Euskadi se inclina aún más hacia el nacionalismo, reforzando la posición de poder del PNV, en previsible reedición de su alianza con el PSE, con el que suma mayoría absoluta. El partido de Iñigo Urkullu es el gran triunfador, pero no queda eclipsado el salto de Bildu, que gana espacio y se consolida como alternativa, en una holgada segunda posición. Los partidos nacionalistas suman 53 de 75 escaños, el 70,66% de los asientos. La formación de Urkullu, que se presentaba con un programa soberanista sin rupturismo, rentabiliza sus posiciones moderadas y pactistas, con apoyos exigentes al Gobierno de Pedro Sánchez, logrando encarnar la defensa de los intereses del País Vasco en medio de la agitación de la cuestión territorial. La arimética vasca favorece –al menos a priori– la estabilidad del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, porque allana un pacto de los jeltzales con el PSE que invita a una cierta reciprocidad en las Cortes Generales. En esa línea apuntó Idoia Mendia, candidata socialista, en su primera comparecencia.
El poder desgasta, sobre a todo a quien no lo tiene. La célebre frase de Guilio Andreotti va como anillo al dedo a la política vasca. El PNV, que ha gobernado Euskadi desde 1980 con la única interrupción de la etapa del socialista Patxi López (2009-2012), reforzó este domingo su posición. El partido de Iñigo Urkullu sube en porcentaje de voto, del 37,6% a cerca del 40 (39,12%), y en escaños, de 28 a 31, con el 100% escrutado. Un dato da idea del éxito de la formación soberanista en las elecciones, marcadas por una elevada abstención, del 47,28%. Sólo en otras tres ocasiones había alcanzado el PNV los 30 escaños: 1984 (32), 2001 (33) y 2009 (30). Únicamente en 1984 y 2001 pasaron del 40% del voto.
La victoria del PNV es clara, más de diez puntos por encima del segundo partido, Bildu. Iñigo Urkullu, lehendakari desde 2012, lo tiene todo a favor para revalidar el cargo, sobre todo porque su socio de gobierno en la última legislatura, el PSE de Idoa Mendia, mejora ligeramente, aunque menos de lo previsto. Los socialistas adelantan a Elkarrekin Podemos y pasan de cuartos a terceros. El PSE, que obtuvo el 11,94% del voto y 9 escaños en 2016, cosecha ahora el 13,64% y 10 asientos, con el 100% escrutado. El PSE mejora, pero sigue lejos de sus mejores tiempos. Baste decir que 2009 logró 25 escaños. Eso sí, detiene su caída. Por primera vez desde 2009, mejora sus resultados con respecto a la convocatoria anterior.
La suma de PNV y PSE, que alcanza 41 diputados, se antoja como la más probable para formar gobierno. Son varios los motivos de peso. Jeltzales y socialistas ya gobiernan juntos y, además, el Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene en el PNV uno de sus más codiciados aliados parlamentarios. Desde su posición de liderazgo político claro, los dirigentes del PNV evitaron en la noche del domingo estrecharse el cerco. No hubo mención al PSE, pero sí una alusión imprecisa a la apertura de "un nuevo ciclo". Andoni Ortuzar, presidente del PNV, ofreció "mano tendida" a "todos los partidos políticos, al conjunto de la sociedad vasca", para "un nuevo ciclo". "Ante un tiempo excepcional, una colaboración excepcional", dijo. Urkullu no dio pistas sobre el futuro en su intervención, que cerró con un cántico. En declaraciones a EiTB, Urkullu expresó su deseo de tener un Gobierno "cuanto antes" para aprobar en 2020 el presupuesto de 2021.
A pesar de que, a priori, hay mimbres para un acuerdo PNV-PSE, hay que anotar que aritméticamente también llegan a los 38 escaños los tres partidos considerados de izquierdas: Bildu (22), PSE (10) y Elkarrekin Podemos (6). El escaño 22 de Bildu, arrebatado al PP, entró por unos pocos votos, por lo que no es descartable que baile en el recuento final, pendiente de las papeletas de los residentes en el extranjero.
