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Un sector del PP se alinea con la dureza contra el aborto de Vox sin desautorización de Feijóo

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El PP no se debe "someter" a las "minorías" que lo "circunvalan", dijo el sábado Alberto Núñez Feijóo. Rompía así su silencio sobre la intención del Gobierno de Castilla y León, presidido por su compañero Alfonso Fernández-Mañueco y con Vox en la vicepresidencia, de facilitar que las mujeres que pretendan abortar escuchen antes el latido del feto. Aunque, como es habitual, el presidente del PP se expresó de forma poco concisa, sus palabras invitaban claramente a una interpretación: quería marcar distancias con Vox, al que atribuía posiciones minoritarias y radicales, en contraste con la vocación mayoritaria y templada del PP. ¿Cuál es el problema de esa narración? Que en el seno del PP existen tesis sobre la interrupción del embarazo –es decir, contra la interrupción del embarazo– indistinguibles de las del partido de Santiago Abascal. No las defiende sólo gente que "circunvala" al PP, sino que está dentro del PP.

Hay voces, dentro del PP, que defienden que el aborto es un "asesinato" o incluso un "genocidio". Hay posiciones, dentro del PP, en sintonía con los legisladores más duros de Estados Unidos, que prohíben el aborto en cuanto hay latido fetal o incluso antes. Ante todo ello Feijóo calla, evitando cualquier desautorización. El senador Javier Puente, presidente de la Fundación Familia y Dignidad Humana y referente del sector más antiabortista del PP, dice que sus posiciones tienen cobertura en los estatutos del partido.

Rechazo al aborto incluso si hay violación

La polémica en Castilla y León ha servido para aflorar otra vez posiciones duras y retórica encendida en el PP en relación con el aborto. Juan Carlos Duarte, portavoz del Grupo Popular en la Diputación de Huelva, ha llamado a los abortos "asesinatos". Al cierre de este texto, no había sido desautorizado. Lo cierto es que Duarte no es el único en su partido que no sólo saca el aborto del marco de los derechos, sino que lo introduce de lleno en la esfera del crimen.

Las posiciones en la derecha española en sintonía con la línea más dura del Partido Republicano de los Estados Unidos y con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, no son exclusivas de Vox. También anidan en el PP, donde algunos las expresan sin disimulo. Es más, el anterior presidente del PP, Pablo Casado, compartía el fondo de lo que ahora se ha convertido en medida del Gobierno de Castilla y León, si no hay rectificación de última hora. En febrero de 2019, Casado se mostraba a favor de que las mujeres con "incertidumbre" sobre su embarazo sepan "lo que llevan dentro".

Feijóo ha evitado cuanto ha podido hablar del aborto, un tema incómodo para el partido. El frustrado intento del PP de aprobar su propia ley del aborto acabó vigorizando al movimiento feminista, provocando en 2014 la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón y precipitando la ruptura del sector más antiabortista del partido, una parte del cual, con la diputada Lourdes Méndez Monasterio al frente, acabó en Vox. La actual dirección, que no quiere líos internos con el tema, se ha resistido a corregir las posiciones más duras. Y no lo ha tenido fácil. Hasta siete parlamentarios y altos cargos del partido han llegado a formar parte del patronato de la Fundación Familia y Dignidad Humana, una asociación de matriz católica que rechaza el aborto incluso en caso de violación.

El presidente de la fundación es el senador del PP por Cantabria Javier Puente, que considera el aborto un "genocidio" y se muestra como un entusiasta de las "leyes de latido fetal" impulsadas por el Partido Republicano en Estados Unidos y por las políticas provida de los Gobiernos nacionalistas de Hungría y Polonia. Puente celebró la sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos del año pasado que deroga el derecho al aborto a nivel nacional. En total, al menos 36 millones de mujeres en edad reproductiva podrían perder el acceso al aborto en 23 Estados, según la ONG Planned Parenthood.

También el consejero madrileño David Pérez, otro miembro del patronato de Familia y Dignidad Humana, mostró su alegría por el fallo.

En Familia y Dignidad Humana, junto a los representantes del PP, están la diputada en el Congreso Lourdes Méndez Monasterio y la diputada en la Asamblea de Madrid Rocío Monasterio, dos puntales del movimiento "provida" en Vox. Es decir, se trata de una organización antiabortista en la que colaboran mano a mano responsables del PP y de Vox en defensa de unas medidas que son más duras que las que ha defendido el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo.

Familia y Dignidad Humana fue además un surtidor destacado de asistentes del PP a una manifestación en junio del año pasado en defensa de la vida "desde la concepción", un planteamiento que ha calado en el Partido Republicano de EEUU hasta hacer mayoritarias las posiciones a favor de la prohibición total o casi total del aborto.

