Alberto Núñez Feijóo volvió a demostrar este martes que lo que entiende por moderación no es incompatible con seguir agitando las teorías de la conspiración que en países como Estados Unidos y Brasil han derivado en asaltos de las instituciones. Sin ofrecer ninguna prueba, pero citando “multitud de indicios racionales”, afirmó que “existe un plan premeditado” de Pedro Sánchez “para alterar sustancialmente las bases de la convivencia democrática que se plasma en la Constitución de 1978”.
El plan, explicó en un acto organizado por el diario Abc, una de las más significadas voces de la derecha mediática, persigue que “todo aquello que fue democráticamente derrotado en la Transición se tome una especie de revancha mediante la erosión calculada de buena parte de nuestro andamiaje institucional y la prescripción de una memoria única, hermana de un pensamiento único”. Para llevarlo a cabo, el presidente del Gobierno recurre al “cuestionamiento pertinaz de las instituciones que equilibran los poderes y amortiguan los conflictos sociales e institucionales” y a una revisión de la historia. Que, en opinión de Feijóo, no es otra cosa que la “confección de un pasado a medida que reabre heridas ya curadas”.
No obstante, Sánchez va a intentar ahora ocultar ese plan, advirtió. “No hay que descartar que asistamos en unos meses a un esfuerzo para lograr que los españoles olviden que su Gobierno actúa como una delegación de todas las fuerzas que trabajan para deteriorar el pacto constitucional en nuestro país”. “Se dejará de insistir en la memoria para insistir en la amnesia”.
Sin embargo, “aunque se oculte hasta que hablen las urnas, el guion se mantendrá vigente y llegará hasta sus últimas consecuencias”, añadió sin precisar a qué se refería. En ese guion “caben decisiones y medidas que cobran verosimilitud a la luz de todo lo que está pasando” porque “no hay límites para este Gobierno; cualquier pesadilla es posible convertirla en realidad”.
“Apéndice del extremismo”
Según el líder del PP, Sánchez “reniega del capítulo más brillante” de la historia de España para “intentar hurgar en sus divisiones fratricidas” porque está en manos de “fuerzas retrógradas o oscuras, nostálgicas de lo malo, tan extremistas como minoritarias y tan radicales como aisladas”. La socialdemocracia española, acusó, se ha convertido en “un apéndice del extremismo” por decisión del secretario general del PSOE, “un líder que supedita la tradición y los principios de su partido a un proyecto en el que él, haciendo gala de una proverbial soberbia, se considera el alfa y el omega”. “En realidad no lo es”, aclaró Feijóo. “Es un mero intérprete de un libreto escrito por la extrema izquierda y el independentismo que ha encontrado en el presidente del gobierno actual el medio idóneo de ir imponiendo sus tesis a la sociedad española”.
El mismo Feijóo al que su equipo trata de presentar como un dirigente centrista y alejado de la crispación, no ahorró calificativos. Sánchez es “un presidente cautivo por propia voluntad que ni tiene poder real sobre buena parte del gobierno ni controla realmente la agenda política y legislativa”. Vive en “libertad condicionada” y “subordinado a sus socios”, convertido en “seguro servidor del radicalismo” y “subalterno del extremismo”.
Esta vez no cuestionó expresamente la legitimidad del Gobierno —son otros dirigentes del PP, como Miguel Tellado, los que se ocupan de trasladar ese mensaje, que también está en la base de lo ocurrido en Washington en 2021 y en Brasilia hace apenas tres días—. Pero sí lo hizo de forma implícita al acusar a Sánchez de querer “convertir en rehén a toda la nación hurtándole a la ciudadanía cualquier capacidad de decisión”. Se refiere, explicó, a que según él “ninguna de las grandes decisiones que erosionan el Estado democrático figuraban” en el “programa electoral” del PSOE ni “en el programa de investidura”.
“Esta ocultación”, subrayó dando aliento a quienes cuestionan la legitimidad del Gobierno, “avala la idea de que estamos ante un intento de reformular las bases de convivencia democrática (…) de forma oblicua, con luz apagada y con taquígrafos ausentes”.
“Plagiar” la “sedición”
Feijóo aprovechó la conferencia, patrocinada por la constructora Ferrovial —cuyo presidente ejecutivo, Rafael del Pino Calvo-Sotelo, no dudó en mostrar en público el respaldo de su empresa al candidato del PP—, para ampliar su catálogo de reproches al presidente Sánchez añadiendo una nueva y grave acusación: la de “plagiar” la “sedición” cometida por los independentistas catalanes en 2017. “No es hiperbólico afirmar que asistimos a una aplicación no prevista del artículo 155 de nuestra Constitución” mediante la cual “son los enemigos de la España constitucional quienes marcan los criterios al Gobierno central para que incumpla las obligaciones constitucionales”.
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“Podemos afirmar”, subrayó, “que estamos ante el primer gobierno intervenido de la historia democrática de España”. ¿En qué se basa para sostener semejante afirmación? En el “desprecio de los organismos de control”, el “menosprecio al Parlamento”, los “ataques furibundos al poder judicial”, en que “se margina a la oposición” y en que “se estigmatiza cualquier discrepancia señalando a periodistas a medios de comunicación y a empresas”. Son “comportamientos”, dijo, “en los que fueron pioneros los sediciosos” y que “están siendo aplicados por el Gobierno como si de un alumno aventajado se tratase”.
En una hora de intervención, Feijóo no encontró ni un sólo asunto en el que el Gobierno esté actuando bien. Porque es un Ejecutivo que genera, inventa, agrava o esconde los problemas, pero es incapaz de hacerles frente. ”¿Qué problema ha resuelto el Gobierno durante estos tres años largos?”, se preguntó antes de responderse a sí mismo: “En nuestra opinión, ninguno”.
Si para la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, las últimas elecciones en su comunidad se redujeron a una elección entre “socialismo y libertad”, para Feijóo las de este año son también un dilema simple: “este Gobierno o España”. Los electores deberán elegir entre “la agitación, el sobresalto y las rupturas” que representan Sánchez y sus aliados y “el sosiego, la recuperación de la normalidad, el establecimiento de puentes” que según él es el PP. “España debe cambiar de presidente si quiere avanzar. De ahí que el dilema actual de la política española vaya más allá de las siglas o del clásico dualismo entre izquierda y derecha: estamos en una encrucijada”.
Alberto Núñez Feijóo volvió a demostrar este martes que lo que entiende por moderación no es incompatible con seguir agitando las teorías de la conspiración que en países como Estados Unidos y Brasil han derivado en asaltos de las instituciones. Sin ofrecer ninguna prueba, pero citando “multitud de indicios racionales”, afirmó que “existe un plan premeditado” de Pedro Sánchez “para alterar sustancialmente las bases de la convivencia democrática que se plasma en la Constitución de 1978”.