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Casa del Rey

La familia real no podrá viajar gratis ni aceptar regalos excesivos

Los reyes, Felipe VI y Letizia, visitando la sede del Parlamento alemán, el pasado 1 de diciembre de 2014, en Berlín.

infoLibre

A partir del 1 de enero de 2015, los miembros de la familia real no podrán viajar gratis en vuelos comerciales, aceptar regalos personales "que puedan comprometer la dignidad de sus funciones institucionales" ni beneficiarse de favores o servicios ofrecidos en condiciones ventajosas por su mera condición de miembros de la familia real, anunció este jueves la Casa del Rey.

Tal y como se comprometió el nuevo equipo de Felipe VI al mes de su proclamación, la Casa del Rey ha elaborado una normativa interna para regular los regalos que se hagan a los miembros de la familia real, que en la actualidad ha quedado limitada a los reyes Felipe y Letizia, sus hijas, la princesa de Asturias y la infanta Sofía, el rey Juan Carlos y la reina Sofía.

También ha establecido un código de conducta para todos los empleados que trabajan para la Casa del Rey, quienes estarán obligados a mantener "un comportamiento ejemplar que contribuya" a que los ciudadanos crean, sientan respeto y confíen en la institución, explicaron en una sesión informativa con medios de comunicación fuentes del palacio de la Zarzuela, encuentro al que no fue invitado infoLibre.

Sin confesar abiertamente que hasta la fecha miembros de la familia real hayan disfrutado de billetes de avión gratuitos con ciertas aerolíneas comerciales, un portavoz de la Casa dejó claro que con la nueva regulación este tipo de ventajas no tendrá cabida.

"Los miembros de la familia real no podrán aceptar regalos que por su alto valor económico, finalidad o interés comercial o publicitario, o por la propia naturaleza del obsequio, puedan comprometer la dignidad de las funciones institucionales que tengan o les sean atribuidas", reza uno de los principios generales de la normativa.

Ni yates ni Ferrari

Con este nuevo régimen de regalos, Felipe VI no podría aceptar como obsequio, por ejemplo, un coche de lujo como los dos Ferrari que el primer ministro emiratí y jeque de Dubai, Mohamed bin Rashid Al Maktum, regaló al rey Juan Carlos a finales de 2011 en el marco de una visita privada. El monarca cedió los coches a Patrimonio Nacional –que van a subastarse–, pero en un supuesto similar con la nueva regulación no se aceptaría ese regalo y así se comunicaría a quien pretende hacer el obsequio, pusieron como ejemplo las citadas fuentes. Tampoco cabría aceptar un yate como el Fortuna pagado a escote por un grupo de empresarios baleares. 

La nueva norma impedirá asimismo, por citar otro ejemplo, que los miembros de la familia real disfruten para su uso particular de vehículos que les haya cedido alguna marca de automoción, como fue el caso del coche eléctrico que Mitsubishi dejó probar durante un mes a la reina Sofía durante sus vacaciones en Mallorca en 2010. "No habrá servicios prestados a la Casa Real que no tengan su correspondiente retribución económica", insistió un portavoz de Zarzuela.

Así las cosas, la familia real sólo podrá aceptar regalos institucionales (los que conceden autoridades nacionales o extranjeras en el marco de visitas oficiales) o personales, siempre y cuando no excedan "los usos habituales, sociales o de cortesía", que es el límite que introduce la Ley de Transparencia, que entrará completamente en vigor el próximo 10 de diciembre, para los miembros del Gobierno y altos cargos de la Administración General del Estado.

Publicidad de los regalos

Todos los regalos institucionales pasarán a pertenecer a Patrimonio Nacional, dependiente del Ministerio de la Presidencia. La Zarzuela publicará en su página web la relación de regalos institucionales recibidos con periodicidad anual. Cuando los regalos personales excedan dichos usos, pero se considere que pueden ser aceptados, pasarán a tener el mismo tratamiento que los regalos institucionales "o bien serán cedidos a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general". La Casa del Rey no dará publicidad a los regalos personales aceptados ni a aquellos cedidos a alguna entidad sin ánimo de lucro.

