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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Feijóo gana en las urnas y al discurso de Casado, cuya coalición estrella con Ciudadanos fracasa en Euskadi

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Las urnas del 12J han hablado. Y en el caso del Partido Popular lo han hecho con contundencia. El modelo de partido de Alberto Núñez Feijóo ha llevado al presidente de la Xunta a su cuarta mayoría absoluta consecutiva: 41 escaños, con el 99,96 de los votos escrutados. Sigue siendo el único barón conservador que lidera un grupo que cuenta con la mitad más uno de los diputados de un parlamento regional. Sin necesidad de pactos con Ciudadanos o apoyos externos de Vox, como ocurre en otras comunidades autónomas con presidente bajo las siglas del PP. De hecho, en su comunidad, ni el partido naranja ni la extrema derecha tendrán representación parlamentaria.

En el otro lado, el Partido Popular recibió una bofetada en las elecciones autonómicas en el País Vasco, comicios en los que la implicación de la dirección nacional conservadora ha sido absoluta después de que el expresidente del PP de Euskadi, Alfonso Alonso, diera un paso atrás por discrepancias con el acuerdo de coalición alcanzado con Ciudadanos.

El fracaso de Carlos Iturgaiz también lo es de Pablo Casado, que defendió a toda costa la coalición PP+Cs con el argumento de que se trataba de un proyecto a futuro, la clave para su proyecto de refundación de la derecha partida en tres -PP, Cs y Vox- que heredó cuando se puso al frente de los conservadores hace ahora dos años. Con el 100% del voto escrutado, la coalición PP+Cs obtuvo cinco escaños en el Parlamento vasco, el peor resultado del PP en unas autonómicas en Euskadi. Hasta la fecha, habían sido los seis escaños logrados en 1990. La segunda mala noticia en Euskadi es que la extrema derecha de Vox ha logrado colarse con un escaño por Álava, feudo tradicional de los conservadores.

El PP de Feijóo frente al PP de Casado

Casado lleva desde diciembre repitiendo que en el partido que preside no hay "duros y blandos" o "halcones y palomas". Que eso de dividir al PP entre moderados y más conservadores es un invento de la izquierda para intentar desgastar y dividir al principal partido de la oposición. Pero lo cierto es que este 12J el Partido Popular ha sometido a examen a sus dos modelos, a sus dos almas. La más moderada, representada por el candidato a la Xunta de Galicia, y la más conservadora, representada por Carlos Iturgaiz, que ya fue candidato a las elecciones vascas cuando quien mandaba en el Partido Popular era José María Aznar.

A tenor de los resultados, el modelo de Feijóo, defensor del giro al centro y de apartarse de la competición con Vox, es el que ha triunfado.

Va a hacer dos años desde que Casado ganara el congreso de sucesión de Mariano Rajoy. Núñez Feijóo era el favorito para suceder al expresidente del Gobierno. Pero no se decidió a dar el paso. El cuarto triunfo en Galicia ubica al presidente de la Xunta en muy buena posición interna por si se presentan turbulencias. Pero tanto en Génova como en Galicia aseguran que la única aspiración de Feijóo es seguir en su comunidad autónoma. 

Con todo, el contrapeso que puede hacerse desde Galicia a Madrid es evidente. Y no será extraño que en los próximos días surjan voces dentro del PP que demanden a Casado un liderazgo más al estilo del gallego. 

De hecho, poco después de conocerse el triunfo de Feijóo, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, escribía esto en su perfil de Twitter: "Galicia gana con Feijóo. Su experiencia, equilibrio y moderación son el mejor aliado para afrontar con seguridad un futuro exigente. Enhorabuena por una nueva y merecida mayoría absoluta". 

"Esta noche ganan todos los gallegos, gana la centralidad, la experiencia y la eficacia en la gestión", escribió, por su parte, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Desde que fue elegido presidente del PP, Casado fue automáticamente designado candidato del PP a las elecciones generales. Hasta el verano de 2022 no tocaría otro congreso ordinario.

