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Ferraz ve en el éxito de la 'operación Illa' un aval para impulsar los relevos en Andalucía y Madrid

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La operación Illa, término con el que se conoce al desembarco de Salvador Illa como cabeza de lista para las autonómicas de Cataluña, no sólo tiene los obvios efectos electorales. A saber: el salto del PSC de los 17 a los 33 escaños y la escalada de la formación hasta convertirse en la primera fuerza política en Cataluña, elementos que ubican al partido como un actor clave para la política catalana en los próximos años. También viene cargada de lecciones puertas adentro de las filas socialistas. 

El éxito de esta estrategia que arrancó con la disposición de Miquel Iceta a ceder el testigo en la candidatura al exministro de Sanidad, pero que después contó con el respaldo y la implicación del propio presidente del Gobierno y de su equipo más cercano de colaboradores, ha de servir de "aviso para navegantes" en contextos similares. En esto coinciden las fuentes socialistas consultadas por infoLibre. 

Estas fuentes mantienen que, pese a que en algún momento pudo no entenderse por qué Pedro Sánchez accedía a hacer un movimiento de tanto calado en el Consejo de Ministros, en plena tercera ola de la pandemia, los resultados del 14F "cargan de razones" al partido cuando este aboga por "reforzar y renovar" algunos liderazgos autonómicos para hacer al PSOE más "competitivo". A día de hoy, las prioridades son Andalucía y la Comunidad de Madrid, donde los socialistas están en la oposición y los conservadores gobiernan en coalición con Ciudadanos y con los apoyos externos de la extrema derecha de Vox.

En el caso de Andalucía, la expresidenta de la comunidad y líder autonómica de los socialistas, Susana Díaz, ya ha reiterado que su intención es presentarse a las primarias

Mientras, desde Ferraz se aprovecha estos días para poner en valor el gesto "de generosidad" de Miquel Iceta en lo que no pocos dirigentes socialistas ven un claro mensaje a Susana Díaz. 

Este mismo lunes, Sánchez presidió en la sede nacional de los socialistas la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal. La cita sirvió para que la plana mayor del partido del Gobierno celebrase el "extraordinario resultado obtenido por el PSC y Salvador Illa", pero también para alabar la actuación del primer secretario de los socialistas catalanes.

"Una comunidad que los socialistas consideran primordial"

"Durante la reunión, han vuelto a destacar el generoso gesto de Miquel Iceta con Salvador Illa y que el PSC haya resuelto ese traspaso de liderazgo de la mejor manera posible, lo que le garantiza además una posición sólida para muchos años en una comunidad autónoma de gran importancia para España y para el PSOE, y que los socialistas consideran primordial", puede leerse en el comunicado remitido a los medios.

Para los socialistas, recuperar posiciones en Cataluña es clave por lo que implica de ser actores fundamentales para intentar romper lo que han calificado como "diez años de bloqueo" del independentismo. De forma paralela, mejorar la presencia en esta comunidad es también fundamental por lo que supone de ir preparando el terreno para las próximas elecciones generales.

Las cuatro circunscripciones de Cataluña reparten un total de 48 escaños en unos comicios generales. En las últimas, las de noviembre de 2019, el PSC se hizo con 12 escaños. Once años antes, en 2008, su presencia era de más del doble: 25 parlamentarios.

Como Cataluña, Andalucía y Madrid también son dos territorios que reparten un buen puñado de escaños y que los socialistas tienen marcados en rojo.

Las cifras de las generales

La comunidad gobernada por el dirigente del Partido Popular Juanma Moreno reparte un total de 61 escaños en unas elecciones generales. En las de noviembre de 2019, el PSOE andaluz proporcionó 25 escaños al Grupo Parlamentario Socialista. En 2008, la aportación de los socialistas andaluces era mayor en once escaños, hasta los 36. Y en los comicios anteriores, los de 2004, en el Congreso de los Diputados se sentaban 38 diputados del PSOE andaluz.

Pese a los continuas advertencias que llegan desde Díaz y su entorno y que apuntan a que de ella no cabe esperarse un gesto como el de Salvador Illa, sus críticos insisten en que el socialismo andaluz ha tenido éxito cuando ha sabido "avanzar y renovarse". Y recuerdan que ya ha tenido dos serios avisos en forma de derrota: contra Sánchez en el congreso federal y en las últimas elecciones autonómicas, cuando la alianza PP-Cs le arrebató la Presidencia de la Junta de Andalucía.

Las fuentes socialistas consultadas temen que si no se reacciona a tiempo, sea ya tarde y Moreno acabe consolidando su liderazgo.

Madrid también preocupa. Reparte 37 escaños. En las últimas generales, cuando la candidatura encabezada por Pedro Sánchez se hizo con 120 diputados, esta circunscripción sólo aportó diez al Grupo Parlamentario Socialista. En marzo de 2008 y en marzo de 2004, los socialistas madrileños sentaron en el Congreso la mitad de los diputados que Madrid aporta a la Cámara: 18.

En Madrid el secretario general actual es José Manuel Franco, también delegado del Gobierno. El PSOE madrileño se enfrenta a su asignatura pendiente de consolidar liderazgos que después también puedan tener tirón en las urnas. Sectores de la formación regional consideran que Franco no debería compatibilizar más su cargo en el Gobierno y en el partido, por lo que no sería extraño que se encontrase con un rival.

Un PSOE "competitivo en todos los territorios"

No hace ni un mes que, tras una reunión de la Permanente de la Ejecutiva, el PSOE informaba de la propuesta de celebrar el 40º Congreso Federal para los días 15, 16 y 17 de octubre y, en la misma nota, dejaba por escrito la necesidad de hacer cambios en los liderazgos de algunos territorios. "De cara al próximo Congreso, la dirección socialista aboga por reforzar mucho la tarea del partido y, por extensión, reforzar y renovar en algunos casos los liderazgos autonómicos para hacer al PSOE competitivo en todos los territorios".

Hasta la fecha, no se ha hablado de nombres. Aunque, como en todos los partidos, es imposible que no se hagan quinielas y que, con el antecedente de la operación Illa se piense en esquemas similares. Es decir, en la posibilidad de que Sánchez tire de miembros de su Gobierno para reforzar aquellos territorios en los que les hace falta crecer. Es en este contexto en el que se ha llegado a hablar, por ejemplo, de la ministra de Hacienda María Jesús Montero como futura líder de los socialistas andaluces.

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De momento, todo son quinielas porque pese a la apuesta de Ferraz por hacer una serie de renovaciones en las comunidades en las que los proyectos o no acaban de arrancar o están atascados es firme, los congresos regionales deben celebrarse con posterioridad al Federal, antes de que finalice este año.

Lo que Ferraz pretende cuando habla de "renovar" liderazgos autonómicos es poner a andar una maquinaria que debe ser después engrasada con las elecciones como meta. Liderazgos, defienden, "que encajen con el proyecto federal". No obstante, si esos liderazgos funcionan, como norma general sus protagonistas no deberían tener problemas para ser elegidos candidatos cuando, en una segunda fase, se convoquen primarias para las elecciones.

Andalucía y Madrid son comunidades prioritarias, pero esto no implica que pueda haber cambios en otros territorios.

La operación Illa, término con el que se conoce al desembarco de Salvador Illa como cabeza de lista para las autonómicas de Cataluña, no sólo tiene los obvios efectos electorales. A saber: el salto del PSC de los 17 a los 33 escaños y la escalada de la formación hasta convertirse en la primera fuerza política en Cataluña, elementos que ubican al partido como un actor clave para la política catalana en los próximos años. También viene cargada de lecciones puertas adentro de las filas socialistas. 

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