamento autonómico. 

Como analiza uno de los dirigentes de Anova, en la agonía confluyen dos crisis superpuestas. Por un lado, la debilidad del proyecto de AGE en sí, propiciada por el "escaso interés" en consolidar la coalición de las dos fuerzas mayores, la de Beiras y la de Díaz, ya que su prioridad en este tiempo ha sido desplegar su trabajo en la Cámara autonómica, plantar cara al presidente de la Xunta en las instituciones, desatendiendo el trabajo en la calle, una de las patas que auparon a AGE a su inesperado triunfo en 2012. Esa "flaqueza estructural" se ha manifestado con crudeza en el conflicto desencadenado por la decisión del diputado ourensano David Fernández Calviño, militante de Anova, de retomar su carrera investigadora y marchar a Dinamarca. Según el pacto no escrito al que habían llegado Anova y EU, se tendría que mantener el equilibrio de fuerzas en el grupo, con una composición de 5-4 a favor de Díaz. Pero quien sucedía en la lista a Fernández Calviño era Carmen Iglesias Sueiro, de EU, quien se negó en redondo a ceder su acta, contra el criterio de su organización, que ya ha iniciado los trámites de su expulsión. Iglesias tomó posesión de su escaño el pasado 16 de diciembre y Beiras, cinco días después, firmó su adscripción al grupo de AGE, pese al rechazo de EU, porque sus principios éticos le impedían vetar la entrada de la diputada en AGE, dado que había concurrido bajo esas siglas en 2012. 

Anova "se aleja del proyecto originario"

La segunda crisis, sigue este dirigente, se ciñe exclusivamente a Anova, y responde a su composición interna. Un sector, liderado por Martiño Noriega, alcalde de Teo (A Coruña), y el parlamentario Antón Sánchez, defiende la consolidación de AGE, su concepción como una apuesta estructural y no coyuntural, como una respuesta a los 200.000 gallegos que buscaban un referente alternativo y común. En ambos se referencian los críticos de Encontro Irmandiño –la facción que Beiras lideraba en el BNG y que se escindió de él– y de Anova Horizontal. La otra mitad del partido, que encabezan los secretarios de Relaciones Políticas, Luis Eyré, y de Comunicación, Mario López Rico, se inclinan por una política de "geometría variable", de alianzas fluctuantes en función de la convocatoria. Es decir, que Anova no se vea fagocitada por las siglas de AGE y mantenga su autonomía. De fondo, se produce una colisión entre dos formas de entender la organización: una, en teoría más asamblearia (la de Noriega), y otra, más vertical y jerárquica, la de López Rico y el sector irmandiño más oficialista. 

Las dos culturas de Anova han chocado frontalmente a cuenta de las europeas. IU (y EU) ambiciona la articulación de un frente antitroika amplio, unitario, y para ello cree fundamental afianzar su relación con Anova en Galicia y con Chunta Aragonesista en Aragón, y con ambos ha mantenido sendas reuniones. Pero ninguna negociación se preveía fácil de partida.

El problema con Anova radica en su propia dinámica interna, entre los que empujaron para repetir la unión con EU y los que se inclinaban por la convergencia con el BNG, cuyo portavoz nacional, Xavier Vence, reniega de cualquier entendimiento con una fuerza estatal. Las luchas intestinas acabaron por confirmar, el pasado viernes, 20 de diciembre, la renuncia de Noriega. Médico, de 38 años, como coordinador nacional de la formación, deslizó en su despedida [consúltala aquí], hecha pública en su perfil de Facebook, que se iba por zancadillas de los suyos, por su "alergia al trabajo partidario clásico". Noriega había sido señalado por Beiras como su sucesor, como la persona en quien había depositado su confianza, de ahí el simbolismo de su marcha como número dos, aunque no como militante de base y alcalde de Teo. El sábado, otros cuatro miembros de la Permanente –Mar Blanco (responsable de Lengua), Xiana López (Igualdad), Antón Dobao (Cultura) y Xurxo Martínez (Formación)– presentaron su dimisión [ver aquí] por considerar que Anova "se aleja de forma progresiva del proyecto originario" y ha quedado dominada por una élite que se apropia de toda capacidad de decisión". Y se espera que más dirigentes secunden a Noriega. La Permanente 

El papel de Beiras

¿Y Beiras, el portavoz nacional? Los fieles al ya ex número dos le afean que, pese a coincidir con las tesis de Noriega, haya intentado no tomar partido, no dar un golpe de autoridad, lo que a la postre le ha situado del lado de López Rico y Eyré, con quienes está más ligado generacionalmente. En EU, pese a que insisten en que la relación con Beiras es "perfecta", sí creen que no es "capaz" de controlar su propio partido, y que está "secuestrado emocionalmente" por el sector de López Rico y Eyré. Noriega "no tiene por qué estar atrapado en política", afirmó la pasada semana el propio jefe de Anova, unas declaraciones que para EU acabaron por pegar la última estocada a su delfín. 