En el plano vasco, el líder del PP tiene que decidir si el futuro del partido pasa por Iturgaiz. Tras la marcha de Alonso, la presidencia de los conservadores de Euskadi está de forma interina en manos de quien fuera su secretaria general, Amaya Fernández. Y la idea es que haya un congreso para elegir a una presidencia con plenos poderes a finales de este año o en el primer trimestre de 2021.

 

Cs entra al Parlamento vasco gracias a la coalición con el PP

Ciudadanos partía de cero escaños en ambos parlamentos. Y su principal baza, tras rechazar Feijóo una coalición para las elecciones al Parlamento gallego, era entrar en el vasco con los puestos de salida negociados con los conservadores de Euskadi.

Con el 100% de voto escrutado, Cs entra en el Parlamento vasco con un diputado por Álava

El siguiente paso que PP y Cs tienen que dar es analizar hasta qué punto les ha resultado beneficiosa esta coalición y planificar si quieren que se mantenga de cara al futuro. Hasta el momento, ambas formaciones han puesto en cuarentena la posibilidad de reeditar ese PP+Cs de cara a las elecciones catalanas cuando sean convocadas. El momento político, coinciden desde ambas formaciones, no es el mismo que cuando negociaron la coalición en País Vasco. De hecho, Inés Arrimadas era una líder interina cuando se cerró el acuerdo y, tras ser elegida presidenta de la formación, el partido ha emprendido un giro opuesto al que dio su antecesor, Albert Rivera, en el momento en el que se unió a PP y Vox en la famosa y polémica foto de Colón.

Cs ha sido una formación clave para que Pedro Sánchez articulara mayorías parlamentarias en las prórrogas del estado de alarma.

Fuentes de la dirección del partido naranja en Galicia subrayaron estar "convencidos" de que "el centro va a llegar a Galicia". "Vamos a seguir trabajando sin descanso por esas miles de personas que quieren un proyecto de regeneración y modernidad", añadieron.

"Seguimos con preocupación el auge del nacionalismo tanto en Galicia como en el País Vasco, y creemos que hoy es más necesario que nunca un partido como Ciudadanos, capaz de hacer que partidos como el BNG, Bildu o ERC no decidan el futuro de la política nacional ni de los 47 millones de españoles", mantuvieron.

Respecto a los resultados en Euskadi, desde Ciudadanos valoraron "la entrada del partido por primera vez en el Parlamento vasco". "Se trata de una circunstancia histórica y para Ciudadanos es un buen resultado el obtenido. Con este auge del nacionalismo sin precedentes que nos preocupa y mucho, desde Ciudadanos garantizamos a todos los vascos que han confiado en la coalición que con la representación de Cs en el parlamento tendrán una voz firme y sin concesiones ante la amenaza nacionalista", explicaron.

Por qué en el PP sí hay “duros y blandos” pese a que lo niegue Casado

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Simbólico 'triunfo' de Vox

La máxima aspiración de la extrema derecha este 12J era entrar en la Cámara vasca con un escaño por Álava, la circunscripción en la que Santiago Abascal nació en la política. Y así ha sido, cumpliéndose uno de los mayores temores de los conservadores.

"Quiero agradecer a los más de 26.000 gallegos y 18.000 vascos que han confiado en Vox", sostuvo Abascal en su valoración de los resultados. Además, criticó que su partido se ha visto "obligado" a hacer "una denuncia en todos los actos, de manera sistemática". "Porque en todos hemos sido amenazados e increpados. Hemos vivido unas elecciones sin libertad", mantuvo.

Las urnas del 12J han hablado. Y en el caso del Partido Popular lo han hecho con contundencia. El modelo de partido de Alberto Núñez Feijóo ha llevado al presidente de la Xunta a su cuarta mayoría absoluta consecutiva: 41 escaños, con el 99,96 de los votos escrutados. Sigue siendo el único barón conservador que lidera un grupo que cuenta con la mitad más uno de los diputados de un parlamento regional. Sin necesidad de pactos con Ciudadanos o apoyos externos de Vox, como ocurre en otras comunidades autónomas con presidente bajo las siglas del PP. De hecho, en su comunidad, ni el partido naranja ni la extrema derecha tendrán representación parlamentaria.

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