A pesar de que matemáticamente es posible, el acuerdo de izquierdas se antoja improbable. Mendia, candidata por segunda vez, ha descartado expresamente esta opción. "Ni EH Bildu va a votarme como candidata, ni yo voy a votar a Maddalen Iriarte", ha afirmado en la campaña. Mendia, conocidos los resultados esta noche, declaró ante sus militantes que veía reivindicada la apuesta de su partido por la "estabilidad" y la "utilidad". Un mensaje que apunta en dirección a una reedición del pacto. "Hoy, con estos resultados, con un Partido Socialista fuerte en Euskadi, hemos apuntalado más si cabe el proyecto de progreso" del Gobierno de Sánchez, añadió.
Bildu, de 18 a 22
Bildu se consolida como alternativa, en segunda plaza. Pasa del 21,26% del voto y 18 escaños en 2016 al 27,84% y 21 asientos. La izquierda abertzale supera su techo histórico, que estaba en los 21 de de Bildu en 2012.
"Es un resultado histórico. Nunca la izquierda soberanista había logrado 22 escaños. Estamos creciendo. Y estamos creciendo porque la gente quiere que crezcamos", declaró Arnaldo Otegi, que felicitó al BNG: "La izquierda soberanista es el futuro. La izquierda independentista vasca está muy lejos de haber tocado techo", proclamó Otegi.
Mayoría nacionalista: 53 de 75 escaños
Las urnas dejan una mayoría nacionalista clarísima. PNV y Bildu sumarían casi el 67% del voto y 53 escaños. Se trata de un dato relevante, teniendo en cuenta que la cuestión territorial sigue abierta, aunque ahora con las tensiones en hibernación.
PNV y Bildu son además las dos fuerzas que más suben. Hay otra que se mantiene con leve mejoría (PSE) y dos que que caen y además lo hacen con fuerza (Podemos-IU y PP-Cs). A ello se suma la entrada de Vox.
Caen Podemos-IU y PP-Cs
La candidatura de Podemos-IU-Equo protagonizó una espectacular irrupción en 2016, colocándose en tercer lugar con el 14,86% y 11 parlamentarios. Ahora, la coalición Elkarrekin Podemos-IU, con Miren Gorrotxategui como candidata, se queda en el 8,03% y 6 asientos. Pierde además la tercera plaza.
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Naufraga la coalición PP-Cs. El PP, que en 2016 logró el 10,18% del voto y 9 escaños, se queda ahora en el 6,75% y 5 parlamentarios. Hay una comparación que da la medida del retroceso del PP. La anterior ocasión en que Carlos Iturgaiz fue candidato del PP, en 1998, obtuvo el 20,13% del voto y 16 escaños. Iturgaiz hizo una lectura de los resultados en clave nacional, destacando el retroceso de la suma de PSE y Podemos. Y añadió: "Somos la fuerza mayoritaria del centro derecha constitucionalista y pelearemos por ser alternativa al nacionalismo".
La ultraderecha nacionalista española entra el el Parlamento vasco. Vox, con el 1,96% del voto, obtiene asiento por Álava, un éxito para la formación de Santiago Abascal, que compareció en la noche del domingo para denunciar una persecución a su partido durante la campaña.
Equo, con el 1,24% de las papeletas, se queda fuera.
Euskadi se inclina aún más hacia el nacionalismo, reforzando la posición de poder del PNV, en previsible reedición de su alianza con el PSE, con el que suma mayoría absoluta. El partido de Iñigo Urkullu es el gran triunfador, pero no queda eclipsado el salto de Bildu, que gana espacio y se consolida como alternativa, en una holgada segunda posición. Los partidos nacionalistas suman 53 de 75 escaños, el 70,66% de los asientos. La formación de Urkullu, que se presentaba con un programa soberanista sin rupturismo, rentabiliza sus posiciones moderadas y pactistas, con apoyos exigentes al Gobierno de Pedro Sánchez, logrando encarnar la defensa de los intereses del País Vasco en medio de la agitación de la cuestión territorial. La arimética vasca favorece –al menos a priori– la estabilidad del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, porque allana un pacto de los jeltzales con el PSE que invita a una cierta reciprocidad en las Cortes Generales. En esa línea apuntó Idoia Mendia, candidata socialista, en su primera comparecencia.