Desconcierto. Confusión. Estupor. Las declaraciones de Alberto Núñez Feijóo diciendo que ahora está a favor de un plan de “reconciliación” para Cataluña que incluya la concesión de indultos condicionados de los que podrían beneficiarse Carles Puigdemont y otras personas pendientes de procedimientos judiciales relacionados con el procés cayeron como una bomba en las filas del Partido Popular justo en el inicio de la recta final de la campaña electoral que el próximo domingo decidirá el rumbo del Gobierno de Galicia.
De muy poco sirvieron los esfuerzos del equipo de Génova, primero, y del propio Feijóo, después, para tratar de matizar semejante bandazo diciendo que en este momento “no se dan las condiciones” para esos indultos y que, por tanto, el líder del PP no es partidario de impulsarlos. Para salir del paso, Feijóo convocó una declaración sin preguntas en Ferrol en las que culpó al PSOE y a Sumar de tratar “de embarrar la campaña”.
En el PP saben que se han metido en un jardín y ahora todos sus esfuerzos se dedican a tratar de zanjar la cuestión. Los más próximos a Feijóo son muy conscientes de que han caído en una visible contradicción a una semana de unas elecciones en las que el partido se juega la mayoría absoluta en Galicia, echando por tierra semanas de precampaña y de campaña en las que su líder había defendido hasta la saciedad mensajes contrarios a cualquier medida de gracia. Muchos se preguntan qué credibilidad tendrá ahora Feijóo cuando denuncie cesiones a los independentistas a la vista de que él mismo ha confirmado estar dispuesto a conceder a Puigdemont un indulto condicionado.
La situación es extremadamente delicada. Perder la Xunta, admiten desde hace semanas en Génova, no es una opción para el presidente del PP, cuyo liderazgo saldría gravemente tocado en vísperas de las otras dos citas con las urnas del año: las elecciones vascas, todavía sin fecha, y las europeas del mes de junio. Al acecho, esperando, sigue la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dispuesta a tomar el relevo.
Nada se improvisó
Lo que nadie explica en Génova es por qué Feijóo decidió cambiar de discurso sobre Cataluña precisamente este sábado. Una decisión extraordinariamente relevante cuya publicación no se improvisó. Él mismo la dio a conocer en su intervención en un mitin en Sarria al que, no por casualidad, Génova había convocado a una parte de los periodistas que siguen habitualmente la información del partido en Madrid. Y que fuentes del PP, al máximo nivel, confirmaron después a los informadores desplazados a la localidad lucense.
A falta de una explicación mejor, todo apunta a que Feijóo quiso anticiparse a Puigdemont después de que el expresident amenazase por carta con hacer públicos los detalles de las conversaciones que el PP mantuvo con Junts para sondear la posibilidad de que los independentistas apoyasen en el Congreso la investidura del candidato conservador. Feijóo, no obstante, no ha precisado si llegó a ofrecer el indulto condicionado que ahora se muestra dispuesto a conceder.
Conscientes de la contradicción en la que su líder se ha metido, el equipo de Génova entró en modo control de daños y convocó una declaración sin preguntas de Feijóo en Ferrol en la que, al asegurar que en este momento “no se dan las condiciones” para conceder indultos a las personas que tienen procedimientos pendientes en relación con el procés, acabó confirmando esa posibilidad: está dispuesto a apoyar la adopción de medidas de gracia si los afectados aceptan sus condiciones (arrepentirse de lo que hicieron, prometer que no lo volverán a hacer y ponerse a disposición de la justicia española).
Contra toda evidencia —sus declaraciones en un mitin en Sarria y las informaciones facilitadas por su partido fueron reproducidas por la inmensa mayoría de los medios que tuvieron acceso a ellas— Feijóo trata de zanjar el asunto culpando al Gobierno de tratar de “embarrar la campaña” de las gallegas, que este lunes entra en su recta final.
Sin desmentir sus propias palabras, en las que reveló haber considerado durante 24 horas la posibilidad de acceder a la amnistía que le pedía Puigdemont, Feijóo asegura que sigue oponiéndose a la ley que tramita el Congreso porque, en su opinión, “es ilegal, inconstitucional y rompe el principio de igualdad de todos los españoles”.
