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"El feminismo no se define por cómo vas vestida": UP, Más Madrid y Compromís defienden el velo de Fátima Hamed

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La prostitución, los vientres de alquiler y la autodeterminación de género son algunos de los debates que dividen al feminismo y también a la izquierda. Pero hay otra cuestión que, si bien ha estado más apartada del foco político y mediático en España, también genera incomodidad y discrepancias: el uso del velo islámico. Un "símbolo patriarcal" frente a una "decisión personal", en función de las voces a las que se le pregunte.

Tras la participación esté sábado de Fátima Hamed ataviada con velo en el encuentro de Otras Políticas llegaron las primeras críticas: por parte de activistas y feministas musulmanas como Najat el Hamchi y Mimunt Hamido, pero también desde la derecha. El líder del Partido Popular, Pablo Casado, tildó de "aquelarre" el evento celebrado en València mientras que la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso apostilló: "Nos proponen vivir secuestradas bajo un burka o la libertad del comunismo".

Hamed, la primera mujer musulmana en liderar un grupo parlamentario en la Asamblea de Ceuta con su Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC), acompañó a Yolanda Díaz, Mónica Oltra, Ada Colau y Mónica García en el acto feminista celebrado en València y cree que debe "alejarse del ruido" generado en los últimos días. "No alcanzo a comprender que aún se susciten debates porque ciudadanos opten por tener una creencia, u otra", señala en conversación con infoLibre. "El hecho de que este encuentro haya generado tantísimo debate señala y remarca su importancia”, valora, "hay que quedarse con lo ilusionante que fue escuchar las diferentes opiniones y experiencias".

Para la ceutí "lo que se pone de manifiesto son los prejuicios que existen". A su juicio, aquellas personas que han salido a criticar el acto "no lo han hecho contraponiendo ideas, sino buscando el insulto fácil". "No se puede dar ningún tipo de validez a personas que consideran que el único modelo de libertad válido es el suyo propio", señala. "La misma libertad nos ampara a todos para hacer lo que queramos con nuestras vidas", zanja.

A raíz de este debate, este medio se ha puesto en contacto tanto con el ministerio de Igualdad como con las formaciones de izquierdas representadas en el Congreso para conocer su posición: Igualdad y el PSOE ha declinado hacer comentarios, al igual que ERC, mientras que EH Bildu y BNG explican que "no tienen una postura oficial" sobre el tema. Quienes sí han trasladado sus opiniones son representantes de las formaciones que acompañaron a Hamed en València: Mar García Puig, diputada de Unidas Podemos y vicepresidenta en la Comisión de Igualdad, Loreto Arenillas, portavoz de Más Madrid en la Comisión de Mujer en la Asamblea y Anna Perpinyà, coordinadora de Dones amb Compromís.

"Llevar velo puede ser una imposición pero puede ser también una elección"

Las tres políticas destacan, en primer lugar, que ellas hablan desde su posición "concreta". "Yo no provengo de un entorno islámico, y creo que es importante escuchar las opiniones que provienen de ahí", sintetiza García Puig. "Creo que hay mujeres feministas que hacen una crítica al velo que no es paternalista, pero en otros se rechaza lo que no se conoce", expone Arenillas. "Si quieres saber lo que pasa, tienes que acercarte y escuchar a las mujeres que llevan velo aunque no estén obligadas a hacerlo", analiza Perpinyà. Asimismo, todas ellas aseguran que es "perfectamente compatible" ser feminista y llevar velo.

"El feminismo islámico es un debate teórico que puede ser muy complejo, pero yo no doy ni quito carnés de feminismo. Los feminismos son diversos y creo que no sería nada feminista que nos pusiéramos a pontificar qué mujeres lo son y cuáles no lo son", explica la parlamentaria de Unidas Podemos. Una tesis que avala la representante de Compromís, que destaca que ella también cree que las mujeres de derechas "pueden ser feministas". "Tiene cierto sentido que haya una crítica al velo", expone la diputada de Más Madrid, "pero también hay que respetar a las personas que deciden llevarlo. En estos casos, hay que intentar empatizar. Si ya es difícil ser mujer, imagina la carga de que te estén criticando y menospreciando todo el tiempo", prosigue.

Tanto García Puig como Arenillas y Perpinyà tachan de "problemático" y "preocupante" que haya países en los que "se imponga el velo por obligación", pero explican que no es el caso de España. "Llevar velo puede ser una imposición pero puede ser también una elección", valora la primera. "Unificar las razones por las que las mujeres se ponen velo es un error", apostilla la segunda. "Entiendo que en nuestro imaginario aparezca como una imposición, pero por lo que yo sé, en este país las mujeres deciden llevarlo libremente y eso lo tenemos que valorar desde el respeto a la diversidad. Los símbolos nos hacen perder un poco el norte", zanja la tercera.

¿Una elección libre o fruto de la cultura machista?

"Por supuesto que hay una cultura machista que nos condiciona, pero tanto a las musulmanas como al resto de mujeres. A mí también me condiciona cuánto debo pesar, cómo me debo vestir, cómo me tengo que maquillar. Pero el velo tiene otros significados y pensar que es solo una imposición sería no estar escuchando a las personas que llevan velo voluntariamente y hacen un discurso feminista", valora García Puig ante la pregunta de si hay toda una cultura machista detrás de esta "decisión individual" que empuja hacia ello o si, por el contrario, predomina la libertad de pensamiento."Todas las culturas son, de una forma u otra, machistas y el feminismo debe romper con las miradas hegemónicas", añade, por su parte, Arenillas.

