El coronavirus golpea con fuerza al mundo entero. Según el balance global, este martes ya son 178 los países y territorios a los que ha llegado la pandemia, que ya ha provocado 37.820 fallecidos y ha contagiado a más de 785.000 personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clara en todo momento: esto sólo se puede combatir con test masivos de detección de la enfermedad Covid-19 y con medidas de confinamiento. A falta de que la primera regla pueda cumplirse en su totalidad, la mayoría de países ya han adoptado la segunda. España incluida. El pasado 14 de marzo, el Gobierno decretaba el estado de alarma y, con él, dictaba un confinamiento que este lunes se hizo casi total. El objetivo de la medida estaba, y está, claro: aplanar la curva de contagios lo máximo posible para liberar al sistema sanitario del estrés al que está sometido y, de esta manera, salvar vidas. Han pasado ya más de dos semanas desde que las calles de nuestro país se vaciaran, y aunque los datos continúan sumando positivos y fallecidos, las cifras son mucho más bajas de lo que podrían ser si el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez no hubiera decretado el confinamiento. Hasta ahora esto era solo una teoría, ahora es además una realidad constatable, según un informe realizado por el Imperial College de Londres, un prestigioso centro colaborador de la OMS. Es tajante: España ha conseguido salvar 16.000 vidas gracias al confinamiento.
El Ministerio de Sanidad, como cada día desde que el virus SARS-CoV-2 irrumpió en nuestras vidas, ha ofrecido este martes los datos actualizados que reflejan la incidencia del coronavirus en nuestro país. Lamentablemente, se ha evidenciado que se ha roto la tendencia a la baja en número de contagiados que España estaba registrando desde este fin de semana. En las últimas 24 horas, nuestro país ha sumado más de 9.000 casos nuevos de coronavirus, por lo que el número de positivos ya es de 94.417. Por otro lado, el número de fallecidos ha crecido en 849 en el último día, por lo que la cifra de muertes ya se sitúa en 8.189. Las cifras no son positivas, eso es indudable, pero podrían ser peores si no se hubiera decretado el confinamiento de la población. De no haberse hecho, este lunes 30 de marzo, fecha de publicación del estudio titulado Estimando el número de afectados e impacto de medidas no farmacéuticas contra el COVID-19 en once países europeos, España ya tendría que haber lamentado la muerte de 16.000 personas más.
El informe es claro, pero también es prudente. Las cifras no son indiscutibles. Según el instituto británico, "sigue siendo demasiado pronto para estar seguros de que las intervenciones recientes" tomadas por países como España con el objetivo de reducir la incidencia del coronavirus "han sido eficaces". Y eso debido a algo que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha explicado varias veces durante las ruedas de prensa diarias que ofreció hasta este domingo, cuando dio positivo en la prueba de detección de la enfermedad: las medidas de confinamiento primero tienen consecuencias en la velocidad de reproducción del virus —en otras palabras, en el número de contagios—. Después, una vez reducidos los casos positivos, comienzan a reducirse el número de fallecimientos. Según el Imperial College de Londres, tienen que pasar entre dos y tres semanas desde que el confinamiento produce cambios en los contagios hasta que su reducción repercute en la mortalidad. Por eso "sigue siendo demasiado pronto". Pero también por eso es necesario no aflojar la presión en las medidas, una idea en la que también ha incidido el Gobierno español. "Es fundamental que las intervenciones actuales se mantengan en su lugar y las tendencias en los casos y las muertes se observen minuciosamente durante los próximos días y semanas para ofrecer garantías de que la transmisión del SARS-CoV-2 se está desacelerando", dice el informe.
"Por supuesto que es un momento difícil para Europa, pero los gobiernos han tomado medidas significativas para asegurar que los sistemas de salud no se vean desbordados. Hay pruebas sólidas de que han empezado a funcionar y han aplanado la curva. Creemos que se ha salvado un gran número de vidas. Sin embargo, es demasiado pronto para decir si hemos logrado controlar plenamente las epidemias y habrá que tomar decisiones más difíciles en las próximas semanas", ha asegurado el líder del documento, Samir Bhatt, según recoge Europa Press.
El dato negativo: podría haber siete millones de contagiados en España, pero no están detectados
El estudio del instituto británico, por otro lado, cuantifica otra suposición: el hecho de que no se realicen test masivos en nuestro país podría estar provocando que los contagios estén infrarrepresentados. Y ese es un peligro del que no se salva prácticamente ningún país del globo. Por eso hace unos días el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a los países a no dejar de hacer "test, test, test". Pero es complicado. Al menos para España, que ya ha comprado varios lotes de los denominados test rápidos, una herramienta con la que el sistema sanitario pretendería conocer la incidencia real que la Covid-19 tiene en nuestro país.