Será una comisión formada por altos cargos de la Casa del Rey la que valorará cada regalo –teniendo en cuenta su valor histórico, estético o económico– y propondrá su calificación como institucional o personal. En el caso de los obsequios personales que no vayan a disfrutar los miembros de la familia real, la Corona decidirá si los cede a Patrimonio Nacional o a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general.

El nuevo régimen de regalos impedirá asimismo a la familia real aceptar "préstamos sin interés o con interés inferior al normal del mercado". Tampoco podrán quedarse regalos en metálico. En este último caso, lo devolverán o lo donarán a una "entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general".

La norma detalla incluso qué ocurre en el caso de que reciban premios o reconocimientos que comprendan una dotación económica. "Deberá procederse a ceder su importe a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general", establece el régimen. Menciona también el caso de aniversarios o celebraciones de carácter singular de algún miembro de la familia real en los que se presuma que darán lugar al ofrecimiento de regalos. Cuando se dé esta situación, "se establecerá un régimen propio que será objeto de información pública", promete la norma.

Qué pasa con las herencias

Aborda asimismo las eventuales herencias que dejen en favor de algún miembro de la familia real personas que no tengan una relación familiar con ellos, como fue el caso del legado del empresario menorquín Juan Ignacio Balada. "Podrán ser aceptadas cuando así se considere procedente", dice la norma. Eso sí, los bienes "deberán incorporarse a Patrimonio Nacional o ser entregadas a instituciones públicas o entidades sin ánimo de lucro para la consecución de fines de interés general, salvo que las disposiciones incluyan un destino o finalidad específica cuyo cumplimiento se requiere para su aceptación".

Al margen del régimen de regalos, la Casa del Rey ha elaborado un código de conducta para todos sus empleados, tanto los altos cargos como el resto del personal cuyas nóminas pagan otros ministerios pero que están destacados en la Casa. Estos trabajadores deberán abstenerse de comportamientos que "puedan afectar negativamente a la imagen y prestigio de la Casa"; no podrán intervenir en operaciones financieras o negocios jurídicos con personas o entidades cuando pueda suponer un conflicto de intereses con las obligaciones de su puesto en la Casa y no podrán "prevalerse de su condición de miembro de la Casa para obtener alguna ventaja en beneficio propio o de terceros, ni aceptar trato de favor o situación que implique privilegio o ventaja injustificada". Estas son algunas de las 20 normas de conducta que establece el código, que no especifica sanciones en caso de incumplimiento.

Un rifle tradicional jordano y una estación meteorológica de lujo alemana, entre los regalos que recibió el rey en 2017

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García Revenga dejará la institución antes de fin de año

Durante la reunión, las fuentes de Zarzuela confirmaron que el asesor de las Infantas Elena y Cristina –quienes ya no forman parte de la familia real, son simplemente familia del rey–, Carlos García Revenga, sigue trabajando para la institución, pero dejará su puesto antes del 31 de diciembre.

García Revenga figuró durante unos meses como tesorero del Instituto Nóos que presidió Iñaki Urdangarin y asesoró a éste en el comienzo de su actividad empresarial. Declaró como imputado ante el juez José Castro durante la instrucción del caso Nóos pero finalmente el magistrado levantó su imputación. En un comunicado previo a su declaración ante el juez, admitió haber "podido mezclar" desde su cargo de asesor "gestiones propias" de su puesto "con otras relacionadas con actividades privadas". Con el código de conducta en vigor, García Revenga no podría haberse involucrado en el Instituto Nóos como lo hizo, ya que en folletos de presentación de esta entidad, se mostraba que el tesorero del instituto era "asesor de la Casa de Su Majestad el Rey".

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