Feijóo no se apea de su relato. Este miércoles, en su reaparición tras el período vacacional que inició tras las elecciones del 23J, el líder del PP volvió a desafiar la aritmética parlamentaria decidida por los ciudadanos para exigir que Felipe VI le encomiende una investidura imposible con el único argumento de que el partido que él preside fue el más votado.
Tres semanas y media después de la cita con las urnas, Feijóo tuvo que repetir hasta en 17 ocasiones en una intervención de apenas media hora que había ganado las elecciones. Una vez cada dos minutos. Todo para seguir sosteniendo, en contra de lo que establecen la Constitución y el sistema parlamentario español, que el PSOE tiene el supuesto deber de facilitar su investidura.
Para argumentar su derecho a ser presidente, primero hizo malabarismos con las cifras sumando senadores y diputados con la intención de hacer ver que la distancia que separa al PP del PSOE es mayor de lo que reflejaron las urnas. Después se atribuyó como propios los escaños en el Congreso de Vox y UPN —y especuló con el de Coalición Canaria, aunque fuentes del partido confirmaron poco después que esta formación no ha comprometido su apoyo a la investidura— frente a los “24 partidos” que necesita Sánchez para gobernar. Por último, apeló incluso a la victoria de su partido en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
El deseo del líder del PP
Feijóo dejó claro que da por hecho que el rey le propondrá como candidato a pesar de que no tiene los votos. Y, por primera vez, confirmó que prefiere que los ciudadanos tengan que volver a votar el próximo mes de diciembre antes que ver cómo se constituye un nuevo Gobierno presidido por Pedro Sánchez.
Si el PP no gobierna, aseguró, “vamos a tener que repetir las elecciones. Y eso sería una muy mala noticia”. Aunque, según él, “cabe una peor, que es un gobierno destructivo. Y eso es lo contrario del gobierno constructivo que merece España”.
“No tengo ninguna duda de que el rey actuará como ha hecho siempre, de acuerdo a la ley, ejerciendo sus competencias constitucionales y al servicio de España y los españoles”, proclamó en una reunión con los diputados y senadores elegidos el 23J.
A partir de ahí, y aunque no habló en ningún momento de su proyecto para “derogar el sanchismo”, Feijóo se extendió en ataques contra Pedro Sánchez, al que acusó de bloquear política española desde 2015, de no querer “reconocer” la victoria del PP y de no ser “honesto” por “intentar una victoria cuando no se ha ganado”. “No ha sabido perder”, reprochó.
El bloqueo de Sánchez
La gobernabilidad de España está “en manos” de la “minoría soberanista e independentista” por culpa del líder del PSOE. “La situación mañana podría ser otra si no fuera por el empeño de Sánchez en bloquear al PP”.
Las cifras no dan, pero aunque es consciente de ello, el candidato de la derecha prefiere seguir ignorándolo. Pero ese es sólo el discurso oficial, porque su estrategia ya asume la realidad: en el PP lo fían todo a que PSOE y Sumar no sean capaces de seducir a Coalición Canaria y en su caso a Junts para que Sánchez sea investido por segunda vez consecutiva presidente del Gobierno. Y buscar así, en unas nuevas elecciones, la mayoría que los españoles no le dieron en la jornada electoral del 23J.
Feijóo anhela una segunda oportunidad en las urnas y la quiere cuanto antes. Por eso desea someterse a la investidura lo antes posible, aunque vaya a perder la votación, para poner en marcha el reloj constitucional que, si nadie logra ser elegido presidente, llevará a una repetición electoral el próximo mes de diciembre. Cualquier cosa antes que un “gobierno destructivo” presidido por Sánchez y basado en acuerdos con quienes quieren acabar con España, arguyó.
La presidencia del Congreso
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En línea con esa estrategia, el PP buscará este jueves, con el apoyo de Vox y de UPN, hacer valer los votos de la derecha para hacerse con la presidencia del Congreso e impulsar así la repetición electoral. Para salirse con la suya necesitará también a Coalición Canaria y tener así más votos que los 171 con los que ya cuenta Sánchez (PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV y BNG), sobre todo si Junts opta por no dar soporte a una presidencia del Congreso progresista.
Pase lo que pase en la votación, lo que sí ha quedado clara es la voluntad de Feijóo de deshacerse de los portavoces en el Congreso y el Senado enviándoles a las mesas de ambas Cámaras. Una maniobra que le permite prescindir de dos dirigentes que había heredado de Pablo Casado y que deja libre la silla de las dos portavocías. Serán ocupadas por dirigentes que, esta vez sí, ya serán de la entera confianza de Feijóo, pero cuyos nombres el líder del PP se resiste todavía a revelar.
Que Gamarra sea presidenta del Congreso dependerá de la votación de este jueves. Lo que es seguro es que al frente del Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, estará el madrileño Pedro Rollán, de la entera confianza de Isabel Díaz Ayuso. De su perfil extremista da una idea la declaración que hizo el pasado mes de mayo cuando llegó a decir que “los cimientos de la ley de vivienda se levantan sobre las cenizas del atentado de Hipercor” porque había recibido, entre otros muchos, los votos de los diputados de EH Bildu.
Feijóo no se apea de su relato. Este miércoles, en su reaparición tras el período vacacional que inició tras las elecciones del 23J, el líder del PP volvió a desafiar la aritmética parlamentaria decidida por los ciudadanos para exigir que Felipe VI le encomiende una investidura imposible con el único argumento de que el partido que él preside fue el más votado.