Pero entre que España consigue dotarse de esos test y realizarlos al mayor número de población posible, el Imperial College de Londres ya ha cuantificado en siete millones el número real de positivos que habría a fecha 30 de marzo en nuestro país. Según el balance oficial, este lunes había 85.195 positivos, una cifra incomparable. Según el prestigioso organismo, por tanto, el 15% de la población total española ya habría contraído el virus. Los investigadores explican esta gran diferencia debido a la limitada capacidad de realizar pruebas diagnósticas y a que muchos de los casos son leves y asintomáticos, por lo que no se detectan. Pero habría algo positivo si esta estimación pudiera comprobarse: la letalidad sería muy inferior a la calculada hasta ahora, de apenas el 0,1%.
De acuerdo con estas cifras, España sería el país europeo con más afectados por un amplio margen, seguida por Italia: 5,9 millones de casos, un 9,8% de la población. Mientras, apenas el 0,72% de la población alemana tendría el virus, unas 600.000 personas. En Francia serían alrededor de dos millones de afectados, el 3% de la ciudadanía; y en Reino Unido 1,79 millones de personas, el 2,7% del total. El análisis también muestra que, con las medidas actuales en marcha, se habrían evitado entre 21.000 y 120.000 muertes hasta el 30 de marzo en los 11 países analizados (Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Noruega, España, Suecia, Suiza y Reino Unido).
¿Por qué hay tanta diferencia en el número de fallecimientos?
Ver másEstas son las personas a las que se les realizará el test rápido de covid-19
Según los últimos datos a nivel global, el índice de letalidad del coronavirus entre los contagiados se sitúa en el 4,5%. Pero no es un porcentaje que pueda darse por válido sin más. En primer lugar porque, como se ha podido comprobar y tal y como confirma el estudio, hay muchos casos leves o asintomáticos que no entran dentro del cómputo de contagiados porque no se hacen suficientes test. Y en segundo lugar porque el método de contabilización de los fallecidos dista mucho dependiendo de qué país se trate. Así lo ha recogido un artículo publicado por el Financial Times que llega a hablar del "misterio de la verdadera tasa de mortalidad por coronavirus". No obstante, y esto es un dato positivo, el diario expone que España es el segundo país del mundo que más pruebas de detección del coronavirus realiza. Tan sólo le supera Suiza y, por detrás de nuestro país, se sitúa Corea del Sur, el país que en tiempo récord consiguió aplanar su curva de contagios.
En Reino Unido, según los datos, la tasa de mortalidad se sitúa en el 6,3%, un porcentaje similar al francés, que se sitúa en el 6,8%. Sin embargo, en España se dispara hasta el 8,7% y en Alemania se reduce hasta el 0,9%. ¿Cómo es posible? La explicación está en los test, pero también en las diferencias a la hora de contabilizar el número de fallecidos. Por ejemplo, en Francia las personas que mueren por coronavirus en sus casas o en una residencia de ancianos no entran en las estadísticas y en Alemania no se computan los muertos no diagnosticados. Pero es que además en este país hay un problema a la hora de contabilizar los casos de positivos, tal y como publicó Der Spiegel. En Reino Unido, por su parte, no han comenzado a anotar las muertes por Covid-19 hasta el mes de marzo.
Eso, sumado a la capacidad de cada país para realizar pruebas de detección del coronavirus, provoca que todavía sea complicado tener un porcentaje concluyente que mida la tasa de mortalidad del coronavirus, tanto a nivel global como nacional. Los criterios de recogida de datos no son los mismos, la capacidad para llegar a todos los contagios tampoco. Las cifras, por tanto, continuarán siendo muy diferentes de un país a otro.
El coronavirus golpea con fuerza al mundo entero. Según el balance global, este martes ya son 178 los países y territorios a los que ha llegado la pandemia, que ya ha provocado 37.820 fallecidos y ha contagiado a más de 785.000 personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clara en todo momento: esto sólo se puede combatir con test masivos de detección de la enfermedad Covid-19 y con medidas de confinamiento. A falta de que la primera regla pueda cumplirse en su totalidad, la mayoría de países ya han adoptado la segunda. España incluida. El pasado 14 de marzo, el Gobierno decretaba el estado de alarma y, con él, dictaba un confinamiento que este lunes se hizo casi total. El objetivo de la medida estaba, y está, claro: aplanar la curva de contagios lo máximo posible para liberar al sistema sanitario del estrés al que está sometido y, de esta manera, salvar vidas. Han pasado ya más de dos semanas desde que las calles de nuestro país se vaciaran, y aunque los datos continúan sumando positivos y fallecidos, las cifras son mucho más bajas de lo que podrían ser si el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez no hubiera decretado el confinamiento. Hasta ahora esto era solo una teoría, ahora es además una realidad constatable, según un informe realizado por el Imperial College de Londres, un prestigioso centro colaborador de la OMS. Es tajante: España ha conseguido salvar 16.000 vidas gracias al confinamiento.