Un símil que también pone de manifiesto Perpinyà. "Es muy difícil separar tu cultura de lo que vives y decides como una decisión propia, que seguramente no sea tal", reflexiona. "En Occidente hay imposiciones sociales no escritas, más flexibles. Nadie te va a discriminar directamente por no llevar maquillaje o no depilarte, pero sí sutilmente", prosigue. "En este caso concreto lo más importante es garantizar que nadie lleve el velo de manera obligatoria, pero tampoco discriminar a las que lo hacen de forma optativa", valora, "aunque sí se puede ahondar en los motivos que le conducen a ello".

Mimunt Hamido: "Si hablas mal del hiyab, eres islamófoba"

Mimunt Hamido es una autora y activista melillense que describe el velo como "un símbolo misógino y patriarcal" cuyo objetivo es "uniformizar" a todas las mujeres. En su libro No nos taparán explica que el colectivo de inmigrantes norteafricanos en España ha abandonado su cultura "para arrojarse en brazos de un neoislam más sexista que nunca". En conversación con infoLibre destaca que hay "toda una generación" de mujeres musulmanas "que ha nacido en España y que creen que eso es nuestra cultura": "Eso es porque el islamismo ha trabajado muy bien, si hablas mal del hiyab, eres automáticamente islamóbofoba".

Mientras que Mar García Puig asegura que "el feminismo no se define por cómo vas vestida", Hamido rechaza que el velo sea "una prenda más": "Si fuese un trozo de tela daría igual, pero ese trozo de tela te condiciona para toda tu vida", asegura la melillense. La parlamentaria de Unidas Podemos, sin embargo, cree que "no debemos juzgar a las mujeres y a las feministas por el atuendo y la ropa que llevan".

Hamido también pone el foco en la religión y en la "laicidad" que "teóricamente debería estar defendiendo la izquierda": "En este país se luchó contra el nacionalcatolicismo durante el franquismo y ahora estamos validando identidades en base a la religión y construyendo mezquitas. La izquierda se ha olvidado de la agenda de izquierdas". Fátima Hamed difiere: "La acofensionalidad del Estado supone un respeto para toda las creencias religiosas", señala.

Pero para Hamido estas posiciones lo que hacen es "ponerle una alfombra roja a la extrema derecha" y cree que eventos como el del pasado sábado con Hamed como "cuota" dan una "falsa imagen de multiculturalidad": "Pretenden ser inclusivas y empoderadas. La nueva estrategia del islamismo es convencer a las mujeres de que se empoderan al ponerse el velo", concluye la escritora. Una opinión compartida por Najat El Hachmi, activista marroquí, autora de Siempre han hablado por nosotras. "Será que las moras españolas no somos mujeres y nuestra libertad puede esperar. Será que nuestro feminismo es de segunda y podéis hundirnos un poco más para que podamos seguir encerradas en las cárceles del islam y el islamismo", señaló a través de sus redes, criticando el acto de Otras Políticas.

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"Este es un falso debate, porque se olvida a la mujer que hay detrás del hiyab, una mujer valiente, preparada y sobre todo una política honesta", esas son las palabras de Houda Louassini, hispanista, traductora y periodista marroquí, en referencia a Fátima Hamed y censura que se cree polémica con el tema del hiyab como "un pretexto para silenciar los objetivos reales". "Personalmente no soy pro-hiyab, pero estoy en contra de su instrumentalización para excluir o atacar a mujeres", sintetiza Louassini a este medio. En ese sentido, lamenta se trata de un tema que, en la mayoría de los casos, "se aborda con ligereza y prejuicios".

En una columna escrita en este medio, Louassini hace un breve repaso sobre la historia del feminismo árabe y explica que "las primeras feministas instruidas hallaron en el Islam un aliado que les ayudó a sacar a la mujer árabe de su confinamiento social haciendo una separación entre religión y tradición", aunque también incide en que "el miedo de la libertad de la mujer ha sido el principal motor que ha movido el hombre para confinarla y alejarla del espacio público".

Para la representante de Unidas Podemos "a quien se invita el sábado es a una mujer y se la invita por las responsabilidades políticas que tiene y la actividad política que desarrolla. No se la invita por si lleva velo o no. Aquí está la trampa es querer reducir a Fátima Hamed a una persona que lleva velo o no", valora. "Es una persona que se está enfretando a la ultraderecha ella sola", dice la represante de Más Madrid, que la define como "una mujer valiente y comprometida", mientras que Anna Perpinyà destaca que "Fátima no es ningún decorado" y que su trayectoria política es "impecable". Es más, recuerda que su formación ya concurrió en una candidatura conjunta en la que estaba representada Hamed en las elecciones al Parlamento Europeo. "Hacen falta más Fátimas", zanja.

La prostitución, los vientres de alquiler y la autodeterminación de género son algunos de los debates que dividen al feminismo y también a la izquierda. Pero hay otra cuestión que, si bien ha estado más apartada del foco político y mediático en España, también genera incomodidad y discrepancias: el uso del velo islámico. Un "símbolo patriarcal" frente a una "decisión personal", en función de las voces a las que se le pregunte.

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