Es difícil saber qué puede suceder a partir de ahora. En un mes Anova celebrará su Conferencia Política y un referéndum entre los militantes, para ver qué opción desean de cara a las europeas. Uno, reeditar AGE. Dos, converger con el BNG, alternativa no exenta de problemas porque Beiras rehúsa convertir su fuerza en "apéndice" de los nacionalistas de Vence. Y tres, directamente, no concurrir a los comicios, con el argumento de ayudar a destensar internamente la formación y también porque otras fuerzas se están planteando lo mismo, como gesto de deslegitimación de las instituciones europeas. La ruptura interna no es inminente, pero tampoco se descarta, según diversas fuentes consultadas. Como tampoco es estrambótico pensar que Beiras dé un portazo y abandone su proyecto, su criatura. Los afines a Noriega estiman que tienen peores cartas y que su opción, la apuesta por AGE y por la suma con EU, parte con cierta desventaja orgánica. 

Yolanda Díaz mantuvo ayer lunes en Madrid una "charla informal" en Madrid con Cayo Lara y el secretario federal de Organización, Miguel Reneses. Y en ese encuentro en Olimpo se constató la honda "preocupación" de IU por la alianza de las europeas y la convulsa situación de Anova, "incomprensible" por cuanto no se corresponde con el momento electoral, al alza. "Compartimos la preocupación, pero a pesar de todo vamos a intentar ayudar al máximo posible, vamos a dar la vida por esta coalición. Nuestra apuesta es inequívoca y no damos nada por perdido", aseguraban anoche fuentes de la dirección federal. Para ello, IU trabajará a partir de ahora para "visualizar" AGE más allá de las fronteras del Parlamento, por llevar su trabajo "al territorio, a la calle", colaborando codo con codo con los integrantes de la coalición que creen firmemente en ella y en su continuidad. "Se trata de que el espíritu AGE, la reunión de las izquierdas nacionalistas y federalistas, no quede baldío, porque una parte de la sociedad busca eso. No es lo mismo hacerlo con todos los sectores de Anova y con Beiras que hacerlo sin él. pero no podemos renunciar a una vía que se demostró útil", coincidieron los próximos a Noriega. 

IU se conjuró para remar a favor de la confluencia con Beiras en las europeas, pero también sacó ayer una conclusión: no puede "esperar eternamente" a que Anova deshoje la margarita. Olimpo tiene la pretensión de cerrar todo el paquete de europeas –lista y programa– para finales de febrero de 2014. 

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EU sondea a Noriega para que vaya como independiente

Fuentes de la cúpula de EU hacían una lectura más nítida del encuentro en Madrid: "No vamos a agobiar a Beiras estos días, pero sí queremos someterlo a presión a partir de enero. Debe decidirse. Es que si no esto no tiene salida. Es de psiquiatría. No hay ninguna racionalidad en todo esto". En la ejecutiva gallega se temen que Anova quiera estirar tanto la cuerda para, en el último minuto, en tiempo de descuento, decida converger con IU y proponer a López Rico como candidato, una vez fuera de juego Noriega, que era el aspirante favorito para la federación. Esa tensión ya se vivió en 2012, cuando se cerró el matrimonio EU-Anova en el último suspiro

La formación de Díaz ha ofrecido de hecho a Noriega –y a su entorno– que, si finalmente no prospera el acuerdo con Anova, este concurra en la lista de EU como independiente. En el entorno del ex número dos reconocieron que contemplaban con cierta simpatía esa posibilidad, por la proyección que conferiría a su referente, pero anticiparon que él rechazará la oferta, precisamente para no romper con Anova y para no traicionar a Beiras. A su padre político. O, como lo definió en su carta de despedida, a su "hermano". 

Alternativa Galega de Esquerda (AGE) está muriendo de éxito. Paradójicamente. La coalición que en octubre de 2012, apenas un mes después de su nacimiento, conquistó de modo fulgurante 200.000 votos y nueve escaños en el Parlamento de Galicia, vive sus horas más bajas por la convulsión interna de uno de sus miembros, Anova-Irmandade Nacionalista, la emergente formación liderada por el histórico Xosé Manuel Beiras. Las enormes fisuras se han llevado ya por delante al número dos, Martiño Noriega, y a dirigentes de su cuerda, y amenaza con hacer fracasar la alianza con Izquierda Unida para las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. Noriega era (y es) uno de los firmes partidarios de concurrir con IU en los comicios a la Eurocámara, y estaba abiertamente enfrentado a los sectores que reclamaban enfriar las relaciones con la federación de Cayo Lara. 

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