Los estudiantes podrán presentarse a las pruebas de acceso a la universidad con una asignatura suspensa y, además, podrán cursar el Bachillerato en tres años, en lugar de dos.
Así lo recoge el borrador del Proyecto de real decreto por el que se establece la ordenación y las enseñanzas mínimas del Bachillerato, que desarrolla la nueva ley educativa, la LOMLOE, en lo que respecta al currículo de esta etapa.
El documento, al que ha tenido acceso Europa Press, dedica un artículo completo a la 'Organización del Bachillerato en tres años académicos', explicando que, de manera excepcional, se podrá establecer una distribución de las materias en tres años académicos, en lugar de dos, para aquellos alumnos que lo requieran por sus "circunstancias personales, temporales o permanentes".
El borrador determina cuáles deben ser estos requisitos, que son: aquellos estudiantes que cursen la etapa de manera simultánea a las enseñanzas profesionales de música; aquellos que acrediten la consideración de deportista de alto nivel o de alto rendimiento; quienes requieran una atención educativa diferente a la ordinaria por presentar alguna necesidad específica de apoyo educativo; o quienes aleguen otras circunstancias que, a juicio de la correspondiente Administración educativa, justifiquen la aplicación de la medida.
El proyecto de real decreto también fija la promoción, evaluación y titulación de los estudiantes de Bachillerato.
Con respecto a la promoción, la propuesta del Gobierno establece que los alumnos pasarán de primero a segundo de Bachillerato cuando hayan superado las materias cursadas o tengan evaluación negativa en dos materias como máximo, a diferencia de Secundaria, donde no se tendrán en cuenta las materias sin aprobar.
Otra novedad que recoge el texto es que, si bien la superación de las materias de segundo curso estará condicionada a la superación de las correspondientes materias de primer curso, el alumnado podrá matricularse de asignaturas de segundo sin haber cursado la correspondiente materia de primero "siempre que el profesorado que la imparta considere que el alumno o alumna reúne las condiciones necesarias para poder seguir con aprovechamiento la materia de segundo". En caso contrario, deberá cursar la asignatura de primero.
En cuanto a la evaluación, el proyecto recoge que será "continua y diferenciada según las distintas materias" y será el profesor quien decidirá, al término del curso, si el alumno ha logrado los objetivos y ha alcanzado el adecuado grado de adquisición de las competencias correspondientes. El texto también recoge que los alumnos podrán someterse a exámenes de recuperación de aquellas materias que no hayan aprobado, otra diferencia significativa con respecto a la ESO, donde se prevén eliminar este tipo de pruebas.
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Por otro lado, los alumnos podrán obtener el título de Bachiller cuando aprueben todas las asignaturas de los dos cursos de Bachillerato. Pero también mantiene la excepción de poder obtenerlo si supera todas las materias salvo una, si así lo decide el equipo docente.
Esta excepción está sujeta a ciertos requisitos, como son: que el equipo docente considere que el alumno ha alcanzado los objetivos y competencias vinculados al título de Bachillerato; que no se haya producido una inasistencia continuada y no justificada por parte del alumno en la materia suspensa; que el alumno se haya presentado a las pruebas y realizado las actividades necesarias para su evaluación, incluidas las de la convocatoria extraordinaria; y que la media aritmética de las calificaciones obtenidas en todas las materias de la etapa sea igual o superior a cinco, incluyéndose para su cálculo la nota numérica obtenida en la materia no superada.
Esto quiere decir que un alumno que haya aprobado todas las asignaturas de Bachillerato excepto una, podrá presentarse a la prueba de acceso a la universidad, la denominada EBAU.
Los estudiantes podrán presentarse a las pruebas de acceso a la universidad con una asignatura suspensa y, además, podrán cursar el Bachillerato en tres años, en lugar de dos.