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El fiasco de Bruselas y el desafío permanente de Mazón desnudan el liderazgo de Feijóo en el PP

Las formaciones emergentes hacen retroceder el bipartidismo más de 13 puntos

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La fortísima irrupción de plataformas instrumentales como Ahora Madrid, Barcelona en Comú o las Mareas Atlánticas de Galicia no solo han dado un vuelco hacia la izquierda a ciudades emblemáticas sino que ha dinamitado casi el 40% de las mayorías absolutas que en los comicios de 2011 obtuvieron en total el PP y el PSOE.

Si en 2011, la suma de votos obtenidos por PP y PSOE equivalía al 65,32%, ahora, y con el 99,47% escrutado, ese porcentaje se limita al 52,06%.  El PP pierde más de 4.000 concejales (pasa de 26.499 a 22.750) y el PSOE, un millar: de 21.767 se queda con 20.824.  A tenor de los datos, esta vez la corrupción le ha pasado una carísima factura al PP.

Además del cambio drástico en la tendencia que implica el triunfo de la candidatura de Ada Colau, Barcelona en Comú, de Manuela Carmena en Madrid y de la derrota de Rita Barberá en Valencia, los resultados confirman el avance del PSOE andaluz y la debacle de UPyD. Y abren interrogantes sobre qué sucederá con el plan de Artur Mas para celebrar elecciones autonómicas en septiembre: porque las fuerzas soberanistas -CIU, ERC y la CUP- mantienen su hegemonía pero pierden peso en las urbes más pobladas. 

Y, aunque habrá que esperar a los pactos, también el cambio se ha hecho visible en Galicia, uno de los más férreos bastiones del PP. Allí, por ejemplo, las alianzas de izquierda, para las que sería necesario un acuerdo entre los socialistas y las Mareas, podrían hacerse con las alcaldías de A Coruña, Santiago y Ferrol. 

Ciudadanos se queda con el 6,55%

Ciudadanos, presentada por sondeos y analistas como la muleta natural del PP para mantener buena parte de su actual poder, se coloca como la tercera fuerza política del país pero solo con el 6,55% de los votos a escala estatal.

Esta vez, la corrupción sí parece haber pasado factura: en Valencia, por ejemplo, el PP sufre un durísimo retroceso que, salvo cambio drástico de última hora, desalojará de la alcaldía a la histórica Rita Barberá. Tras conocerse que ha perdido la mitad de los concejales con que gobernó los últimos cuatro años (de 20 pasa a 10), Barberá ha anunciado que buscará "un acuerdo de Estado frente al radicalismo".

El vuelco en la tendencia de voto no garantiza necesariamente un cambio automático en los gobiernos locales, máxime cuando en ausencia de pactos tiene asegurada la alcaldía el candidato de la lista más votada.

Con el 91,71% escrutado, el PP pasaba de ostentar 3.317 mayorías absolutas a solo 2.672. Y el PSOE, aunque avanza notablemente en Andalucía en medio del bloqueo de la investidura de la presidenta en funciones Susana Díaz y recupera Sevilla y Huelva, esta última en manos del PP desde hace 20 años, se queda con solo 514 mayorías absolutas de las 1.860 que obtuvo hace cuatro años.

En Andalucía, y apenas dos meses después de las elecciones autonómicas que ganó sin mayoría absoluta la socialista Susana Díaz –que aún no ha podido garantizarse la investidura–, el PP corría riesgo de severísima derrota: con el 60,25% escrutado, el PP pierde la condición de fuerza más votada que adquirió en 2011 sino que, en la práctica, pierde también la posibilidad de conservar las alcaldías de Sevilla, Málaga, Granada y Córdoba por cuanto las formaciones de izquierda (PSOE, las plataformas que engloban a Podemos e IU) suman mayoría absoluta.

Las aguas parecen haber abandonado el cauce del PP. Si en los comicios locales de 2011 el PP se erigió por primera vez en esa comunidad como partido ganador con el 39,36% de los votos, lo que se tradujo en 7,2 puntos de ventaja respecto del PSOE y afianzó su control de las grandes urbes haciendo pleno al ocho en las capitales andaluzas.

En Andalucía, el protagonista del vuelco es sin duda el PSOE, que ahora puede recuperar Sevilla tras cuatro años de gobierno conservador aunque el PP continúa como la fuerza más votada y se impone en un feudo conservador histórico como Huelva, cuya alcaldía podrá recuperar.

En realidad, el PP pierde la mayoría absoluta en las ocho capitales andaluzas pero está por ver hacia dónde se inclinará Ciudadanos o si lo hará en todos los casos hacia la misma dirección. Por ejemplo, en Málaga, donde se perfila más probable un pacto con el PP. Allí, el PSOE solo lograría el bastón de mando municipal previo acuerdo a cuatro bandas con Ciudadanos, Málaga Ahora e IU.

En Cádiz, Podemos entra con ocho concejales -solo dos menos que la lista de la hasta ahora incombustible alcaldesa del PP Teófila Martínez, que podría perder la Alcaldía si la formación morada y el PSOE fraguan un pacto.

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Y si en Andalucía lo que está en juego es la primacía de la izquierda o la derecha, en Cataluña es la cuestión nacionalista la que se ve afectada por el resultado electoral.

En las 10 ciudadades más pobladas de Cataluña, las fuerzas del bloque independentista que conforman CiU, ERC y CUP solo ha logrado imponerse en Reus (Tarragona). En L'Hospitalet, Badalona, Terrassa, Sabadell, Lleida, Tarragona, Mataró y Santa Coloma se han visto se ha visto desplazado por Barcelona en Comú, PSC y PP.

En lo que respecta al País Vasco, el PNV consolida su poder al arrebatar la Alcaldía de San Sebastián a Bildu. El PP revalida su condición de primera fuerza en Vitoria, aunque con mayoría relativa (nueve ediles frente a los seis de Bildu y los cinco del PNV), mientras que los peneuvistas ganan con mayoría absoluta en Bilbao.

La fortísima irrupción de plataformas instrumentales como Ahora Madrid, Barcelona en Comú o las Mareas Atlánticas de Galicia no solo han dado un vuelco hacia la izquierda a ciudades emblemáticas sino que ha dinamitado casi el 40% de las mayorías absolutas que en los comicios de 2011 obtuvieron en total el PP y el PSOE.

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