Además de Puente, acudieron sus compañeros en el Senado Rodrigo Mediavilla –ya no es senador–, Ana Camíns, Antonio Román y Patricia Rodríguez Calleja y el diputado en el Congreso José Ignacio Echániz. Junto a Puente, son de Familia y Dignidad Humana Camíns, Echániz y Mediavilla. A ellos se sumó en la manifestación "una buena representación" del PP de Madrid y de Nuevas Generaciones. Entre los representantes del PP de Madrid estuvo su secretario general, Alfonso Serrano. Actuaron como portavoces principales ante los medios Jaime Mayor Oreja y María San Gil, ambos felices por la sentencia del Supremo de Estados Unidos. La convocatoria corrió a cargo de unas 200 organizaciones integradas en federaciones antiabortistas como NEOS, One of Us, Foro de la Familia y Asamblea de Asociaciones por la Vida.

infoLibre preguntó a la dirección del PP por su posición sobre las palabras de Duarte y sobre la presencia de responsables del PP en la dirección de la Fundación Familia y Dignidad Humana, sin respuesta. En anteriores ocasiones, las respuestas del equipo de Feijóo y de los departamentos de prensa del PP en el Senado y el Congreso se han centrado en expresar respeto por la diversidad y la libertad en el seno del partido. Tras publicar este periódico en mayo de 2022 una información sobre la presencia del PP en la Fundación Familia y Dignidad Humana, la dirigente Cuca Gamarra afirmó que la posición del partido "es clara y es la que hemos mantenido siempre". No concretó más.

PP y Vox en Budapest

Puente no sólo tiene una posición relevante en el movimiento provida español, sino que también es una figura reconocida a nivel internacional. En 2021 entró a formar parte del consejo asesor de Political Network for Values, una organización de políticos de la derecha cristiana de EEUU, Latinoamérica y Europa que hace activismo a favor de las "leyes de latido fetal" y de las políticas del húngaro Orbán. El presidente de esta organización es el dos veces candidato presidencial chileno Juan Antonio Kast, que considera el derecho al aborto "derecho a matar", "crimen brutal" y "asesinato de niños inocentes". El presidente de honor es Mayor Oreja. También Ignacio Arsuaga, presidente de Hazte Oír y de Citizen Go, forma parte de Political Network for Values, en este caso de la junta directiva, donde coincide con popes de la derecha cristiana internacional como Brian Brown, principal responsable del Congreso Mundial de Familias. Todos ellos comparten posiciones prohibicionistas.

Parlamentarios y altos cargos del PP dirigen una fundación contra el aborto incluso si hay violación

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El presidente de Familia y Dignidad Humana participó en mayo del año pasado en una cumbre en Budapest, organizada por Political Network for Values, a favor de la reducción drástica del aborto. La cumbre, con patrocinio de Citizen Go –rama internacional de Hazte Oír–, otorgaba el estatus de referentes de "buenas prácticas" al Gobierno de Viktor Orbán y a Amy Sinclair, senadora republicana en Iowa, pionera en la defensa de la "ley de latido fetal" de dicho Estado, que fue aprobada en 2018. En el cartel de la cumbre también figuraba la eurodiputada de Vox Margarita de la Pisa.

Puente: "Nadie coincide al 100% con las ideas de un partido"

En declaraciones a este periódico, Puente defiende que sus posturas encajan con la defensa del derecho a la vida que hace su partido. En el PP, añadió, "existen muchas sensibilidades y ahí radica parte de su fuerza, ya que la sociedad española es una sociedad diversa con diferentes opiniones". "Nadie coincide al 100% con las ideas de un partido, ni de su pareja, ni de sus padres, ni de sus amigos. Todos aprendemos de todos", señala el senador, que rechaza en conversación telefónica que se le pueda considerar "ultra", "extremista" o "radical". Su coincidencia con Vox en este punto, señala, es compatible con coincidencias en otros terrenos, como el rechazo a los vientres de alquiler, con el PSOE y Podemos, explica. Ello, dice, no lo convierte ni en ultraderechista ni en socialista. Además, añade, el aborto no es el único terreno del que se ocupa, también de otros como la transformación digital.

En cuanto a la medida anunciada en Castilla y León, afirma: "No se qué mal hay en escuchar el latido del corazón de tu hijo. No logro entenderlo". A su juicio, "una sociedad de futuro es aquella que defiende la dignidad de la persona y la vida humana, desde su concepción hasta su muerte natural". "El poder político tiene la obligación, al menos así lo veo, de actuar siempre favoreciendo la conservación de la vida. No podemos ignorar la complejidad moral de cada caso ni olvidar nunca el respeto que cualquier persona merece sea cual sea su circunstancia, pero el aborto no debe entenderse ni como un derecho ni como un fracaso personal, sino como un fracaso de la sociedad. [...] Tiene todo el sentido promover activamente políticas públicas de apoyo a la mujer", añade.

El PP no se debe "someter" a las "minorías" que lo "circunvalan", dijo el sábado Alberto Núñez Feijóo. Rompía así su silencio sobre la intención del Gobierno de Castilla y León, presidido por su compañero Alfonso Fernández-Mañueco y con Vox en la vicepresidencia, de facilitar que las mujeres que pretendan abortar escuchen antes el latido del feto. Aunque, como es habitual, el presidente del PP se expresó de forma poco concisa, sus palabras invitaban claramente a una interpretación: quería marcar distancias con Vox, al que atribuía posiciones minoritarias y radicales, en contraste con la vocación mayoritaria y templada del PP. ¿Cuál es el problema de esa narración? Que en el seno del PP existen tesis sobre la interrupción del embarazo –es decir, contra la interrupción del embarazo– indistinguibles de las del partido de Santiago Abascal. No las defiende sólo gente que "circunvala" al PP, sino que está dentro del PP.

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