Condiciones mínimas
Y rechazó la posibilidad de tramitar indultos porque, insistió, “no se da ni una sola de las condiciones para ningún posible indulto”. A saber, las que enumeró el día anterior: que quien ha cometido un delito diga “que no lo volverá a cometer”. Esta es “la condición mínima para la reconciliación, para la amnistía, para los indultos o para cualquier cuestión”, añadió admitiendo por primera vez que la amnistía o los indultos serían aceptable bajo determinadas condiciones.
¿Qué pasaría si Puigdemont y los suyos aceptase esas condiciones? Feijóo no dio oportunidad a que nadie se lo pudiese preguntar, después de que él mismo se mostrase a favor de los indultos en el marco de lo que denominó un “un plan de reconciliación”.
La prioridad ahora en el PP es enterrar los mensajes del sábado y volver al discurso anterior. “No tenemos ninguna duda ni la hemos tenido ni la vamos a tener en lo que tenemos que hacer”, proclamó en su declaración sin preguntas. Entre otras cosas porque la precampaña y parte de la campaña electoral para el 18F de su candidato, Alfonso Rueda, ha quedado en entredicho.
No será fácil. Ahora el foco lo han puesto en Ana Pontón y el BNG, a quienes las encuestas muestran en pleno ascenso y señalan como la principal amenaza para la mayoría absoluta del PP, pero los conservadores han visto este fin semana cómo saltaba por los aires su discurso sobre Cataluña y con él los mensajes con los que el sucesor de Feijóo pedía el voto en clave estatal con críticas a Pedro Sánchez y advertencias de que Galicia no está dispuesta a admitir concesiones a os independentistas.
Los tropiezos de Feijóo
Imposible anticipar la trascendencia electoral del tropezón protagonizado por Feijóo, que en todo caso recuerda al que protagonizó el último lunes de campaña de las generales del 23J cuando una periodista de TVE que le entrevistaba en directo puso al descubierto sus mentiras sobre la posición del PP en materia de pensiones.
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En aquella ocasión, lo ocurrido marcó un punto de inflexión electoral con errores sucesivos que continuaron durante varios días hasta la jornada de votación. Uno de ellos fue la decisión de dejar la silla vacía en el debate electoral organizado por TVE, al que sí acudieron Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal, y que según todos los analistas pasó factura al PP. Eso es, exactamente, lo que Alfonso Rueda parece dispuesto hacer el próximo miércoles: dejar vacía la silla del debate organizado por TVE y al que sí acudirán Ana Pontón (BNG) y José Ramón Gómez Besteiro (PSdeG-PSOE).
De momento, nadie en el sector más radical del PP, liderado por la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, e integrado entre otros por figuras como el expresidente José Maria Aznar o la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, han comentado las palabras de Feijóo ofreciendo indultos condicionados en el marco de un plan de reconciliación que permita pasar página al procés. Lo que es seguro es que no han sentado nada bien y que tampoco son del agrado de la derecha mediática, que siempre ha empujado a Feijóo para afrontar con la máxima dureza la cuestión catalana.
Feijóo consiguió enterrar el debate sucesorio asumiendo precisamente el discurso de los más duros de su partido en contra del independentismo y de la amnistía, dispuesto a disputar a Vox la bandera de la oposición más extrema contra Sánchez y convocando sucesivas movilizaciones, primero para intentar impedir la investidura del candidato socialista y después para provocar su caída. Durante meses, el discurso del líder del PP se ha opuesto tanto a la amnistía como a la concesión de indultos y ha negado la necesidad de llevar a cabo una reconciliación en Cataluña. Su hoja de ruta durante los últimos meses ha sido exclusivamente judicial.
Desconcierto. Confusión. Estupor. Las declaraciones de Alberto Núñez Feijóo diciendo que ahora está a favor de un plan de “reconciliación” para Cataluña que incluya la concesión de indultos condicionados de los que podrían beneficiarse Carles Puigdemont y otras personas pendientes de procedimientos judiciales relacionados con el procés cayeron como una bomba en las filas del Partido Popular justo en el inicio de la recta final de la campaña electoral que el próximo domingo decidirá el rumbo del Gobierno de Galicia.